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- Eh, eh, frena, pantera, con mi novia no.

- Uy, tu novia - se burló la castaña-. Esa información no la tenía yo...

- Pero si es Natalia - aclaró la artista-.

- Ah, bueno, es que sólo la vi de espaldas en la galería, pero qué espalda... - puso los ojos en blanco-.

- Julia, basta ya o no te la presento. ¿No has dicho que ibas a por Carlos? - rodó los ojos-.

- En mi corazón hay espacio de sobra. El poliamor existe, Reche.

- ¡Totalmente de acuerdo! Preséntasela, preséntasela, que me muero por ver su cara - la animó María-.

- ¿La cara de quién? - preguntó precisamente Natalia, que se acercó al grupo acompañada de Ici-.

- La de nadie - restó importancia Alba-. Mira, Nat, ella es...

- Julia - adivinó la morena y se presentó mostrándose lo más segura y despreocupada que supo-. Encantada. Soy la novia de Alba.

- Mírala como marca territorio con elegancia - susurró María al oído de Alba, que negó con la cabeza-.

- No, encantada yo, de verte en los cuadros. El seis... - atacó la andaluza, en modo depredadora-.

- ¿El seis? - frunció el ceño la morena-.

- Sí, madre mía, qué cuerpo. ¿Tú qué piensas del poliamor, Natalia?

- ¿Cómo? - no daba crédito la morena-.

- Julia - le paró los pies la pintora-.

- ¿No puedo preguntar?

- Puedes preguntar, pero te voy a responder que quién necesita a nadie más teniendo a esta persona al lado - soltó Natalia, acariciando la espalda de Alba, quien se mordió el labio por exceso de ternurita-.

- ¡Bien dicho, Wonka! - celebró María-. Te ha dejado en el suelo, Julia.

- Bueno, bueno, pues tú te lo pierdes, morenita. Me tendré que conformar con el Carloh.

- Por cierto, ella es Ici, mi amiga - aprovechó para presentarla la navarra, desviando así la conversación hacia una menos comprometida-. Julia y María son amigas de Alba.

- Un placer - saludó Iciar a esas dos, que por la conversación intuía que eran de las suyas-.

- El placer es mío, guapa - le susurró la Mari al darle dos besos-.



- ¿Qué haces aquí solita? - preguntó más tarde la Rafi a Natalia, que llevaba plantada al lado del diseño de Olivia un buen rato-.

- Ay, Rafi, pensarás qué soy una intensa pero... no puedo parar de escuchar las cosas bonitas que dicen sobre el cuadro de mi niña. Me muero de felicidad.

- Te entiendo perfectamente - acarició la rubia su brazo levemente-. A mí me pasa exactamente igual. Siempre le pido a Alba venir a las inauguraciones porque ver a toda esa gente valorar su arte me llena el alma.

- Al final somos dos intensas - rió Natalia, con los ojos aguados-.

- Somos madres - se encogió de hombros la mayor-. Me gustas para Alba.

- ¿Aunque salga desnuda en un cuadro enorme? - intentó bromear la navarra, para no mostrar sus nervios-.

- No me lo recuerdes - siguió la broma la Rafi-. Alba está feliz, y tú también. Y después de todos los años que han pasado... es que estaba destinado a ser.

- Yo también lo creo, Rafi. Ojalá nos vaya bien.

- Seguro que sí - le dedicó una sonrisa que Natalia pudo reconocer como realmente sincera-.

- Hey, ¿qué pasa? - se acercó Alba, acompañada de Marina-. ¿Todo bien?

- Sí, sí - la tranquilizó Natalia dándole un pico-. Nos hemos puesto un pelín intensitas en un momento, pero ya está.

- Estaba buscando a Oli, que hay un par de colegas que quiero presentarle... ¿La habéis visto?

- Yo la he visto - dijo la Rafi- estaba con un chico de ricitos donde los canapés.

- Ay, con el chico de ricitos - alzó Marina las cejas de manera sugerente-.

- Voy a buscarla - anunció Alba-.

- Yo salgo un momento a fumarme un cigarro. Si están haciendo cositas te doy permiso para echarles la bronca.

- ¡Nat! - le golpeó el hombro-. Si acaso les recuerdo que usen protección, que para poli malo, tú, que eres su madre.

- Ella, que quiere ser la madrastra enrollada - soltó su hermana-.

- ¡Marina! - la fulminó Alba con la mirada-.

- Ni se te ocurra decirle nada de condones - reprendió Natalia muerta de vergüenza-. Mi hija está muy bien educada en todos esos temas, no le hacen falta recordatorios.

- Dí que sí, Natalia, yo también les di charlas sobre sexo a mis hijas - intervino su suegra-. La gente que evita el tema como si fuera un tabú no saben nada de la vida.

El nivel de rojo en la cara de la navarra se podía comparar con el tono de piel de un guiri en verano, el de un tomate cherry o el de una gamba de Huelva. O todo junto.

- Tu cara, me muero - se burló Marina-. Mamá eres demasiado.

- ¿Qué he dicho? ¿Algo malo? No, ¿verdad? Pues ya está.

- Bueno, voy a salir a que me de el aire - se decidió Natalia-. Albi...

- Que sí, que me portaré bien - le sacó la lengua su novia-. No les voy a decir nada raro.

Natalia salió del local y se apartó un poco de la puerta para encenderse su pitillo apoyada en la pared. Estaba siendo una noche loca pero muy especial.

Estaba orgullosa de poner cara, y cuerpo, a las obras que Alba había creado con tanta pasión y talento.

Estaba feliz de ver a su hija enseñar al público, y aparentemente a Álvaro en especial, su Victoria de Samotracia, dibujada en su honor.

Había estado histérica al ver a Mikel y Alba interactuar en el mismo espacio-tiempo.

Había conocido a Julia y le había acabado metiendo cuello descaradamente, para su sorpresa.

Se había emocionado hablando con la Rafi sobre el amor de madre y también la había hecho avergonzarse sacando el tema de la educación sexual.

Y, por si todo eso era poco, se le acababa de caer la mandíbula al suelo al ver a Ici y María besándose en la acera de enfrente.

Definitivamente, una locura de noche.

......

Qué de cosas pasannnnnnn

Pa enmarcar la nochecita de inauguración sí es.

(Hoy me he adelantado un poquito, que mañana madrugo 😭)

Olivia | Albalia Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu