Capitulo 40

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*POV Natalia

Nunca quise tanto que una broma acabara volviéndose realidad, una parte muy grande de mi quería eso, y lo necesitaba, estar segura de que todo lo que vivimos no va a terminar junto al intercambio. Que todo en lo que me convertí no se vaya con ella. Y creo que ese es mi mayor miedo, cuando no la tenga cerca no tendré más el impulso de querer ser mejor, aunque todavía no me haya logrado alejar completamente de las drogas.

-NATALIA -gritó Damion en mi oído, sacándome de mis pensamientos.

-Si? -dije lentamente.

-Hace media hora que te estoy llamando. -comentó -¿Estabas en la luna?

-Sólo si esa luna sea de España, es rubia y tenga los ojos dorados. -murmuró Elena, riendo.

-Discúlpame. ¿Qué querías? -pregunté, ignorando a mi hermana.

-Te estaba sugiriendo que pasáramos por un helado, al final la tarde está calurosa hoy. -asentí, cambiando el rumbo hacia la heladería.

-Ay, buena idea Damion. -elogió Alba, sonriendo -Realmente esta muy caluroso. -concordó, mientras recogía su cabello en una pequeña coleta.

La miré desde un lado de mis ojos y estiré mi mano para tocar la suya.

-Las dos manos al volante, Natalia. -me imitó como hablé más temprano, haciéndome reír.

En poco tiempo llegamos a la heladería. Tomamos los sabores que queríamos y nos sentamos en una de las mesas en la parte de afuera del loca.

-Yo amo el chocolate. -comentó Elena.

-Creo que me di cuenta de eso cuando te vi tomando cinco bolas de ese sabor de helado. -dijo Alba riendo, mi hermana le sacó la lengua.

-Ih, ya te ensuciaste. -comenté, mirando a Alba.

-¿En dónde? -preguntó.

-Aquí. -me acerqué a ella, pasando mis labios aun lado de los suyos.

-Ah, ¿ahora se supone? ¿Y en público? -preguntó Elena burlándose -Finalmente -sonrió -¿Puedo decirte cuñada?

-Elena, come que te ves más bonita. -respondió, riendo.

*POV Alba

Más tarde dejamos a Damion en su casa y regresamos a la nuestra. Natalia tiró las llaves del carro sobre la mesa, mientras Elena subía a tomar un baño. La miré un momento, estaba callada desde que llegamos de la heladería.

-¿Pasó algo? -pregunté, tocando su hombro. Ella se dio la vuelta hacia mi, negando con la cabeza.

-¿Por qué? -me vio, confundida.

-No sé, estás medio quieta... -mordí mi labio inferior.

-Sólo me quedé pensando en algunas cosas... -se sentó en el sofá -... ven aquí. -me llamó. Fui hasta ella, pero cuando me iba a sentar a su lado me tomó en su regazo, me sujeté a su cuello y recosté mi cabeza en su hombro, sus manos envolvían mi cintura. Ella apoyó su barbilla en mi hombro -¿No te incomoda cuando Elena te dice cuñada? -preguntó, tomándome de sorpresa.

-No. -dije sincera -Es un juego suyo, una forma de burlarse de mi.

Ella asintió, mientras depositaba un pequeño beso en mi cuello, dejándome erizada.

-Jon me envió un mensaje temprano... -me contó, con calma -...invitándome  a una fiesta con él esta noche.

-Y...? -pregunté, levantando la cabeza para poder verla.

The Exchange (ALBALIA)Where stories live. Discover now