- ¿No tienes nada que contarnos tú? - disparó Natalia en la comida de domingo que Iciar había organizado en su casa, Alba incluida-.
- ¿Yo? Nada - se encogió de hombros su amiga, mientras se llevaba una aceituna a la boca y le daba un sorbo a su cerveza-.
- ¿Nada de nada? - insistió la navarra-.
- Una exposición preciosa, Alba - desvió ésta la conversación-.
- Muchas gracias. La verdad es que salió todo genial. Y había muy buen ambiente ¿no? Gente interesante - se compinchó la ilicitana con su novia-.
- Eh, la verdad es que sí. Pero eso mejor se lo preguntamos a Oli ¿no? ¿Interesante el Alvarito?
- Oh, ni se te ocurra pasarme a mí el marrón, Ici - se defendió Olivia-. ¿Cuántas preguntas tenemos que hacer más para que confieses?
- No tengo nada que confesar.
- Mi amiga María no dice lo mismo.
Las palabras de Alba hicieron que la anfitriona casi se ahogara con su cerveza.
- ¿Qué te ha dicho María? - preguntó finalmente-.
- ¿Entonces sí que tienes algo que contarnos? - volvió a la carga Natalia-.
- Me cayó bien María.
- Ahora a meterse la lengua hasta la campanilla se le llama caerse bien - se burló la morena, aprovechando que por una vez podía ser ella la que se metiera con su amiga-.
- ¿Qué dices, Nat? - preguntó nerviosa-.
- Os vi.
- ¿Nos viste?
- Con mis propios ojos.
- Entonces no sé para qué preguntas - dijo Iciar con un gesto de obviedad-. Si nos viste, ya los sabes.
- Ay, Nat, no sabes lo que me acaba de pasar. ¿Sabes la Mari, la amiga de Alba? Pues nada, amor a primera vista. Nos hemos comido la boca y nos hemos ido sin despedirnos, ya lo siento - propuso Natalia con voz burlona-. Algo así no habría estado mal, ¿no?
- Ay, Nat.
- Ay Nat, nada - la cortó-. Te tenemos que sacar la información entre las tres cuando yo te lo cuento absolutamente todo siempre. Estoy indignada.
- ¿Absolutamente todo? - alzó las cejas Alba, refiriéndose a lo obvio-.
- Absolutamente todo, rubia - le guiñó un ojo Iciar-. No hay queja, no te preocupes.
- ¡Ici!
- ¡Nat! - protestó Alba, golpeando levemente su hombro-. ¿Tanto le cuentas?
- Amor, no le hagas caso que es una maniobra de distracción.
- Aquí la mayor distracción es la que está haciendo Olivia. Empieza a contarnos lo de Álvaro, pequeñaja - la instó-.
- No, no. Te estamos interrogando a ti, Ici. A mí no me metas. ¿Qué pasó con la amiga de Alba?
- Es contenido para mayores de dieciocho, piojo enano. No lo puedo explicar contigo delante.
- ¡Hala! - exclamó Natalia-.
- ¿Qué? ¿Ahora te escandalizas? ¿No querías saber? Y eso que no he dicho nada...
- Habéis estado hablando, ¿no? Después de esa noche, digo - preguntó Alba, huyendo del contenido no apto para menores-.
- Sí, algún que otro mensajito sí ha habido estos días.
- ¿Te estás poniendo roja? - destacó Natalia poniendo la mano en su frente-. Fiebre no tienes. ¿Será el amor?
- ¡Exagerada!
- Mucho te tiene que gustar...
- Me gusta - admitió-.
- Aaaaaahhh - gritó Olivia-. ¡Ici enamorada! Me pido capitana.
- ¿Cómo que capitana? ¿Y nosotras? - hizo un puchero su madre-.
- No te pongas celosa, tu barco siempre va a ser el más importante, mamá. Pero es que Ici enamorada... eso no me lo puedo perder.
- Yo no he dicho que esté enamorada, Oli - recalcó Iciar-.
- La Mari parece una loca pero en el fondo es un cachito de pan y el ser más bueno del planeta - describió Alba las virtudes de su amiga-. Y no te aburrirás nunca con ella, eso seguro.
- Pero Alba, oye, que nos acabamos de conocer.
- Ya, pero conozco a María y sé el efecto que tiene en todas sus... - buscó la palabra- conquistas.
- ¿Y qué efecto es ese?
- Engancha.
- ¿Lo dices por experiencia? - tanteó Natalia-.
- ¡No! - negó efusivamente-. Es mi amiga, como mi hermana. ¡Qué grinch!
- Cringe - corrigió Olivia-. Siempre lo dices mal.
- Igual es que me lo enseñaste mal tú - le sacó la lengua la ilicitana-.
- Bueno, ¿podemos hablar ya de guitarrita? - se cruzó de brazos Iciar-.
- Se llama Álvaro - corrigió Olivia-.
- Si llimi Ilviri - la imitó Ici-. Uy, qué encoñadita, Oli.
- Me cae bien - usó la más pequeña la misma frase en la que la Ici se había escudado-.
- ¿Te cae bien hasta qué punto? ¿Cómo Ici y la Mari? - interrogó Natalia, alzando una ceja inquisidora-.
- No, no. No hemos llegado a tanto. Me parece mono. Hemos estado hablando estos días... y me ha invitado a un concierto.
- Ah, mira, como tu madre - soltó Alba-.
- Pues sí. ¿Alguna queja? - cuestionó la morena-.
- Ninguna, churri - beso ésta su mejilla-.
- Ah, ya me parecía a mí - quedó contenta su novia-. ¿Toca Álvaro, Oli, o vais a ver a alguien?
- Pues no sé, me dijo que era sorpresa - se encogió de hombros-.
- Me encanta para ti - dijo su madre-.
- Pues claro que te encanta, si es tu niño mimado - apuntó Alba, ganándose una mueca de fingido enfado por parte de la morena-.
- Te va a cantar al oído. Qué bien juega sus cartas el ricitos - picó Ici con una sonrisa burlona-.
- Pues mejor que María seguramente - contraatacó Olivia-.
- Eh, con mi Mari no te metas - saltó Alba en defensa de su amiga-.
El tono de móvil de Natalia interrumpió la lluvia de pullitas.
......
Domingo en casa de Ici cargado de salseito.
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Olivia | Albalia
FanfictionOlivia no parará hasta descubrir quién es la misteriosa Alba a la que su madre escribe canciones a escondidas desde hace años. Fanfic Albalia.