Capitulo 13

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Virgen Santisima Pura, que hermosa criatura. (Para ti que me estás leyendo, un beso❤)








¿Qué expresión debe poner una chica que ha sido descubierta con un chico tomándole la mano y muy cerca de su rostro?


Abbey Howland hubiera preferido luchar sola contra una pandilla de demonios antes que enfrentarse a su novio, que dicho sea de paso, acababa de aplaudir por el espectáculo.


Clap clap clap.


—Muy maravillosa obra—Evan traía su traje impecable, pero gotas de sudor perlaban su frente. Al parecer hacía mucho calor afuera—. Nunca pensé en ser testigo de una confesión en vivo y en directo.


Se acercó hasta donde estaban los dos, en el sofá. La sonrisa en su rostro era de todo menos alegría.


Fue solo cuando Evan fijó su mirada en las manos entrelazadas, que Abbey la retiró como si la hubiera quemado.


Se hallaba de pie a un paso de ellos, con las manos dentro de sus bolsillos delanteros. Una postura que parecía desenfadada a quienes no lo conocieran. Pero lo que acechaba bajo esa pose tranquila podía convertirse de un momento a otro en un tigre letal. El cabello del color de la medianoche, hacia atrás con spray, le daba un aspecto elegante y lo hacía parecer de mayor edad. Su camisa hacia juego con la noche obsidiana. Sus ojos verdes, de gruesas pestañas reparaban en cada movimiento, por pequeño que fuese, y enfatizaban un rostro de pómulos marcados y mandíbula cuadrada.


Abbey no sabía porque, pero desprendía una energía sobrenaturalmente poderosa.


Ladeando la barbilla en actitud interrogante preguntó al peliblanco:


—¿Qué pasa? ¿No hay continuación?


Abbey intervino antes de que hablara.


—Solo ha venido a verme un segundo. No es nada—murmuró, con aire nervioso. Y poniéndose de pie.


Avanzó hacia ellos hasta que no quedaba espacio. Paseó la mirada por la zona de su rostro y luego la miró a los ojos.


—Te atreves a tocar mi tesoro—era muy obvio que aunque la estaba mirando no le estaba hablando a ella. Sus pupilas se redujeron a pequeños puntos negros en ese verde monte—. Y vienes a mi casa a desafiar mi autoridad.


Alastor dejó escapar un taco por lo bajo y se enderezó.


El Contrato #2Where stories live. Discover now