Capitulo 26

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Gracias a Dios me dieron la salida del hospital al día siguiente, pero en casa me daban tanta atención que imploraba por momentos sola. Me daba vuelta y tenía a alguien a mi lado para ayudarme o simplemente preguntar si estaba bien. La única que no llegó muy cerca era quien yo más quería. Con tanto entrar y salir del cuarto, tanta preocupación creo que Alba decidió mantenerse alejada. Sé que ella todavía se culpa por lo que pasó y eso me está dejando loca. Necesito de un momento a solas con ella.

-Elena. -grité cuando la vi pasar frente a mi habitación.

Entró viniendo hasta mi.

-Si? -se detuvo en frente de mi cama.

-Por favor, saca a nuestros padres de la casa, no aguanto más que estén siempre alrededor mío. -pasé las manos en mi cabello -Y diles que quiero que Alba se quedé conmigo.

-Wow, relájate. -guiñó sonriendo -Voy a intentarlo.

Salió. Por favor, que ella no haga nada de más.

Lastima que las cosas no sean tan fácil como parecen, no es que tú quieras que tus padres sumen y ellos suman. Elena no consiguió que salieran de casa, ambos creen que voy a tener un ataque en cualquier momento. Hice la cara de berrinche, como un bebé. Sólo tuve un poco de paz cuando pasó la media noche y fingí haberme dormido. Entonces, ellos también se fueron a dormir.

Una media hora después escuché pasos en el pasillo, cerré los ojos en el momento, pensando que podían ser mis padres. La puerta del cuarto se abrió, luego sentí la cama hundirse a mi lado izquierdo y una mano suave tocar mi rostro. Entonces abrí los ojos.

-No quería despertarte. -dijo Alba.

-No estaba durmiendo.

Estaba tan feliz de que ella estuviera aquí que no cabía en mi misma.

-Sólo vine para ver como estabas. -contó, su mano aun acariciando mi rostro levemente. -El día se pasó muy rápido hoy.

-Ni me digas. -volteé los ojos.

Giré mi rostro dando un beso en su mano, cerré los ojos y rocé mis labios en ella un tiempo, miré a Alba que estaba sonriendo.

-Hey, acuéstate aquí conmigo. -golpeé mi lado de la cama -Está haciendo frío como para que te quedes solo con ese pijama ahí sentada.

Alba asintió y se acostó a mi lado, con un cuidado innecesario, ya que mi brazo lastimado es el otro. Entonces abrazó mi cuerpo.

De solo sentir el calor que emana su piel, me olvidé de todos los dolores, de Paul, del día cansador.

Sujeté su barbilla y la levanté levemente, haciéndola mirarme. Entonces, sin demoras, sellé sus labios levemente, solamente para sentir su gusto nuevamente. Los rocé por su mejilla, nariz y regresando a sus labios, mordiéndolos.

*POV Alba

Mi cuerpo entero respondió a la acción repentina de Natalia, fijé mi mano en su nuca y la hice profundizar el beso y dejar maltratarme. Ella sonrió con mi ansiedad, por eso cedió a mi pedido mudo. Sus labios danzaban sobre los míos, cariñosamente, capturando cada rincón, su lengua se entrelazó con la mía. Su mano paseaba por mi cintura, acariciándola, empujándome más cerca. El beso seguía con ritmo, ella aumentaba la presión al igual que yo, ella se calmaba y yo la seguía. Como una danza muy bien coreografiada, ensayada. Sus labios eran tan suaves, que cuando el aire comenzó a faltar no me contuve a chuparlos, dejándolos más tiempo junto con los míos. En seguida di una leve mordida en la parte inferior de ellos y los sellé rápidamente varias veces.

Solamente entonces quebramos aquella sintonía, su respiración chocaba contra mi rostro, mientras su mano seguía en mi cintura. Quité la mía de su cuello y la dirigí hasta su abdomen. En donde la dejé ahí.

The Exchange (ALBALIA)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum