Capítulo 56

32 6 0
                                    

La noche es silenciosa y oscura en la mansión de los Jones. Solo una luz se filtra por la puerta entreabierta del estudio, donde Evan, el joven heredero y CEO de una empresa internacional, se afana en terminar sus tareas pendientes. Su prometida, Abbey, no puede dormir sabiendo que él está desvelado. Se levanta de la cama y se dirige al estudio, llevando una taza de té humeante para reconfortarlo.

Abre la puerta con cuidado y lo ve sentado frente al ordenador, rodeado de libros y papeles. Lleva unos lentes que le han recetado para el cansancio ocular, pero que no le quitan el atractivo. Se ve cansado, pero determinado. Abbey siente una mezcla de admiración y preocupación por él.

—Evan, cariño, ¿todavía no has dormido? —le dice en voz baja, acercándose a su escritorio y dejando la taza junto al mouse—. Son más de las tres de la mañana.

Él levanta la vista y le sonríe con ternura. Se quita los lentes y se frota los ojos.

—Abbey, mi amor, gracias por el té —dice, cogiendo la taza y bebiendo un sorbo—. Lo necesitaba. He estado muy ocupado estos días con el club de esgrima. Tengo que ponerme al día con todo este trabajo que se ha acumulado.

Abbey se sienta en el brazo del sillón y le acaricia el pelo. Sabe lo difícil que es para él compaginar sus estudios con su cargo de CEO. Es el único que puede hacerse cargo de la empresa después de la muerte de sus padres. Tiene que lidiar con la presión de los accionistas, los competidores y los medios de comunicación. Y encima, tuvo que entrenar en el club de esgrima, para ayudar a su nuevo amigo, Mercy con su pasión y su vía de escape.

—Evan, sé que eres muy responsable y que quieres hacerlo todo bien, pero también tienes que cuidarte. No puedes seguir así, sin dormir, sin descansar, sin divertirte. Necesitas un equilibrio en tu vida —le dice, preocupada.

Él la mira con cariño y le besa la mano.

—Lo sé, ángel, y te agradezco que te preocupes por mí. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Pero no te preocupes, pronto acabaré con todo esto y tendré más tiempo para ti. Solo necesito un poco más de paciencia.

Abbey suspira y cambia de tema. Le viene a la mente una pregunta que lleva tiempo queriendo hacerle.

—Evan, dime una cosa. Tú aún no tienes la edad suficiente para para poder acceder a todos los recursos de la empresa, ¿verdad? Entonces, ¿cómo puedes ser el CEO de la empresa? ¿No tienes que tener a alguien mayor que te supervise o te ayude con los asuntos legales?

Él asiente y le explica.

—Sí, tengo que tener a un tutor legal que me represente hasta que cumpla la edad suficiente vigente en este país. En mi caso, es mi tío, el hermano de mi padre. Él es el vicepresidente de la empresa y se encarga de los temas más complicados. Yo solo tomo las decisiones más importantes y le doy mi opinión para que él pueda ejecutar los planes de acción. También me encargo de los problemas con inversionistas y demás cosas.

Abbey se sorprende. No sabía que Evan tuviera un tío. Nunca le ha hablado de él ni de ningún otro familiar, aparte de su hermano mayor, que vive en el extranjero.

—¿Y cómo es tu tío? ¿Se parece a tu padre? —le pregunta, curiosa.

Él frunce el ceño y le contesta.

—¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso te interesa mi tío? —bromea.

Abbey se ríe y le da un golpecito en el brazo.

—No seas tonto. Solo quiero saber más sobre tu familia. Nunca me has contado nada de ellos, excepto de tu hermano, tu madre y tu padre. ¿Cómo es tu tío?

Él se pone serio y reflexiona.

—No te lo he contado porque nunca me lo has preguntado. Y la verdad, no hay mucho que contar. Mi tío es un hombre de negocios, como mi padre. Los dos trabajaban juntos en la empresa, desde que la fundaron. Eran muy unidos, pero también muy exigentes. Siempre estaban viajando, reunidos, negociando. No les quedaba mucho tiempo para la familia. Mi madre tampoco estaba mucho en casa, por su trabajo de abogada. Yo solo los veía de vez en cuando, cuando venían a cenar o a celebrar algún cumpleaños. No tengo muchos recuerdos de ellos, la verdad. Pero mi tío es un hombre honorable y admirable. Ha sabido llevar la empresa adelante después de la muerte de mi padre. Y me ha apoyado mucho en mi formación y en mi carrera. Algún día espero estar a su altura y superarlo.

Abbey sonríe con ternura al ver a su prometido tan concentrado en su trabajo. Sabe que él tiene grandes sueños y que se esfuerza al máximo por alcanzarlos. Pero también se preocupa por su salud, al notar las numerosas latas de bebidas energéticas y las barras nutritivas que llenan el basurero junto al escritorio. Con delicadeza, apoya sus manos sobre las de él, que descansan en el reposabrazos. Evan levanta la vista, sorprendido, y recibe un beso suave y dulce en la mejilla de Abbey.

—Es un beso de ánimo para que no te duermas—le dice ella, sacándole la lengua con picardía.

Evan se ruboriza, incapaz de ocultar su emoción. Abbey admira su dedicación y su pasión, y también la forma en que mira el futuro con esos ojos intensos...

—Para mí, tú eres increíble, Evan—Abbey se quita una imaginaria mota de polvo de la manga de su suéter—. Yo no sé mucho de esas cosas complicadas que haces, así que creo que soy muy afortunada de tenerte, tanto, que a veces pienso que eres demasiado para mí.

Evan se pone de pie, lentamente, y se acerca a Abbey. Le toca la sien con el dedo.

—Boba—la reprende, con cariño—. No has entendido nada—se arregla el cabello—. ¡El futuro que yo quiero es el que tú estás siempre conmigo!—Abbey se sonroja, con los ojos brillantes por lo que acaba de oír—. Ese es el sentido de todo mi esfuerzo. Sin ti, nada tendría sentido.

La toma de las manos, Abbey siente que su corazón se acelera. Nunca había escuchado unas palabras tan hermosas...







Que tengan una hermosa navidad 🎄🎄

Su escritora favorita ✨

RZ ♥️

El Contrato #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora