Capítulo 46

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—¡Ya voy! ¡Ya salgo!—dijo Roan con voz avergonzada.

Abbey se quedó paralizada. Su corazón latía a mil por hora. ¿Sería posible que él la hubiera visto salir del baño con solo una toalla cubriendo su cuerpo?

¡Qué horror!

Las lágrimas le nublaron la vista.

—No, no, yo salgo primero —exclamó, sin medir las consecuencias.

—¿Cómo? —preguntó Roan, girando la cabeza.

Fue el instante fatal. Abbey salió para correr hacia la puerta, sin embargo resbaló con un pedazo de jabón que había quedado en el suelo y se desplomó. No pudo evitarlo. Pero él, con una agilidad sorprendente, la sujetó antes de que se golpeara.

—¡Ojo!

Los dos se dieron un porrazo en el suelo. Él se interpuso entre Abbey y el piso, salvándola de una caída peor. Pero ella se magulló la nariz contra el pecho de Roan.

—¿Te has hecho daño?

Ella estaba sin la toalla, rodeada por los brazos de él. La toalla estaba en su estómago.

Abbey se apartó de él como si le quemara y se subió la toalla hasta el cuello.

—¡Perdón! ¡Perdón! ¿Te he hecho daño?

—¡No, tranquila! Pero…—Roan le ajustó la toalla a Abbey, cubriendo lo que ella no se daba cuenta que estaba al descubierto—. Antes de preocuparte por los demás, preocúpate por ti misma —le acarició el pelo mojado, mientras su cara se ponía roja como un tomate—. Porque hay un hombre debajo de ti.

Abbey se quedó petrificada. No supo cómo reaccionar. Cuando quiso decir algo, Roan ya se había levantado, se había puesto la camisa y estaba frente a la puerta. Él giró el pomo de la puerta.

—Por favor, vas a resfriarte. Ve y calientate de nuevo en la ducha.

Roan se apoyó un segundo en la puerta, respiró hondo y se dispuso a salir del pasillo. Pero se encontró con Mercy, que lo esperaba apoyado en la pared.

Él le había dejado el celular en el baño a Abbey, antes de que se duchara, para grabar todo el espectáculo que iba a montar. Ahora se lo pasó discretamente a Mercy. Solo tenía que hacer una captura de pantalla del video en el momento más comprometido y tendría pruebas contra Abbey.

—El resto es cosa tuya —le dijo Roan con una sonrisa.

Mercy no contestó, pero miró el celular con los ojos brillantes. Oh, sí, ahora sí podría destruir a su enemigo.

(...)

Evan estaba apilando unas cajas en un rincón del almacén cuando escuchó su nombre.

—Jones.

Se giró y vio a Mercy, que le hacía señas con el celular en la mano. Tenía una expresión de preocupación y lástima en el rostro.

—¿Qué pasa? —preguntó Evan, mientras Mercy se le acercaba.

—Verás, Jones... No sé cómo decirte esto, pero... —Mercy hizo una pausa dramática y le pasó el celular a Evan—. Mira lo que encontré anoche en el baño.

Evan cogió el celular y vio la foto que le mostraba Mercy. Era una imagen de su prometida, Abbey, envuelta en una toalla y abrazada a Roan. Él tenía la camisa desabrochada y el rostro completamente rojo al igual que el de ella. La foto era claramente una prueba de infidelidad.

Mercy se mordió el labio inferior y le dijo a Evan con voz suave:

—Lo siento mucho, Jones. Parece que tu chica está jugando contigo. ¿Cómo puedes soportar que te engañe así? Ustedes son prometidos...

Evan miró la foto durante unos segundos, sin mostrar ninguna emoción. Luego, levantó la vista y le devolvió el celular a Mercy.

—Abbey es muy torpe. Seguro que se resbaló en el baño y Roan la ayudó a levantarse.

Mercy se quedó boquiabierto, sin poder creer lo que acababa de escuchar. ¿Acaso está deliberadamente ignorando lo que estaba pasando?

—¿Qué? ¿Estás bromeando? ¡Esa foto no tiene nada de inocente! ¡Es evidente que tu prometida te está poniendo los cuernos con Roan!

Evan la ignoró y cambió de tema.

—¿Y Roan? ¿Está bien? ¿No se hizo daño al sujetar a Abbey?

—Eh, no, no se hizo ningún daño.

Mercy no podía creer lo que veían sus ojos. Jones estaba tan tranquilo, como si nada hubiera pasado. Como si no acabara de ver la foto de su prometida en brazos de otro.

—¿Qué? ¿No te molesta que Abbey te traicione así? —insistió Mercy, esperando ver alguna señal de dolor o rabia en el rostro de Jones.

—No, para nada —respondió Jones, encogiéndose de hombros—. Es solo un malentendido. Abbey me quiere a mí, solo a mí.

Y dicho esto, cogió una espada de esgrima que había sobre una de las cajas y la colocó sobre su hombro, como si fuera un héroe de película. Luego, le sonrió a Mercy con una sonrisa arrogante y desafiante, mostrando todos sus dientes.

—¡Soy el único hombre en el que ella piensa! —exclamó Jones, con una seguridad que rozaba la locura.

Mercy se quedó petrificado, sin saber qué decir. ¿Cómo era posible que Jones fuera tan ciego y tan tonto? ¡Vio la prueba con sus propios ojos! ¿No tenía ningún orgullo? Si él estuviese en su lugar, estaría completamente devastado si le mostraban una prueba así. Era una prueba falsa, sin embargo, Evan no lo sabía.

Sintió una mezcla de irritación y desprecio por Jones. Era evidente que estaba completamente enamorado de esa mujer.

(...)

Mercy estaba disfrutando de su plan malvado. Había conseguido una foto comprometedora de Abbey y Roan, y se la había mostrado a Jones, esperando verlo sufrir. Pero Evan no había reaccionado como él esperaba. Se había negado a creer que su prometida le fuera infiel, y había defendido a Roan, su supuesto "rival".

No podía entender cómo Jones podía ser tan ingenuo y tan fiel. ¿No se daba cuenta de que si la foto fuese real (cosa que él no sabía que era mentira) Abbey y Roan se estarían burlando de él? ¿No tenía ningún sentido común?

Se lo contó todo a los gemelos, Ryan y Roan, que eran sus cómplices en la venganza contra Evan. Los gemelos tenían sus propios motivos para odiar a Jones, pero también tenían sus dudas sobre el plan de Mercy.

—Qué pareja más extraña —dijo Mercy, con una sonrisa maliciosa en los labios—. El hijo de una familia rica, el joven CEO de una empresa, y una plebeya sin ningún atractivo. Pensé que su relación se rompería enseguida, pero... Es muy interesante —se mordió la uña del pulgar, con una mirada de locura en los ojos—. Merecen ser destrozados.

—Oye, Mercy —intervino Ryan, con voz preocupada—. ¿No crees que nos estamos pasando? ¿Y si dejamos lo de la venganza?

Roan se tensó e intentó detener a su hermano.

—Ryan, no...

Ryan hizo caso omiso de su hermano.

—Podemos buscar otra forma de vengarnos de él...

No terminó la frase, porque Mercy le dio una bofetada que lo hizo tambalearse hacia atrás.

Roan corrió a socorrer a su hermano, que se llevó la mano a la mejilla.

—¡Ryan!

—¿Qué te pasa? ¿Después de todo lo que hemos hecho, vienes con esa tontería?

Los gemelos se estremecieron al ver la expresión de Mercy. Tenía una sonrisa siniestra y los ojos inyectados en sangre. Parecía un completo psicópata.








Deseenme feliz cumpleaños!!! Ya es mañanaa ♥️✨

Qué tal están? Tomen awita, les mando mucho amor ❤️ ¿Qué les pareció el capítulo?

Estoy orgullosa de lo lejos que llegaron y de sus esfuerzos 💕

Su escritora favorita ✨🫂

RZ ♥️

El Contrato #2Where stories live. Discover now