Capitulo 29

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*POV Natalia

Estaba sentada en el sofá, buscando algo bueno para ver en la televisión cuando el timbre sonó. No fue exactamente una sorpresa el ver al playboy en la puerta.

-¿Qué quieres? -pregunté sin dejarlo entrar.

-Hablé con Alba. -respondió con aquel aire de buen mozo que me irrita.

Di un paso atrás y lo dejé entrar.

-Ella está en el baño. -informé con la voz seca.

Y me senté nuevamente, al igual que él.

-Entonces... ¿crees que se tarde mucho? -preguntó mirándome.

-¿Por qué yo debería de saber eso? -arqueé una ceja.

-¿Porque tu estas viviendo con ella?

-No me quedó controlando sus baños. -suspiré.

-Que mal. -volteé los ojos, mirando la televisión -Hey...

Cerré los ojos unos segundos, intentando contener la rabia.

-¿Qué fue ahora? -pregunté sin mirarlo.

-¿Tienes algún consejo sobre algún regalo que pueda darle a ella? -seguí mirando la televisión -Estaba pensando en darle flores...

Fue ahí donde brinqué.

-NO.- grité- Flores no. -hablé con mi voz normal.

No sé, pero el sentimiento de perder se apoderó de mi. Él ya tiene la atención de ella, ya se ganó sus sonrisas, su compañía, su cariño... ahora él no me va a quitar la única cosa buena que yo hice.

Haberle enviado flores.

*POV Alba

Bajé las escaleras y me encontré con Natalia y Joan. El clima pesado contaminaba toda la sala. Limpié la garganta para llamar la atención.

-Hey, princesa. -se levantó Joan, viniendo a abrazarme.

Sonreí y corrí hasta él, dándole un fuerte abrazo.

-Joan, ¿qué haces aquí tan temprano? -pregunté saliendo de sus brazos.

-Te vine a buscar para ir a almorzar. -explicó, sujetando mi mano. -El día está lindo, sería un pecado perderlo en casa.

Por una esquina de mi ojo pude notar a Natalia bajar la mirada en medio de un suspiro. Mi corazón se apretó.

-Yo... -mordí mi labio inferior.

Por Dios Alba, deja de ser tan idiota, ella se fue a la cama con quinientas, jódete. Lo mínimo tuvo que haber suspirado porque tú estás hablando muy alto mientras ella intenta ver la película. Ese monólogo interno me hizo responderle a Joan.

-...me encantaría ir a almorzar contigo. -completé mi frase.

Entonces le avisé a María que estaba de salida y me fui con Joan a donde él quería llevarme. Como siempre, el almuerzo transcurrió extremadamente bien, era fácil sonreír con él. Después fuimos a caminar hasta el parque que estaba cerca del restaurante.

-Mira esa flor. -me detuve mirando la hermosa flor en al árbol. -¿no es maravillosa?

-Pero, ¿te gustan las flores? -preguntó confundido.

-Es obvio que me gustan las flores. -respondí mirándolo -¿Por qué el espanto?

-Es que Natalia me dijo lo contrario.

-No puedo creer que ella te haya dicho eso. -negué con la cabeza -Ella... yo ... -gruñí de rabia.

-Relájate. -se acercó a mi, acariciando mi mejilla -Todo está bien. -sonrió -Aquí... -se estiró tomando la flor del árbol -para ti.

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now