Mercy inhaló profundamente y deslizó su espada por la pared, junto al viejo armario.
-Aún no he acabado con mi venganza, ¿lo sabes, verdad?
La sonrisa maliciosa de Mercy se ensanchó al imaginar el miedo que debía de sentir Abbey dentro del armario. La pobre intentaba controlar su respiración y sus temblores, pero Mercy podía oírla perfectamente.
-Quiero que Evan sufra el infierno, y para eso te necesito a ti. Eres lo único que le importa.
Mercy se compadeció brevemente de él. Estaba tan perdido que no se daba cuenta de su locura.
-Así que si te destrozo, mi venganza será completa.
Suspiró con impaciencia cuando el armario permaneció en silencio. Parecía que nada de lo que decía iba a hacer que Abbey saliera de su escondite ridículo, así que se decidió a abrir el armario y acabar con su venganza de una vez por todas.
Ya estaba harto de tanta quietud.
-Cuando mueras, no me culpes a mí. Culpa a tu novio.
Al abrir el armario de golpe, una escoba vieja se desplomó sobre el suelo. Mercy se quedó quieto, observando la escoba inerte, hasta que un ruido estruendoso le llegó desde el pasillo. Giró la cabeza hacia el sonido y apretó los ojos.
Abbey estaba al límite de sus nervios. Su cuerpo no le obedecía y temblaba sin control al oír unos pasos que se acercaban cada vez más.
-Tengo miedo. Mucho miedo-murmuró, abrazándose las rodillas-. Evan, necesito que me ayudes.
Su cuerpo se estremeció tanto, que sin darse cuenta, golpeó con el codo algunos objetos que tenía al lado. Una escoba se desprendió y le cayó encima de la cabeza.
No le prestó atención, porque justo entonces oyó unos pasos sigilosos fuera de su escondrijo. Apretó los ojos con fuerza.
-Me va a encontrar...
La imagen de su prometido se dibujó en su mente. Evan le sonreía. Claro, ella tenía que ser valiente para que Evan pudiera salvarla.
Cogió la escoba que acababa de caerle y se llenó de coraje.
-Creo que tendré que enfrentarme a él.
No dudó ni un segundo, para no dejar que el miedo se apoderara de ella, y salió del armario a patadas, gritando como una loca.
-¡Basta ya!-esgrimió la escoba como si fuera un arma, y le dio un escobazo en la cara a su atacante-. ¡Toma, desgraciado!-otro escobazo más-. ¡Y esto!
-¡Para...!
Abbey no escuchaba ni veía lo que hacía.
-¡Si te acercas más, te rompo la cara, maldito psicópata! ¡Porque...!-se armó de valor, cerró los ojos y levantó la escoba sobre su cabeza, dispuesta a dar el golpe final-. ¡Solo mi novio puede tocar mi cuerpo!
Bajó la escoba con fuerza, pero su golpe fue detenido sin problemas.
-Abbey.
Ella respiró agitada. Abrió los ojos, al oír su voz tan familiar. Allí estaba, delante de ella, su Evan, su prometido.
-Me alegro de que estés bien, amor-mientras Evan le hablaba, Abbey miraba el lamentable estado de su novio.
Tenía el traje Armani hecho un desastre, la camisa fuera del pantalón y el pelo empapado de sudor. Le caían gotas desde las puntas de su cabello revuelto.
-Evan...¿Eres tú?
Enseguida, él se quitó la chaqueta de su traje y la cubrió con ella.
-¿Te encuentras bien? Lo debes haber pasado muy mal por mi culpa.
Abbey resopló al ver la cara de arrepentimiento de Evan.
-¡Estoy bien!-sonrió mientras se ajustaba la chaqueta sobre los hombros-. Mi cuello ya ha dejado de sangrar, y además, ¡confiaba en que vendrías a por mí, Evan!
Evan respiró aliviado y se lanzó sobre Abbey.
-¡Tenía mucho miedo!-la abrazó, acercando la cabeza de Abbey a su hombro, para sentir su calor-. Me preguntaba qué haría si no lograba salvarte. ¡Perdóname por hacerte sufrir tanto!
Abbey pestañeó. La camisa y la chaqueta de Evan estaban empapadas de sudor. ¿Cuánto tiempo habría corrido sin parar para encontrarla y acabar así de sudoroso?
Evan la soltó antes de lo que ella quería.
-Entonces...¿Me podrías dar un poco de tu energía?
El joven CEO la miró extrañado.
-¿Me abrazas otra vez?-para Abbey no había nada mejor que estar entre sus brazos.
-Escucha-Evan la rodeó con los brazos sin dejar que ella viera la expresión seria y aún asustada por la situación, en su cara-. ¿Qué vas a hacer si algún día yo no quiero...?
Evan percibió antes de oír el sonido de un objeto que se desplazaba por el aire, y rápidamente protegió a Abbey y la movió de sitio en un instante. Un sable se clavó con estrépito en el lugar donde estaba la pareja segundos antes, haciendo que Abbey gritara de susto.
Mercy apareció, con el rostro inexpresivo.
-¿Qué haces aquí?-la pregunta iba dirigida a Evan.
-No me importa el lugar, si Abbey está ahí, yo iré a su lado-la apretó contra él y clavó la mirada en el chico que tenía enfrente-. Y ahora que estoy aquí, no permitiré que le hagas más daño.
-Oh, sí-Mercy sonrió con malicia al pensar en un plan genial-. Será divertido humillarte delante de tu novia.
(...)
El duelo de esgrima se había trasladado al exterior. Evan sostenía la escoba de Abbey como arma y Mercy había cambiado su sable de metal por un florete de madera, para que la pelea fuera más "justa y equilibrada"
Abbey observaba con angustia a los dos chicos que se enfrentaban.
-¡Dejen de hacer esto! ¡Es una locura luchar sin motivo!-nadie le prestaba atención, así que se dirigió a su prometido-. ¡Evan, por favor, escúchame!-Pero él tampoco le hizo caso.
-Mercy-Evan señaló con la punta de la escoba a su rival-. Me odias ¿No es cierto?
Mercy cerró el puño alrededor de su florete.
-Así es-fue la primera vez que le confesó sus verdaderos sentimientos a Evan-. Te odio-eso le dio una adrenalina tan increíble que se lanzó sobre él, sin previo aviso-. ¡Te odio tanto que quiero acabar contigo lentamente!
Evan se puso en guardia, pero en el último momento, soltó la escoba y la alejó de una patada. Mercy solo tuvo un instante para darse cuenta de lo que hacía Evan antes de golpearle con la espada de madera, en plena cara y con todas sus fuerzas.
Abbey gritó y se tapó la boca, sin creer lo que veía.
Gracias por tanto, chiques. Ya saben que siempre me hace bien ver sus comentarios y votos, tanto que eso es lo primero que veo al entrar a Wattpad. Son lo que me hace bien en mi vida ♥️
¿Será el fin de Evan Jones?
Su escritora favorita ✨
RZ ♥️
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El Contrato #2
العاطفيةSe supone que tras la muerte de la "Señora R" los problemas deben de ir disminuyendo y los autoproclamados "Reyes de la Economía mundial" mejor conocidos como los Jones‐ en donde Abbey ya forma parte- simplemente deberían de disfrutar de la vida de...
