Capitulo 87

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*POV Alba

-¿Natalia? - la llamé, pasando la toalla por mi cabello húmedo. Me extrañó la falta de respuesta -¿Nat? -intenté una vez más, caminando por el apartamento -Hey, estoy segura de haber dejado la puerta abierta. -arqueé una ceja, empujando la puerta de la habitación de nuestro hijo -Ah, aquí estás! -sonreí. Ella levantó la mirada, encontrándose con la mía. Ella estaba en la mecedora y nuestro hijo en su regazo.

Natalia cantaba bajito, moviéndose lentamente. Salí sin hacer ruido y me tiré en la cama, abrazando la almohada mientras sonreía.

Pensando en el pasado es increíble el cambio de Natalia. Hoy, ella es una persona de familia ejemplar. Llega del trabajo visiblemente exhausta, pero no se entrega al sueño, prefiriendo compartir con Bruno. Casi toda la noche me ayuda con el baño y lo duerme. Después de eso me llena de cariño y atención, para solamente entonces pensar en ella.

-¿De qué te ríes? -abrí los ojos, observándola. Ella estaba asomada desde la puerta, sabrá Dios hace cuánto tiempo.

-De mi suerte. -me senté en la cama, de forma de indio. Ella esperó que siguiera -Sabes... -gesticule con las manos, mientras citaba los motivos -Tengo un empleo maravilloso, una casa acogedora, un hijo hermoso y a la mejor persona del mundo a mi lado. -me puse de pie, sobre la cama. Natalia se acercó, sujetándome de la cintura -A veces me pregunto qué hice para merecer tanto... -sonreí, pasando las manos por su cabello. Ella me atrajo hacia su cuerpo, obligándome a prender las piernas en torno a su cintura.

-¿Ah sí? -sonrío, volviéndose y sentándose conmigo en su regazo. Asentí. Ella acercó sus labios a los míos, colocándolos en ellos. Suspiré, sintiendo un placer visible -Te amo. -susurró, contra mi boca.

-Lo sé. -sellé sus labios y me alejé un poco -¿No estás cansada? Estaba pensando y... Natalia hace siglos que no piensas en ti misma.

-¿Estás preocupada? -ella inclinó su cabeza hacia atrás y entrecerró los ojos. Asentí con la cabeza. Ella sonrió, tierna -No hay nada en mi vida que quiera cambiar o abrirle la mano. Sí, lo confieso, estoy cansada, pero nunca me sentí tan feliz. Tan viva. Bruno y tú son mis prioridades y no estoy dispuesta a renunciar a ninguna hora con ustedes... -la interrumpí, uniendo mis labios a los suyos,incapaz de contenerme. Ella llevó el cuerpo hacia atrás, acostándonos. Me alejé, dándole una sonrisa traviesa.

-Yo te voy a cuidar. -mi voz salió ronca, baja. Incliné mi cabeza hacia el frente, rozando los labios por su mejilla -Te voy a cuidar la noche entera... -y después de eso no restó más espacio para las palabras.

-

-Wow, estás hermosa. -Santi silbó. Di una vuelta, tirando el cabello hacia atrás. Después de eso reí, dándole un beso en la mejilla.

-¿Será que le va a gustar la sorpresa?

-Ah, a mí me gustaría... -afirmó mi cuñado, malicioso. Le di un leve golpe en la cabeza, haciéndolo reír.

-¿Estarás bien con Bruno?

-Querida, no te preocupes, vamos a estar bien. -garantizó María -Dale un beso a mi hija por todos nosotros. Y dile que estamos seguro de que ese libro será un éxito.

-Está bien. Por favor, llamen si necesitan cualquier cosa. -ambos asintieron.

Le di un beso a mi hijo, sintiéndome dividida, una vez más. Hoy es el lanzamiento del libro de Natalia y dará firmas en una librería en donde, después, habrá un cóctel. Quise darle una sorpresa, así que pasé toda la semana lamentándome por no poder estar con ella en ese momento, mientras por otro lado planeaba todo para dejar a Bruno en casa de María, con Santi y sus abuelos e ir a su encuentro. Es la primera vez que me alejo de él. Y me siento culpable.

The Exchange (ALBALIA)Kde žijí příběhy. Začni objevovat