Capítulo 3

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Sí, me quiero casar y crear recuerdos de ese día.
"Pensamiento vago de Abbey "

Estuvo un buen tiempo observándola, de soslayo obviamente, aún así, su luz, lo cegaba. Los demás en el pasillo parecen también haberse dado cuenta del cambio, susurraban y a veces entormaban los ojos. Sí, Alastor estaba en éste último grupo, debía entrecerrar los ojos para evitar una ceguera permanente. Suspiró irritado, sospechando de la alegría de esa amateur y se acercó, anunciando su llegada.

—Parece que ya te has reconciliado con el niño rico ¿no?

Abbey sonrió ante la repentina pregunta/acusación del castaño. ¿Porque estaba de mal humor? No importaba, nadie podía hacerle borrar esa sonrisa de su rostro.

—¿Niño rico?

Alastor giró los ojos.

—Ya sabes, tu novio.

Abbey sonrió con mayor intensidad. Alastor se sorprendió del cambio de actitud.

—Si no te conociera, diría que estás celoso, Alastor.

Tosió al atragantarse con su propia saliva. ¿Él? ¿Celoso? ¿El mayor Rockstar del mundo? ¿Quién tenía millones de fans en cada lugar? Ni de coña.

Abbey rió con fuerza.

—Es adorable saber que hasta alguien como tú, puede sonrojarse.

—Cállate, no tienes idea de lo que hablas.

Abbey subió los hombros mientras se acercaban a una esquina del extenso pasillo.

—Además, ¿porqué lo dices?

Alastor introdujo las dos manos en los bolsillos de su uniforme. Giró los ojos de nuevo.

—Tu luminosidad me está quemando los ojos y apuesto a que a los demás estudiantes también. Con esa aura tan brillante cualquiera lo adivinaria.

—Gracias a ti, Alastor—Abbey le dió la mano en gesto agradecido—. Tu canción me animó mucho. Gracias.

Ahora sí sentia que un calor trepaba por la parte trasera de su nuca. ¿Le acababa de dar la mano? ¿Porque tiene la piel tan suave y reconfortante? Alastor estaba de piedra, estaba disfrutando mucho del contacto de su piel con la de ella. Decidió entrar en su papel y reputación antes de que la situación se descontrolase o Abbey se diera cuenta de lo que le pasaba con ese simple gesto de parte de ella.

—Oh, claro que si, amateur—retiró la mano con rapidez y se la pasó por el cabello. Sabía que a las mujeres les encantaba cuando lo hacía, sin embargo a Abbey parecía molestarle ya que frunció el ceño un segundo para luego sonreír—. No hay criatura viviente que no se sienta conmovida y conmocionada por mis canciones.

Le guiño un ojo para dar más énfasis a su personalidad frívola.

—Y yo que pensé..

Algo captó su atención por encima de su hombro. Antes de que pueda girarse, salió corriendo hacia allí.

—¡Evan!

Cuando miró hacia ese lugar, un rayo de envidia lo azotó. Abbey subió los brazos por encima de los hombros del niño rico y se dieron un pequeño beso de bienvenida. Todo a su alrededor se iluminaba, su aura era extremadamente fuerte y cálido. El niño rico acarició un mechón de su cabello y le susurró algo, que hizo que ella le pegase en el hombro y que él se echara a reír inmediatamente. Cerró la boca con fuerza. Hasta alguien como él puede reír abiertamente con ella ¿eh?

El Contrato #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora