Capitulo 28

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-Por Dios, ¿Cuándo será el día que aprenda? -la sujeté, pasando su brazo alrededor de mi hombro.

-Ya he aprendido un montooon de cosas. ¿Tú sabias que después del 9 viene el 10? -preguntó como si fuera la gran cosa.

Me negué a darle cuerda a esa conversación. La senté en el sofá, con un poco de dificultad ya que ella no ayudó en nada.

-Yo soy una persona muy pasada de buena. -murmuré para mi misma.

-¿Te sabes la canción del indio?  -preguntó mirándome -Uno, dos, cuatro, pequeños indios... -comenzó a cantar.

-Debería grabarte cuando estás así para mostrártelo cuando estés en tus cinco sentidos. -resoplé -Te voy a preparar un café bien fuerte, no te muevas de aquí.

Me dirigí a la cocina. Me quedé un tiempo allí preparando el café, cuando regresé a la sala vi a Natalia bien sentada, revolviendo mis papeles. Uno de ellos cayó al suelo, un poco lejos del sofá, ella se levantó rápidamente sin tropezar, tambalear ni nada por el estilo y lo recogió, volviendo a sentarse. Hija de ... Respiré profundo. ¿Así que quieres jugar Lacunza? Entonces vamos a jugar.

Miré la taza de café en mis manos, pensé unos segundos y regresé a la cocina, tiré el que tenía ahí y preparé un café más fuerte. Regresé a la sala, como si no me hubiera enterado de nada.

-Toma, Natalia. -le entregué la taza -Tómatelo todo.

-No me lo voy a tomar. -respondió, soltando la taza.

-Ah, claro que si la vas a tomar. -regresé la taza, sentándome a su lado -Tienes que tomártelo para que estés bien.

Natalia colocó las dos manos en sus labios, tapándolos y girando la cara.Tuve que hacer un esfuerzo sobrenatural para no tirar todo el café sobre ella.

-Hm, si te tomas el café yo te doy un regalo. -la miré.

-¿Qué regalo? -se destapó la boca para preguntar pero en la secuencia la tapó nuevamente.

Vergüenza ajena, en serio. Esta broma me está irritando.

-Una cosa que siempre has querido. -sonreí -Además, este café es una delicia, no te vas a arrepentir.

Idiota, si estás drogada tienes que creer en mi. Ella tomó la taza. Yo quería reírme mucho cuando ella dio el primer sorbo, pero más aun por ver como sufría por tener que tomárselo todo. Discúlpame, normalmente no soy tan mala, pero lo mereces.

-Muy bien. -sonreí, tomando la taza y colocándola sobre la mesa del centro -Ahora un baño.

*POV Natalia

No necesitaba fingir más que no podía caminar, porque realmente no podía. No después de aquel café que Alba me hizo tomar, aquello tenia más de lo que yo aguanto de cualquier cosa. Llegamos al baño, miré a Alba sin condiciones para hablar.

-Estás callada hoy. -comentó, mirándome -Normalmente eres muy charlatana.

Ignoré, después de ese café tenía derecho a estar callada.

-Está bien, te voy a ayudar. -llegó frente a mi -Levanta los brazos, Natalia. -lo hice.

Me ericé cuando sentí sus pequeñas manos quitar mi blusa, fue realmente difícil no agarrarla.

-Siéntate, Natalia. -me sentó sobre la tapa de del váter -Ahora intenta quitarte las medias. Sólo las medias. -avisó.

Me pude haber hecho la tonta, pero la ayudé.

-Ok, ahora espera aquí. -abrió la ducha -Ven. -sujetó mi mano, ayudándome a entrar bajo el agua.

Puta que la parió, esto está helado. Mis dientes comenzaron a temblar por le choque térmico. Pasé las manos en mis brazos para tratar de entrar en calor, en vano.

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now