Capitulo 27

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*POV Alba

Elena y yo nos miramos de reojo, sin entender nada de la actitud de Natalia, pero al final, ¿cuándo le hemos entendido? Le seguí contando a Elena sobre mi almuerzo. Después tomé la notebook para ver si recibí algún mensaje de las personas de España. Y como lo esperaba, si. Había un video que envió mi madre, mis ojos se llenaron de lagrimas al ver a mis padres, mi hermana, Julia y Maria, todos en una mesa, totalmente decorada por mi cumpleaños, cantando. La sala estaba completa de globos, seguidamente cada unos de ellos me dejó un mensaje deseándome muchas cosas buenas, también mencionando todo lo que me extrañaban y lo que quieren que esté allá hoy. No fue una sorpresa comenzar a llorar desconsoladamente. Creo que las fechas importantes son las más difíciles para pasar lejos de casa.

Sequé las lagrimas cuando conseguí contenerme, guardé la notebook y me quedé en el cuarto hasta sentirme emocionalmente preparada para salir. Toqué un pétalo de una rosa de mi florero que estaba sobre un mueble al lado de mi cama. Entonces noté a un lado del vaso una nota que ciertamente no estaba ahí antes.

Lo tomé, con un cuidado innecesario, al final solo era un pedazo de papel.

"... porque entre las flores, nuestro día fue más lindo.

¿Me creerías si te digo que mi corazón se acelera con el sólo hecho de escuchar tu nombre?

Feliz cumpleaños"

Me quedé paralizada por un buen tiempo, mirando la nota. Sin creer lo que estaba leyendo y mucho menos que fue justamente ella quien mandó las rosas. Salí del cuarto con la nota en mis manos y fui hasta el de Natalia, en donde entré sin ni siquiera tocar.

-¿Por qué simplemente no me dijiste estoy hoy en la mañana? -pregunté mostrando la carta entre mis dedos.

-¿Qué es eso? -se levantó para descubrirlo -Ah... eso. -pensó un tiempo -Yo no iba a dejarte saber que fui yo quien te mandó las flores. Sólo que la idea de que hayas pensado que fue aquel playboy el que las envió, me dejó con tanta rabia que subí y escribí la nota. -admitió.

-¿Pediste que entregaran las flores en tu propia casa? -dije con la voz tierna -Quiero decir, ¿por qué no me las entregaste tú misma?

-Ya te dije, no quería que supieras que fui yo. -se levantó -pero al mismo tiempo quería mostrarte que en realidad me importas.

Mi corazón se tumbó dentro de mi pecho al escucharla decir eso.

-No entiendo. -parpadeé varias veces seguidas para contener las lagrimas.

-Pensé que de alguna forma, el hecho de que las flores sean las misma que dijiste que no querías pisar aquel día te haría descubrir que yo las mandé. -se acercó a mi -pero no pasó. -suspiró -todo lo contrario, creíste que había sido otra persona.

-Yo nunca creí que Joan me las hubiese mandado. -dije sincera -Yo quería con todas mis fuerzas que hubieras sido tú. -admití -sólo que después de hoy en la mañana lo creí completamente imposible. -la miré -porque fue como si no supieras que estaba cumpliendo años.

-Encargué las flores hace dos días atrás. -contó a un paso de chocar con mi cuerpo -Quería darte algo especial. -respiré profundo -Yo sé que las flores van a morir, pero su significado no. -aunque ella estaba muy cerca, yo la sentía muy lejos, por no tocarme -Y eso.

Cuando vi que ella ya no haría ni diría nada más, me di la vuelta para salir, pero no conseguía contener mi impulso, movida por la decepción de que ella no lo haya hecho por si sola.

-Natalia, ¿puedo pedirte algo de cumpleaños? -pregunté mirándola.

-Habla. -me miró confundida.

The Exchange (ALBALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora