4.

28 2 1
                                    

Christina había terminado un breve acto sexual, así que se dispone a colocarse bien su ropa y salir de aquella horrible habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Christina había terminado un breve acto sexual, así que se dispone a colocarse bien su ropa y salir de aquella horrible habitación.

Se sentía como una cualquiera, cada vez que hacía eso se sentía como tal.

Pero, sabía que probablemente ella no era nada. Nunca había hecho nada valioso en su vida, sólo tener hijos, y nadie a su alrededor podría concordar en que aquello era un acto realmente valioso o admirable, y más si se trataba de tres mocosos que eran insoportables a la vista o trato de cualquiera.

Mientras Christina Blair caminaba por un oscuro callejón para volver a casa, ocurrió algo.

Unas manos cubiertas por guantes negros la tomó fuertemente del cuello, la empujaron hacia la pared con imponente fuerza, la jalaron por sus tenues cabellos y le escupieron encima.

-¡Maldición! -Exclama la mujer quejándose del dolor-, ¡¿Qué quieres?! ¡¿Quién coño eres?!

-Abandona la custodia legal de tus hijos, y dalos a tu aún esposo. -Dice el hombre con gruesa y grave voz. Luego se retira velozmente.

Christina suspira, aún allí tirada en el suelo, junto a las bolsas de basura... Ahora ella parecía una bolsa más, igual de malhoriente, igual de inútil, igual de asquerosa.

No era sólo porque no se había bañado en días y porque su cuerpo parecía estar comenzando un severo proceso de putrefacción prematura, sino porque ella era una inútil, y, aún allí, junto a la basura, con saliva en su cara de aquél salvaje hombre, se seguía sintiendo como una basura.

¿Quién era él? ¿Quién le había hecho semejante amenaza? Pues, el primer nombre que circulaba por su cabeza era el de Jackson Corner.

Sin embargo, aquella figura masculina no parecía tener mucho parentesco físico con él, era extraño.

~~~

-¡Genial! -Exclama el pequeño Rory-, ¡Vamos a entrar a jugar!

-¡No! -Lo detiene su tía-, Es una iglesia, allí no se debe entrar a husmear, aunque su cautivador físico pueda incitar a tal acto.

-Pero, es muy bonita, y grande, y quiero verla por dentro.

-No se puede, además, está cerrada. ¡Vámonos ya mismo de aquí!

Ambos se retiraron de aquél lugar, el niño no quería irse, estaba pataleando y gritando, demostrando con bastante sencillez su constante mal comportamiento.

-¡Quiero jugar allí! ¡Está abandonada! -Exclama el niño con descontento por la situación-, Tiene incluso dos pisos.

-En realidad parecían tres. -Comenta Anastasia secamente.

Al volver a la casa, Anastasia se encuentra con Emily, y, mientras los niños comen alguna merienda, ambas se dedican a charlar en el jardín.

-¡Es una iglesia! Una bastante enorme, antigua y pintoresca. -Dice la jóven.

-No sabía que sentías tal interés por las iglesias. ¿Por qué no la habías visto antes?

-Recuerda que me mudé aquí hace poco, no había vuelto a esta casa desde hacía años, y esa iglesia parecía no estar antes allí. -Explica Anastasia.

-Pues, está bastante cerca de esta casa, y, a mi parecer, tiene mucho tiempo construída. ¡Me extraña que no la hayas visto antes! -Exclama la criada-, A los niños no se les permite correr más allá de la pradera, y, como recién viven aquí por primera vez, es por eso que el jóven Rory no la había visto antes.

-¿Tú has llegado a entrar allí? -Anastasia frunce el ceño.

-No, jamás. Siempre permanece cerrada. -Contesta Emily fríamente, mirando hacia los árboles.

-Y, ¿Sabes cuándo la construyeron? -Pregunta Anastasia deseosa de conocer aquella información.

-Me figuro, según su aspecto físico, que hace mucho tiempo. Quizás en los años 20.

Segundos después, Anastasia comenta:
-Me parece curioso que, siendo una iglesia, y, considerando la enorme cantidad de religiosos y creyentes que hay por esta zona, no se encuentre disponible.

-De hecho, la abrirán muy pronto. -Dice Charlie llegando hacia ambas mujeres.

-¿Cómo lo sabe, señor? -Le cuestiona Emily.

-He oído rumores de que se abrirá muy pronto, han trabajado mucho en deshacerse de la humedad y en la renovación de la pintura. -Explica Charlie-, Así que estará disponible con prontitud, para todos aquellos que deseen ir a orar, y pensar que un Dios imaginario puede salvar sus miserables vidas, y dar esperanza donde no la hay.

-¿Puede permitirme preguntar si carece usted de creencia religiosa? -Emily toma la palabra.

-Precisamente. -Asiente Charlie-, Por cierto, la curiosidad me exige preguntar, ¿Dónde se encuentra Christina?

Anastasia se pone un tanto nerviosa.

-Ana, dime ya. -Dice el hombre con tono firme.

-Se ha ido, no sabemos dónde. -Contesta Emily-, Los niños están ahora comiendo y mirando televisión en la habitación principal, nosotras dos nos estamos ocupando.

-Pero, Ana, tú tienes que trabajar. -Dice el jóven altamente disgustado.

-Lo sé, pero Emily no puede hacerse cargo ella sola. -Responde la misma.

-¡Maldita mujer! -Exclama Charlie refiriéndose a la descarada de su hermana mayor-, ¡La voy a buscar ya mismo! ¡Y le daré una buena bofetada en cuanto la vea!

Al retirarse, Emily pregunta a la chica junto a ella:

-¿De veras le ha llegado a pegar a su hermana?

-Cuando ocurren estas cosas, actúa como un insensato salvaje.

El Caso Blair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora