Capitulo 68

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*POV Alba

Cerré con fuerza la notebook que estaba sobre mi escritorio. Mierda, una vez más me desconcentré. El movimiento en la clínica es tranquilo, tal vez por ser muy temprano todavía, normalmente en esos momentos raros me hago cargo de la parte administrativa, que es también, curiosamente, la que más odio. Sin embargo hoy no había forma de que aquellos papeles capturaran mi atención, por eso cuando el teléfono sonó me apuré a contestarlo, ansiosa por tener una excusa para huir de lo que hacía.

-Bueno?

-Alba! -la voz de Elena salió tan animada como la mía -Ah, cuánto te extraño.

-Si, también te extraño. -sonreí, recostándome en la silla -¿Cómo está mi futuro ahijado? ¿Lo estás alimentando bien?

-Aunque no fuera responsable, que créeme, lo soy, mi marido no dejaría que nuestro hijo se viera perjudicado de ninguna forma. -reímos - En fin, mi vida, ¿qué dices de venir a cenar aquí a mi casa mañana?

-Puedo darme una vuelta por allá... -mordí mis labios -...pero mi hermana está aquí conmigo y se quedará por algunos pocos días más, así que quedé con ella que decidiera lo que quiere que hagamos en la noche, ya que me paso trabajando todo el día.

-Pero ven con ella, estaremos encantados de recibirla.

-Pareces la dueña de un hotel hablando... -murmuré, ella comenzó a reírse -...te prometo que hablaré con ella, y luego te regreso la llamada, está bien?

-Perfecto. -concordó, luego nos despedimos, pero antes Elena se pronunció con la voz un poco distante y un tanto nostálgica. -Y Alba...

-Si?

-De verdad te extraño muchísimo.

Y algo en su tono de voz dejó muy claro que no hablaba solamente del contacto físico.

-Julián. -lo llamé, cuando lo vi pasar por el pasillo, él se detuvo en mi puerta y asintió -¿Crees que he cambiado?

-Eh?

-Si, en todo este tiempo, durante los años...

-Claramente, has madurado. ¿Por qué?

-Porque siento que las personas que más valoro en el mundo no les gusta esta nueva Alba. -suspiré -Y si ellos no lo aprueban no sé si quiero ser así.

-Mi vida, solamente debes cambiar si no estás satisfecha con lo que eres. No lo hagas por los demás, quien te ama de verdad al final te aceptará tal y como eres.

-Julián, no sé quién quiero ser. -admití triste -Mi mundo se vino abajo. -sentí como se inició un nudo en mi garganta -Porque lo único que hago es sentir miedo.

-¿De qué? -finalmente entró a la oficina.

-De decepcionar. -mordí mis labios -Solo que intentando hacer lo correcto fallé cruelmente.

-Ese es tu problema. -se acercó, agachándose frente a mi -Siempre quieres agradarles a los demás y abrazar el mundo, pero aquí te va una novedad, tus brazos son muy pequeños para eso. -sonrió -Abrázate a ti primero, para después hacerlo con el que sigue. -asentí, sintiéndome estúpidamente frágil -Ven aquí -me empujó hacia él para que lo abrazara -Eres joven, libre y sin obstáculos, no te enredes tanto con el trabajo. -me susurró -Haz más lo que tu corazón te manda, es tiempo de intentar, equivocarse, intentarlo de nuevo...

-¿Cómo sabes que el problema es la clínica?

-No soy tan distraído, desde que regresaste del viaje estás diferente. -acarició mi cabello -El brillo constante que había en tus ojos se apagó. -contuve las lagrimas -Es obvio que todos sabemos que amas lo que haces, pero llegó un momento en el que claramente ya no querías estar más aquí, si entiendes?

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