Capítulo 44

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—Confieso que tenía cierta inquietud por el torneo, sabes.

Evan sintió una punzada de molestia al oír a ese niñato. ¿Acaso ahora que él iba a cobrarse su revancha contra Mercy, Mercy se ponía a hablar con seriedad?

Frunció el ceño y lo miró de reojo mientras se secaba el agua de la cara con la manga de su uniforme.

—Pero ya lo tengo claro.

—¿Ah, sí?

—Sí, estoy en la misma sintonía que tú—Evan abrió mucho los ojos. Nunca había visto a Mercy tan grave como ahora. Nada que ver con el Mercy divertido, risueño y lleno de vitalidad de antes. Evan no creía que ese chiquillo pudiera poner una cara tan dura—. Ryan, Roan y el esgrima. Son mi razón de ser. Quiero protegerlos cueste lo que cueste.

El joven CEO soltó un suspiro.

—Si es así—alzó un puño, con camaradería—. ¡Tenemos que arrasar en el torneo!

La sonrisa radiante y llena de energía de Mercy, regresó a su rostro. Chocó el puño de Evan con entusiasmo.

—¡Así es! ¡Vamos a darlo todo!

(...)

Abbey canta bajito mientras remueve la comida. Exhala con satisfacción.

Oh, sí, tiene un aroma delicioso.

—Qué bueno que le saqué la receta a Stephen—le agrega un toque de pimienta—. Ojalá que les encante a todos…

Bueno, sobre todo a su prometido. Es una sorpresa lo que está cocinando, porque es el plato favorito de su Evan.

A él es al que más quiere complacer…

—¿Qué es ese aroma tan delicioso?

Abbey suelta un grito y casi se le cae la cuchara al sentir cómo Evan la abraza por detrás.

—¡Evan! ¡Casi me matas del susto!—Se gira para enfrentarse a su prometido y le da un golpe en el brazo. Su corazón late como un tambor—. ¿Qué haces aquí? ¿No tenías práctica?

Evan se encoge de hombros.

—Me tocaba descanso—El joven CEO la mira con una sonrisa traviesa—. Mmmm.

Abbey se siente cohibida y se alisa la ropa.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Pasa que estás preciosa—Evan le da un beso en la mejilla—. Pareces una mujer recién casada.

Abbey se sonroja—. ¿Qué haces…?

Evan la atrae hacia él, entrelazando sus dedos.

—En realidad no me hace gracia que prepares comida para otro que no sea yo.

—Pe…pero…pero…—balbucea nerviosa al sentir la mano de su prometido deslizarse por su brazo—. Tu mano…

—Mi pequeña ángel—Evan le corta la palabra—. ¿Sabes qué cosas le dice una esposa a su marido?

—No…

¿Qué le dice una esposa a su marido? Abbey se queda en blanco, intentando pensar. ¿Qué podría ser…?

Su imaginación le juega una mala pasada y le muestra escenas que la hacen sonrojarse.

Evan volviendo del trabajo y ella recibiendo con la cena lista.

—¡Cariño! ¡Ya estás aquí! ¿Qué prefieres? ¿Cenar primero? ¿Darte una ducha o…?—Abbey se levanta de la mesa y le enseña que debajo del delantal no lleva nada puesto—. ¿Devorarme a mí de postre?

El Contrato #2Where stories live. Discover now