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Natalia se ajustaba el traje color turquesa que había elegido para la ocasión cuando el timbre le hizo saber que ya la esperaban abajo.

- Me mato, Natalia, ¿eres acaso tú una de las obras de arte de la colección?

- Anda, calla, Ici, que para obra de arte tú - le devolvió ésta el piropo haciéndola girar para que luciera el vestido negro largo que llevaba-.

- ¿Tienes las invitaciones?

- Claro. Mira lo bonitas que son - le tendió la suya-. Las ha hecho Oli.

- ¿Ya está en la galería? - se interesó la rubia, mientras se dirigían al coche de ésta-.

- Sí, lleva allí con Alba casi desde el mediodía. Ultimando detalles, supongo.

- Al final casi que la exposición es de las dos - rió Ici-.

- Mis artistas favoritas mano a mano, qué fantasía.

- Y eso que todavía no hemos visto nada.

Iciar condujo hasta el local y las dos se saltaron la pequeña cola, para hacer uso de sus invitaciones.

- Adelante - las dejó pasar un chico trajeado-.

Natalia se apresuró en encontrar la sala y tardó apenas segundos en divisar a la artista, que parecía estar comentando uno de los cuadros con dos chicos con pinta bohemia.

También vio a Olivia, que acompañada de Rafi y Marina, observaba muy atentamente otra de las obras.

Decidió no interrumpir a su novia, por si se trataba de gente importante, y se dirigió, junto a Ici, hacia el otro grupo.

- Oli, mi vida - saludó Natalia a su hija, abrazándola por detrás y dejando un beso en su pelo-.

- ¡Mamá! - se giró emocionada la chica-. ¡Qué guapa!

- Eso tú - aclaró la navarra, agarrándole las manos para poder observar el mono negro de brillos que llevaba-. ¿Estás nerviosita?

- Un poquito. ¡Hola, Ici! - saludó la chica a la rubia, y Natalia aprovechó para llamar la atención de las Reche-.

- ¡Rafi, Marina! - las dos, que seguían concentradas en el cuadro, finalmente se volvieron hacia ella-.

- ¡Hola, Natalia! - le dio dos besos Marina y aprovechó para presentarse a Ici-.

- Natalia, hija, no sé yo si podremos mirarte con los mismos ojos después de ésto - dijo la Rafi con cierto dramatismo, y la navarra se asustó-.

- ¿Por? ¿Qué pasa? - la madre de Alba señaló con la cabeza el cuadro a sus espaldas, en el que la morena ni había reparado-.

Cuando lo hizo, los ojos se le abrieron como platos.

El cuadro era de estilo más bien abstracto, pero con definición suficiente como para distinguir a Natalia, completamente desnuda, tumbada en una cama y en actitud claramente sexual.

- ¿Posas desnuda para mi hija? - inquirió la Rafi, al ver que Natalia no decía nada-.

- No, no... Nunca he hecho eso. Ha sido todo producto de su imaginación o de sus recuerdos, no sé, cuando lo pintó nosotras no lo habíamos hecho sobre una cama nunca... - metió todavía más la pata la navarra en un intento de defenderse y acabó tapándose la boca al darse cuenta de lo que estaba diciendo-. Te juro, Rafi, que yo no he posado desnuda en mi vida. Ni desnuda, ni de ninguna manera, vaya.

- Pues sí que tiene memoria fotográfica mi niña - argumentó ésta, despreocupada, ante la risa de Marina-. Que te ha dibujado hasta los lunares...

Natalia volvió a reparar en su hija y vio la oportunidad de escapar de esa incómoda situación.

- Mi vida, ¿me enseñas tu pared?

- Huye, cobarde - le susurró Marina, y ella, roja como un tomate se disculpó para que Olivia la salvara-.

- Claro, mamá, ven - la chica tiró de su mano hasta la zona en la que su portada estaba expuesta en forma de enorme cuadro-.

Unas cuantas personas se encontraban delante de la obra, comentando entre ellos lo bonita que les parecía.

- Ella es Olivia, la artista - se metió Natalia en la conversación de esos extraños, arrastrando a su pequeña hacia el corrillo de gente, orgullosa-. Es una escultura griega de la diosa Miké.

- Niké - corrigió su hija y explicó la obra-. Es la diosa de la victoria, en este caso representa algo así como el renacer, todo gira entorno a las alas...

Natalia escuchaba el relato con atención y, a cada enhorabuena que le dedicaban a Olivia, la navarra ensanchaba más su sonrisa, hasta sentir que le dolían los músculos de tan grande que era.

- Mamá, ¡qué vergüenza! - comentó Olivia en su oído, cuando se hubieron marchado-.

- De vergüenza nada, que te conozca todo el mundo. ¡Estoy orgullosísima del trabajo que has hecho, Oli!

El abrazo apretado de madre e hija se vio interrumpido por un carraspeo a sus espaldas.

- Pero sí ya está aquí la protagonista de la exposición y ni se ha dignado a saludar a la artista - picó Alba, cruzada de brazos-.

- Hola, Albi - saludó Natalia, besándola con suavidad para después perderse en su vestido rojo-. Estás espectacular.

- Y tú - se mordió el labio la rubia, escaneándola también-.

- Cuando llegué estabas hablando con gente y no te quise interrumpir - se encogió de hombros-.

- Tú nunca interrumpes. ¿Has visto ya las obras?

- No, estaba esperando a que me hicieras un tour privado - le guiñó un ojo-.

- No se hable más. ¿Vienes, Oli?

- No, no, id vosotras. Me quedo por aquí.

Alba entrelazó sus dedos con los de Natalia y la llevó hasta el primer cuadro.

......

Bueno, que es noche de estreno chavalxs 💃💃💃

Hemos llegado a las 200k visitas y, bueno, me parece muy increíble. Gracias ❤

Os dejo por aquí un dibujillo que ha hecho soyunlimon123 en relación al final del capítulo anterior. Estoy así 😍 con estas monadas de Nat y Oli. Mil gracias por inspirarte y compartirlo, de verdad :)

 Mil gracias por inspirarte y compartirlo, de verdad :)

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Olivia | Albalia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora