Capitulo 75

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*5 meses después.

*POV Alba

Los días fueron pasando y, poco a poco, Natalia y yo retomamos nuestras rutinas. Ella ocupada con su nuevo trabajo y yo concentrada en mi próxima conferencia con la clínica de rehabilitación. Nuestras cabezas estaban a mil y no fueron pocas veces que buscamos un poco de paz y consuelo la una en la otra y, tal vez, eso sea lo más mágico de nuestra relación, somos, sobre todo, cómplices.

De alguna forma nuestra relación no se basa solo en sexo o palabras cortas, sino que también compartimos todo, desde los casos chistoso de nuestro día hasta los problemas, por pequeños que sean, que nos incomodaran. Hay días que simplemente nos quedamos abrazadas en un lugar cualquiera de la sala, con la televisión encendida en una película a la que ninguna de las dos le prestamos atención y esa certeza de que esas horas que pasamos juntas son las mejores y las más esperadas de nuestro día.

Dos golpes en la puerta seguidos por la voz de Julián llamándome me hicieron levantar la cabeza de los papeles que leía.

-Llegó un nuevo paciente esta mañana, ¿ya te avisaron?

-Oh, sí, me di cuenta, pero aun no tengo la oportunidad de conocerlo. -me recosté en la silla, exhausta -El día ha sido bastante pesado.

-Bueno, te dejaré la carpeta de él aquí, tal vez quieras darle un vistazo.

-Ah, claro que quiero. -sonreí - Gracias Julián.

-De nada, mi ángel. -me dio un beso en la frente antes de salir de mi oficina.

Segundos después nuevamente unos golpes en la puerta me desconcentraron.

Entonces lo primero que vi fue un ramo enorme de rosas rojas, escondiendo mi sonrisa favorita en el rostro de mi esposa.

*POV Natalia

Al principio no estaba segura si ir o no a la clínica de Alba, tenía un tiempo libre, resultado de una larga y cansada reunión, mientras tanto sabía que ella podía estar ocupada y claramente no quería interrumpirla. Pensé en llamar antes para avisar que iría y certificarme que no habría ningún problema, pero cuando salí de la empresa, con el celular en la mano, lista para llamar, tropecé con un vendedor de flores. Cargaba en su brazo diferentes tipo de rosas, en ramos o listas para ser vendidas por individual, le pedí que montara uno especial para mí, un poco más grande de lo que él tenía y lo recompensé con una considerada cantidad de dinero mayor al precio en el que él vendía las flores. Por suerte, mi temor desapareció cuando, al llegar a la oficina de Alba, fui recibida por una mirada llena de sorpresa, una exclamación de asombro y un brillo que conozco extremadamente bien de encanto y alegría. Solamente entonces me di cuenta que estaba aguantando la respiración, de tanto miedo de interrumpirla.

-Natalia! -exclamó, levantándose y viniendo hacia mi -Yo... quiero decir, ¿qué haces aquí?

-Vine a pasar algunos minutos con mi adorable esposa. -sonreí, alcanzándole el ramo -Tengo un receso por algunos minutos.

-Ah, que lindo. -cerró los ojos, inhalando el aroma de las rosas -Gracias! -retribuyó a mi sonrisa y me abrazó, inclinando la cabeza para poder alcanzar mis labios -Eres increíble. -murmuró -Sabes exactamente los momentos en los que necesito de algo así. -indicó las flores, antes de dejarme sentir el gusto de su dulce boca -Estaba con la duda si llamarte o no, ya sabes, solo para escuchar tu voz...

Y entonces reí, porque aun sin saber, tenemos los mismo temores e incertidumbres. Reí también porque es increíble como nos completamos.

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The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now