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- No me lo puedo creer - masculló entre dientes ante la atenta mirada de Alba-.

- Parece que todo Madrid ha tenido la misma idea con el día que hace. Solecito, terracita, planazo ¿eh, mamá? - vaciló Olivia y se acercó a la valenciana para plantarle dos besos-. Hola, Alba, qué casualidad.

- Hola - saludó la rubia con una media sonrisa, ese par de locas le habrían jodido la cita, pero le aseguraban diversión-.

- Juntamos las mesas, ¿no? - propuso Iciar, haciéndolo sin esperar respuesta-.

- Ici - empezó a protestar Natalia, pero ésta hizo caso omiso, como siempre-.

- Hola, Alba, ¡cuánto tiempo! ¿Te acuerdas de mí? - saludó ésta finalmente, acercándose a darle dos besos-.

- Claro. ¡Hola! Estás igual - sonrió Alba-.

- Ya me gustaría- rió Iciar, tomando asiento frente a Olivia, Natalia quedaba a su lado-.

- ¿Tan difícil es esperar a que yo decida cómo y cuándo pasa esto? - protestó la morena señalando la mesa-.

- Ay, Nat, no te enfades.

- ¡Cómo quieres que no me enfade! - se cruzó de brazos-.

- Eh, solo vamos a tomar algo - se defendió Ici-. No pasa nada, además venimos en son de paz.

- A Alba no le molesta, ¿a que no? - habló Olivia y la aludida negó con la cabeza-.

- Ves, solucionado. Ahora cambia esa carita - Iciar usó sus dedos índices para dibujar una sonrisa en la cara de la morena-.

- ¿Seguro que no te molesta? - preguntó Natalia a su cita, para asegurarse-.

- De verdad que no, Nat.

- Bueno, vale - se encogió de hombros-.

- Perdona - llamó Ici a la camarera-. ¿Me traes cuando puedas una caña y una Coca-Cola para la niña?

- Y unas bravas - se sumó Olivia a la petición-. Ya que lo hacemos, lo hacemos bien.

La poca vergüenza de sus chicas favoritas acabó por sacarle una sonrisa a Natalia.

- Se ha reído, ya la tenemos - celebró Ici, chocando su mano con la de Olivia-.

- ¿De qué hablábais? - interrogó la más pequeña, alzando las cejas-.

- De vacaciones - respondió Alba-.

- Ah, sí, me dijiste que la galería cerraba dos semanas ¿no? - la rubia asintió-.

- ¿Cómo va la exposición? - se interesó Ici-.

- Ah, ¿tú también lo sabes? Se supone que era confidencial - acusó a Natalia-.

- Sólo sabe lo mínimo indispensable - alzó las manos ésta en señal de inocencia-.

- De verdad - corroboró Iciar-. ¿Estáis a tope con eso no?

- Bueno, aún queda bastante por hacer, pero vamos avanzando. Y más con la asistente que me he buscado - señaló la artista a Olivia-.

- Ahora que no nos oye... Alba es una jefa horrible ¿no? - bromeó Natalia-.

- Lo peor - contestó Olivia con secretismo-. Es una mandona de cuidado. Insoportable.

- ¡Oye! - se quejó la aludida-.

- Que es broma, eres buenísima. Vais a flipar con todo lo que se viene. Alba tiene una mente...

Las cuatro compartieron un buen rato entre risas y acabaron por alargar el encuentro con una comida, en la misma terraza.

Natalia, aunque era el blanco de la mayor parte de vaciles y tomaduras de pelo, no podía estar más a gusto. Le encantaba ver como las otras tres se complementaban perfectamente, sobre todo en su contra.

- ¿Cómo has venido? - peguntó la morena a Alba, después de los cafés de sobremesa-.

- En metro, por aquí imposible aparcar con el coche.

- ¿Y por qué no dejaste que te pasara a buscar? - la reprendió la navarra-.

- Porque no hacia falta - se encogió de hombros la rubia-.

- Voy a llevar a Alba a casa, ¿vale? - informó a las otras dos-.

- Claro, claro. Faltaría más - aprobó Olivia ante la mirada fulminante de la morena-. A mí me lleva Ici.

Las chicas se despidieron, con Iciar insistiendo en invitar a la otra rubia a comer un domingo en su casa. Alba no tuvo opción de negarse.

- Ya estamos - informó Natalia, bajando de la moto y tendiéndole la mano a su acompañante para que hiciera lo mismo-.

- Gracias por traerme, no hacía falta - sonrió la rubia-.

- Sí hacía falta. Por varios motivos, pero principalmente para poder despedirme en condiciones.

- Ah, que esto es una estrategia para tu propio interés - se hizo la ofendida-. No me lo esperaba de ti, Nat.

La navarra rió y acarició la nuca de Alba antes de invadir su boca en un beso intenso.

- Mm... - se relamió la ilicitana-.

- ¿Otro besito? - preguntó Natalia acariciando su nariz con la de la otra-.

Alba, en vez de responder, se limitó a colar su lengua en la boca de la más alta, enredando las manos en su cuello.

- Son adictivos. ¿Quieres subir? - tentó la ilicitana-.

- Como suba me van a estar vacilando en mi casa hasta la eternidad. Que Olivia no es tonta... - justificó Natalia-.

- Que vacile lo que quiera. Lo va a hacer igual, por lo menos que tenga una razón... - susurró Alba en el oído de la morena-. Démosle una razón.

- Alba... no es legal que me hables así, me rindo - cedió finalmente, tras un suspiro-. Pero no podemos tardar mucho.

- No creo que aguantes mucho, Nat - replicó presionándose contra el centro de la más alta antes de alejarse para entrar en el portal-.

- Cabrona - murmuró Natalia-.

- ¿Subes o no? - reclamó la rubia, mientras sujetaba la puerta-.

.....

Muchas risas y todo pero...

Están un poco así 🔥

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now