Capitulo 58

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*POV Alba

¿Qué locura fue esa!? En un momento estaba despertando tranquilamente y ahora mis fuerzas se agotaron y todo mi cuerpo está sudando. Los lugares por donde pasaron los labios de Natalia aun me quemaban. La volví a ver y estaba muy sonriente.

-¿Qué fue? -me reí de su expresión.

-Eh? -pareció que la desperté de su transe -Nada. -apretó levemente mi nariz.

Extendí mi mano y acaricié su rostro. Ella cerró los ojos un momento, pero luego volvió a verme.

-Eres tan linda. -susurré, son poder contener las palabras.

-Yo!? -cerró un ojo y arrugó levemente su nariz -Capaz. -inclinó su cabeza y rozó sus labios por mi mejilla -Tú eres linda.

-Tonta. ¿Vamos a preparar algo para comer? -sugerí. Ella asintió, sin embargo, se tardó siglos para salir de la cama -Natalia. -le lancé una almohada después de ya haberme puesto mi ropa interior y bata -Pretendo llegar para el desayuno, no la cena. Sal de ahí, perezosa. -la tomé de la mano.

-Solo cinco minuto más.

-Ni un minuto más. Voy bajando, si no apareces te quedarás con hambre.

Torpemente comencé a preparar algunas cosas para comer, sentí cuando los brazos de Natalia envolvieron mi cintura, rozó sus labios por mi cuello antes de capturarlo. Cerré los ojos un momento.

-Me vas a dejar llenas de marcas.

-Nada que un buen maquillaje no pueda ocultar. -respondió con mi propia frase, guiñó un ojo y salió de la cocina.

Toma Alba. Ahora paga por idiota.

Respiré hondo, apagué la cocina y me dirigí hacia la sala. Natalia estaba sentada en una de las grandes sillas, viendo una pared vacía. Me senté en su regazo, incluso sin permiso, envolví mis brazos en torno a su cuello y esperé hasta que me viera.

-Pss. -pasé la nariz por su mejilla, acariciándola -¿Me disculpas por lo que dije ayer? -susurré contra su piel -Hm? -deposité un beso a un lado de sus labios. Y luego uno más. Y otro. Y otro. Hasta que sonrió.

-¿Siempre consigues lo que quieres?-se dio por vencida, pasando sus brazos en torno a mi cuerpo.

-Casi siempre. -bromeé, sonriendo -Sé que fui medio estúpida. Y que, por lo bien que conozco tu cabeza, ya debiste haber pensado que soy experta en el arte de esconder chupetones por todo el cuerpo. -reímos.

-¿Y no tenía que pensarlo?

-Tal vez. -mordí su mejilla -Pero solo era en ese momento, porque estaba molesta.

-Ah si? -apretó sus brazos aun más -¿Por qué?

-Quien sabe, tal vez porque desperté sola. -la vi. Tirándole la indirecta. Ella se quedó callada algunos segundos, procesando lo que dije.

-Está bien, culpable. -levantó sus brazos, rindiéndose, sin embargo, no dijo más sobre el tema -¿No estás sintiendo un olor como a quemado?

Olfateé el aire y me levanté rápidamente corriendo hasta la cocina.

-Pero que mierda, creí que había apagado este aparato. -me exalté, descubriendo mis panqueques quemados. Natalia llegó atrás riéndose -Voy a tener que hacer todo otra vez.

-Si sirve de algo ya me habían dicho una vez que la practica hace al maestro. -se burló.

-No, no sirve de nada.

-Alba, ¿te puedo hacer una pregunta indiscreta?-se apoyó a en la puerta.

-Si. -intenté espantar el humo y el olor a quemado con un paño.

The Exchange (ALBALIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora