El Contrato #2

Capítulo 9

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

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—¡Bienvenidos a un nuevo concierto de Alastor Clamor!

Alastor esperaba escuchar los famosos vítores, aplausos, gritos y hasta incluso llantos de emoción de las fans mientras sus celulares alumbraban el lugar, ya sea por linternas, flashes de fotos o vídeos. Luego procedería con el parloteo breve, conqueteo con alguna que otra chica, preguntarle su canción favorita y empezar con ella.

Todo en su imaginación estaba correcto, era solo un concierto más, la única rutina que amaba en su vida.

Todo se desmoronó en su interior al abrir los ojos y encontrarse con los cientos de espectadores mirándolo con desaprobación, otros con el ceño fruncido y algunos más con desinterés. La impresión fue tanta que se quedó inmóvil, con la sonrisa congelada en su lugar.

¿Qué estaba pasando?

—¿¡Cuál es el problema!?—El regordete representante de Alastor, se ajustó las gafas mientras corría hacia uno de los miembros de producción—. ¡¿Qué se supone que está sucediendo?!

—¡Señor!—Un ayudante de  camarógrafo llegó deprisa junto a él. Traía consigo unos papeles—. ¡Parece que alguien estuvo repartiendo estos volantes en toda la manzana!

El alma cayó a sus pies al ver tal magnitud de problema.

—¡¿Porqué jodidos no me han avisado antes de que el concierto comience?!—Rechinó los dientes  mientras leía una y otra vez las palabras hirientes—. Lo siento, Alastor...

No podía creer ¿Porqué tanto odio? En el papel estaban impresos las fotos que le tomaron el día que llevó en brazos a la señorita Howland, cuando salieron del hotel y una gran foto de solo su rostro, con una "X" marcada, poniendo la frase "Eres una total basura, Alastor Clamor" "Ya no hay motivo para seguir apoyando a un traidor y una interferencia molesta de una pareja feliz y comprometida" "Eres desagradable"

—Mierda.

Evan miró de soslayo y vió temor en la expresión de Alastor. Entonces decidió actuar.

—No recuerdo haber asistido a ningún concierto antes—Murmuró un muy sorprendido Evan. Alastor en cambió dió una pequeña sacudida del susto. Ya había olvidado que no estaba solo en el escenario—. Pero estoy un 90 por ciento seguro de que no comienza así.