Capítulo 78

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Mont recibió el puñetazo número 45 en la cara.

La sangre le salpicó los labios y los dientes. Los escupió con rabia, sin apartar sus ojos rojos de los que lo rodeaban.

Uno de ellos soltó una carcajada al verlo tan maltrecho y desafiante, como si aún tuviera fuerzas para intimidarlos.

—¿No te das cuenta de que te has buscado esto tú solito? —le espetó—. Si nos hubieras hecho caso cuando te lo pedimos amablemente, te habrías ahorrado este sufrimiento. ¿O es que te gusta que te peguen?

El otro chasqueó la lengua.

—Bueno, no importa, si es ese miedoso niño, estoy seguro de que sí vendrá y aceptará de buena gana el trato.

—Vamos a obtener un montón de dinero gracias a ti…

Mont sonrió mientras saboreaba el sabor de su propia sangre en su boca.

—Mi sobrino…no es ingenuo, ¿Saben?

En ese momento, un enmascarado secuaz abrió la puerta con fuerza.

—¡Alerta! ¡Tenemos compañía y se acerca muy rápido!

Los demás salieron a ver qué ocurría. Una estela de espuma les seguía. Una moto acuática se lanzaba hacia ellos como un torpedo.

Abbey apretaba el celular contra su pecho. Con él, le indicaba a su novio la ruta hacia la lancha que se divisaba a lo lejos.

—¡Allí está!—chilló, haciendo un esfuerzo por superar el estruendo del viento.

En la lancha, los secuestradores se prepararon para el combate. Empuñaron sus ametralladoras con furia.

—¿Qué demonios quieren estos críos? ¡El rescate por el CEO era dentro de tres días! ¿Qué se traen entre manos?

Uno de ellos se quejó, irritado—. ¡Estúpidos chiquillos! ¡Al diablo!

Abrieron fuego contra la moto acuática donde iban Evan y Abbey. Evan pisó el acelerador al máximo, decidido a alcanzar la lancha a cualquier precio.

—¡Agárrate fuerte, Abbey!

Ella lo hizo, mientras cerraba los ojos. Confiaba plenamente en su novio, pero eso no le quitaba el miedo a morir ahogada en el mar. Ella no sabía nadar.

Los secuestradores se asustaron al ver que las balas no frenaron a esos intrépidos jóvenes. Al contrario, parecía que les daban más coraje, porque la moto acuática ganó más velocidad.

La moto acuática se acercó cada vez más a la lancha, hasta que estuvo a solo unos metros de distancia. Evan calculó el momento justo para dar el salto. Con un giro brusco, elevó la parte delantera de la moto y la lanzó hacia la lancha. La moto acuática chocó con el borde de la lancha con un estruendo ensordecedor. El impacto hizo que la moto se deslizara por la cubierta, arrastrando a varios secuestradores por el camino. Algunos se cayeron al suelo, otros al agua. Los que quedaron en pie se quedaron atónitos, sin saber cómo reaccionar. Evan y Abbey aprovecharon la confusión para saltar de la moto y pararse frente a frente del enemigo.

—Hmmm, hacer el trato aunque…—Evan se paró frente a su novia, para cubrirla con su cuerpo—. Ustedes son los únicos que nos abruman con ese trato unilateral. Son un asco, saben.

El secuestrador al que Evan desafiaba, se crispó de ira. ¿Qué se creía ese mocoso? Sacó una pistola de su chaqueta, dispuesto a acabar con el espectáculo, pero Evan fue más rápido. Antes de que el secuestrador sacara el arma del todo, Evan le propinó una patada voladora, enviando el arma a volar al otro extremo de la lancha.

El Contrato #2Where stories live. Discover now