65

11.9K 713 81
                                    

- ¿No tienes nada que contarnos tú? - disparó Natalia en la comida de domingo que Iciar había organizado en su casa, Alba incluida-.

- ¿Yo? Nada - se encogió de hombros su amiga, mientras se llevaba una aceituna a la boca y le daba un sorbo a su cerveza-.

- ¿Nada de nada? - insistió la navarra-.

- Una exposición preciosa, Alba - desvió ésta la conversación-.

- Muchas gracias. La verdad es que salió todo genial. Y había muy buen ambiente ¿no? Gente interesante - se compinchó la ilicitana con su novia-.

- Eh, la verdad es que sí. Pero eso mejor se lo preguntamos a Oli ¿no? ¿Interesante el Alvarito?

- Oh, ni se te ocurra pasarme a mí el marrón, Ici - se defendió Olivia-. ¿Cuántas preguntas tenemos que hacer más para que confieses?

- No tengo nada que confesar.

- Mi amiga María no dice lo mismo.

Las palabras de Alba hicieron que la anfitriona casi se ahogara con su cerveza.

- ¿Qué te ha dicho María? - preguntó finalmente-.

- ¿Entonces sí que tienes algo que contarnos? - volvió a la carga Natalia-.

- Me cayó bien María.

- Ahora a meterse la lengua hasta la campanilla se le llama caerse bien - se burló la morena, aprovechando que por una vez podía ser ella la que se metiera con su amiga-.

- ¿Qué dices, Nat? - preguntó nerviosa-.

- Os vi.

- ¿Nos viste?

- Con mis propios ojos.

- Entonces no sé para qué preguntas - dijo Iciar con un gesto de obviedad-. Si nos viste, ya los sabes.

- Ay, Nat, no sabes lo que me acaba de pasar. ¿Sabes la Mari, la amiga de Alba? Pues nada, amor a primera vista. Nos hemos comido la boca y nos hemos ido sin despedirnos, ya lo siento - propuso Natalia con voz burlona-. Algo así no habría estado mal, ¿no?

- Ay, Nat.

- Ay Nat, nada - la cortó-. Te tenemos que sacar la información entre las tres cuando yo te lo cuento absolutamente todo siempre. Estoy indignada.

- ¿Absolutamente todo? - alzó las cejas Alba, refiriéndose a lo obvio-.

- Absolutamente todo, rubia - le guiñó un ojo Iciar-. No hay queja, no te preocupes.

- ¡Ici!

- ¡Nat! - protestó Alba, golpeando levemente su hombro-. ¿Tanto le cuentas?

- Amor, no le hagas caso que es una maniobra de distracción.

- Aquí la mayor distracción es la que está haciendo Olivia. Empieza a contarnos lo de Álvaro, pequeñaja - la instó-.

- No, no. Te estamos interrogando a ti, Ici. A mí no me metas. ¿Qué pasó con la amiga de Alba?

- Es contenido para mayores de dieciocho, piojo enano. No lo puedo explicar contigo delante.

- ¡Hala! - exclamó Natalia-.

- ¿Qué? ¿Ahora te escandalizas? ¿No querías saber? Y eso que no he dicho nada...

- Habéis estado hablando, ¿no? Después de esa noche, digo - preguntó Alba, huyendo del contenido no apto para menores-.

- Sí, algún que otro mensajito sí ha habido estos días.

- ¿Te estás poniendo roja? - destacó Natalia poniendo la mano en su frente-. Fiebre no tienes. ¿Será el amor?

- ¡Exagerada!

- Mucho te tiene que gustar...

- Me gusta - admitió-.

- Aaaaaahhh - gritó Olivia-. ¡Ici enamorada! Me pido capitana.

- ¿Cómo que capitana? ¿Y nosotras? - hizo un puchero su madre-.

- No te pongas celosa, tu barco siempre va a ser el más importante, mamá. Pero es que Ici enamorada... eso no me lo puedo perder.

- Yo no he dicho que esté enamorada, Oli - recalcó Iciar-.

- La Mari parece una loca pero en el fondo es un cachito de pan y el ser más bueno del planeta - describió Alba las virtudes de su amiga-. Y no te aburrirás nunca con ella, eso seguro.

- Pero Alba, oye, que nos acabamos de conocer.

- Ya, pero conozco a María y sé el efecto que tiene en todas sus... - buscó la palabra- conquistas.

- ¿Y qué efecto es ese?

- Engancha.

- ¿Lo dices por experiencia? - tanteó Natalia-.

- ¡No! - negó efusivamente-. Es mi amiga, como mi hermana. ¡Qué grinch!

- Cringe - corrigió Olivia-. Siempre lo dices mal.

- Igual es que me lo enseñaste mal tú - le sacó la lengua la ilicitana-.

- Bueno, ¿podemos hablar ya de guitarrita? - se cruzó de brazos Iciar-.

- Se llama Álvaro - corrigió Olivia-.

- Si llimi Ilviri - la imitó Ici-. Uy, qué encoñadita, Oli.

- Me cae bien - usó la más pequeña la misma frase en la que la Ici se había escudado-.

- ¿Te cae bien hasta qué punto? ¿Cómo Ici y la Mari? - interrogó Natalia, alzando una ceja inquisidora-.

- No, no. No hemos llegado a tanto. Me parece mono. Hemos estado hablando estos días... y me ha invitado a un concierto.

- Ah, mira, como tu madre - soltó Alba-.

- Pues sí. ¿Alguna queja? - cuestionó la morena-.

- Ninguna, churri - beso ésta su mejilla-.

- Ah, ya me parecía a mí - quedó contenta su novia-. ¿Toca Álvaro, Oli, o vais a ver a alguien?

- Pues no sé, me dijo que era sorpresa - se encogió de hombros-.

- Me encanta para ti - dijo su madre-.

- Pues claro que te encanta, si es tu niño mimado - apuntó Alba, ganándose una mueca de fingido enfado por parte de la morena-.

- Te va a cantar al oído. Qué bien juega sus cartas el ricitos - picó Ici con una sonrisa burlona-.

- Pues mejor que María seguramente - contraatacó Olivia-.

- Eh, con mi Mari no te metas - saltó Alba en defensa de su amiga-.

El tono de móvil de Natalia interrumpió la lluvia de pullitas.

......

Domingo en casa de Ici cargado de salseito.

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now