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"El amor muchas veces termina en tragedia; es lo único no ficticio en las novelas."

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Anastasia se encontraba ahora tomando un café con su amiga íntima, Joanna Simnet.

-¡Y pensar que yo era una sospechosa en el caso Blair! Resultó ser la misma familia del detective la involucrada. -Dice Joanna.

-Bueno, su padre no sabía nada al respecto, y tampoco su hermana ni sus dos primos. Pero es lamentable, muy lamentable. -Expresa Anastasia-, No quisiera que el detective Pennington pase por esto, no es su culpa.

-Es cierto. Me imagino que ha de ser muy duro enviar a prisión a tu propia madre, ¡Qué desafortunado! -Exclama Joanna-, ¿Y qué ha pasado con Charlie Blair?

-¡Está en casa! -Exclama Anastasia sonriendo contenta-, Sufrió mucho esos días en prisión, le golpeaban y le herían, pero ya se está recomponiendo. Va a estar bien. Y ahora, trabajaremos en tener una relación más armoniosa y tranquila, él intentará dejar de lado sus agresiones físicas y psicológicas, y ambos cooperaremos. Sé que todo estará bien.

-Me alegra. -Murmura Joanna.

-Los niños nos visitaran cuando lo deseen, y en cuanto pueda y reuna dinero, dejaré a mi hermano en paz en su casa y me iré.

-¿Pero seguirás aquí en Hunsford?

-Desde luego. -Anastasia sonríe con relajo, y observa qué tan hermoso está el día.

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Más tarde, el detective Pennington se encuentra haciéndole una breve visita a Pedro.

-Yo nunca quise hacerlo, no quería matar a nadie.

-Pero lo hiciste, Pedro, lo hiciste. Y me siento inmensamente mal por tí, porque no fuiste el autor principal y sólo te dejaste persuadir. Mi madre es un monstruo, y lo sé porque... Sólo un monstruo podría arrebatarle, injustamente, la vida a alguien más.

-Lo lamento, William. Eres mi amigo, y amo a Claudia, pero ahora, definitivamente, no podremos estar juntos.

-Debemos cargar con las consecuencias de nuestros actos, así no queramos. Y... Desgraciadamente, el amor muchas veces termina en tragedia; es lo único no ficticio en las novelas.


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Al llegar la noche, Charlie le dice a su hermana en el porche de la casa:

-Gracias por todo, Ana. Y disculpa por haber sido violento u ofensor anteriormente, creo que todo lo sucedido, la muerte de Christina, la prisión, la pérdida de Emily, me ha enseñado que debo cambiar... Si cambio entonces quizás no ocurran tantas cosas malas a mi alrededor.

-Me agrada que pienses así. -Anastasia sonríe-, Pero... No es a mí a quién debes agradecer.

-¡Es cierto! -Exclama Charlie, levantándose de su asiento-, Sé que ya anocheció, pero no importa, iré a ver al detective Pennington y a agradecerle por haber resuelto el caso.

-Permíteme acompañarte, por favor. -Le pide Anastasia.

Casi veinte minutos después en auto, ya habían llegado ambos a la mansión del detective.

Estacionaron el auto afuera y les permitieron entrar.

Al tocar el timbre, el mayordomo les abre y ambos se encuentran con William, Lilia, Samuel y Claudia.

-¡Charlie Blair! -Exclama William contento al verlo-, ¡Me alegra mucho que esté usted bien! Pude resolverlo, hallé al culpable y ahora todo está bien, o eso creo.

-Por favor tomen asiento. -Les pide Claudia.

Todos lo hacen, y entonces Charlie le dice al detective:

-No estuviese en libertad si no fuera por usted. Creo que hice muy bien en buscarlo y convencerlo de volver a su trabajo, no sé por qué tenía yo ese extraño presentimiento de que debía averiguar quién le había quitado la vida a Christina, y tenía casi un afán por descubrirlo, y pues, funcionó, gracias a eso todo funcionó. Me siento muy agradecido.

-Sólo hago mi trabajo. Y aunque las cosas no resultaron como yo creía, por lo menos la justicia siempre me calma un poco. -Comenta William.

-Detective William, ¿Podríamos hablar a solas? -Le pregunta Anastasia.

Él asiente y ambos se van al salón de al lado.

-¿Qué pasará con Rubius? Él cooperó para el asesinato de mi hermana.

-Lo sé, he pensado en ello. Es un niño, creó que quizás cometió una simple equivocación, quizás sólo estaba siendo manejado por su ira y sus emociones infantiles, quizás merece una segunda oportunidad para hacer lo correcto. Cómo sea, de igual forma ninguno de los presentes en el salón ese día quiere revelar lo de Rubius, y yo no lo haré.

-He hablado con él, está arrepentido, dice que, aunque no quería a su madre, no debió haber cooperado. Si quieres puedes hablar tú en persona con él, así escucharías lo que dice y, te darías cuenta de que no es malvado, de que se equivocó.

-No hace falta, Anastasia; creo en tus palabras. -Dice el detective.

El Caso Blair Where stories live. Discover now