Capitulo 6

1.8K 82 3
                                    

*POV Natalia

Noté que Alba estaba confundida con todo lo que yo estaba hablando, pero yo no conseguía quedarme quieta, es como si las palabras salieran de mi boca sin tener algún control sobre ellas.

-Me vas a dejar con la curiosidad, entonces? -pregunté, mientras movía los dedos en el sofá.

-... No me da asco la saliva. -dijo por fin.

Ah, era eso lo que yo había preguntado. Por dos segundos pensé que era si ella había tenido relaciones con un amigo gay, que cosas no?

-Ah... -respondí, intentando parecer feliz con la respuesta.

Mientras intentaba recordar por qué había hecho aquella pregunta, me refiero al hecho de saber si a ella le daba asco la saliva.

-Si tuvieras asco a la saliva, no podrías vivir ni con tu propia boca. -dije, sintiéndome una completa idiota después de escuchar las palabras salir.

Pero tiene sentido, quiero decir, ella necesita tragar, no?

-Si, creo que tienes razón. -sonrió.

Yo creo que ella solo quiere ser amable, nada más.

-¿Te quieres casar? -pregunté, para que el asunto no muriera -Sabes, yo no quiero hacerlo. -dije, antes de que ella tuviera tiempo de pensar en la respuesta -¿Quien aguantaría vivir toda una vida al lado de una misma persona? -pregunté, para enseguida responder - Bueno, los patos aguantan, pero al final a quién le importan los patos? -noté que ella quería reír. -Puedes reírte.

Entonces ella no logró aguantar más y soltó una carcajada, sus ojos no lograban contener las lagrimas y yo no dejaba de mirar aquella sonrisa, sentí unas ganas de acompañar aquella carcajada, pero no lo hice. Al rato ella se fue calmando, colocó sus manos sobre su estómago indicando que no aguantaba reír más y secó sus ojos húmedos por las lágrimas.

-Disculpa. -pidió, cuando consiguió, finalmente parar su risa. -Es que fue muy gracioso lo de los patos. -dijo, aguantando las ganas de volver a caer en un ataque de risa.

-Bueno. -suspiré- Bueno, sin mencionarlos nuevamente. -me encogí de hombros. -Piensas casarte?

-En lo personal, toda mujer lo piensa. -dijo sincera- Pero no está en mis prioridades.

¿Será que los peces duermen? No sé, ellos están siempre nadando y nadando. Voy a comprar un pez y descubrir eso.

-Ah, claro. -asentí, sin dejar ver que no recordaba sobre lo que estábamos hablando.

-¿No vas a dormir? -preguntó, mirando.

Si los peces no duermen, ellos no deben tener pesadillas. Eso es bueno. Yo tampoco voy a dormir.

-Yo no. Estoy muy llena de energía para hacerlo.

¿Me di un golpe hoy? No recuerdo que fue lo que me dejó tan energética. Le preguntaré a Ici mañana.

-Se nota. -respondió divertida.

¿Que era lo que le preguntaría a Elena?...

-¿Tú vas a dormir? - pregunté con ansias de comer.

-No sé. -se encogió de hombros. -Si no quieres mi compañía, yo me voy.

-¿Quieres chocolate? -pregunté, levantándome.

-Claro. -se levantó también, siguiéndome hasta la cocina.

Hm, las sombras nos siguen las 24 horas del día y nunca intentamos espantarlas, ahora un desconocido viene atrás y llaman hasta la policía. ¿Quién entiende?

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now