Capítulo 79

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Evan vio la puerta cerrada. Todas las cosas se estaban cayendo en el camarote por el balanceo bruto y desestabilizado del barco que se estaba hundiendo. Él aún en el suelo, con la pierna atrapada debajo de un estante grande y pesado. El agua ya entraba hasta por debajo de su cadera.

Miró la cadena que tenía entre los dedos, debajo del agua. La apretó con fuerza. Iba a morir ahí.

—Estoy bien con esto—susurró para sí mismo, aceptando el hecho de que salvó a su prometida y que ahora él morirá en paz al saber que ella está fuera de peligro, probablemente—. Solo si Abbey moría no iba a poder con mi propia vida. Ahora estoy bien con mi decisión…

El barco hizo otro movimiento brusco lo que hizo que el agua entrara ya hasta su cintura. Recordó la sonrisa radiante e inocente de su novia.

—Abbey…—llevó el medallón de la mitad de un corazón a sus labios, recordando que al menos la otra mitad la tenía su prometida y que lo iba a recordar para siempre—. ¡Te amo!

La puerta se abrió tan de repente y de manera tan brusca que Evan jadeó de sorpresa.

—¡No me vengas con esa tontería! ¡No vas a morir a menos que sea a mi lado y de viejitos!—Abbey de alguna manera había logrado abrir la puerta con su pura fuerza, haciendo que se cayera de cara al agua.

Evan se crispó.

—¡Tonta! ¡¿Por qué regresaste?!—miró a su novia que aún tenía la cabeza hacia abajo y no lo estaba mirando—. ¡El barco ya se está hundiendo! ¡Ve por mi tío y larguense de aquí!

—No te hagas el héroe—Abbey seguía sin mirarlo—. ¡¿Por qué te estás rindiendo ahora?!

Sin mediar más palabra, comenzó a intentar levantar otra vez el estante que mantenía atrapada la pierna de su novio.

—¡Nosotros sin duda regresaremos con vida! ¡No quiero un futuro sin ti, Evan!—tiró con más fuerza hacia arriba—. ¡Porque decidí que definitivamente me convertiría en tu esposa!

Evan comenzó a lagrimear. Ninguno iba a salir con vida si seguían así.

—Abbey, nena…

El barco se zarandeó por última vez y el agua entró por completo dentro del camarote. Evan se apresuró a abrazar a su prometida. Bueno, es el fin.

El barco se hundió por completo.

Mont que tenía un fuerte dolor de cabeza y estaba débil por la pérdida de sangre, levantó la cabeza que la tenía descansando por el manubrio de la moto acuática, cuando escuchó el estruendo importante.

—¿Qué? ¿Qué pasó?—giró la moto hacia el ruido. Jadeó y abrió los ojos lo más que pudo al ver el barco totalmente hundido, solo con algunas maderas flotando como prueba de que alguna vez estuvo ahí—. ¡Evan! ¡Abbey!

Quedó pálido y totalmente rígido. Su sobrino…su sobrino y la novia no lograron salir de ahí…

(...)

—¡Ah!—Abbey sacó la cabeza del agua, para respirar. Miró que ya estaba su cabeza por el techo—. ¿Qué debo hacer ahora? El barco ya se hundió y estamos atrapados…

Abrió los ojos como platos al recordar que no estaba sola. Inmediatamente fue hasta el fondo para buscar a su novio. Lo encontró en el mismo lugar, aún con la pierna atrapada debajo del estante.

Maldita sea. ¿Él perdió la consciencia? ¡No! ¡No se puede quedar así! Con un poco de aire podrá volver en si…

Lo sujetó del cuello y lo atrajo hacia sus labios para poder pasarle el aire. Cuando ya no pudo más, lo soltó para ir arriba, a la pequeña fracción del barco antes de que se llenara por completo de agua y volver a tomar tanto aire como sus pulmones aguantaran para ir al fondo junto a su novio. ¡No lo iba a dejar morir!

Está segura de que la ayuda vendrá pronto, por lo tanto…que su novio reaccione de una vez por todas. Por favor…que Evan no se rinda con el futuro de ambos…

Abbey tomó su mano y la apretó, dándole ánimos y apoyo moral. Lo estaba intentando todo para que el despertara. Unos segundos después de seguir dándole oxígeno, sintió como su apretón tenía como respuesta otro apretón. Se alejó rápidamente y lo observó: él tenía una pequeña sonrisa y los ojos abiertos. ¡Estaba despierto! ¡Por fin!

Ella comenzó a llorar, aún debajo del agua y acercó su rostro al de él. Decidieron que vivirán sus futuros juntos, como una verdadera pareja.

Ambos giraron la cabeza en el momento en el que escucharon ruidos fuertes, sin embargo, la falta de oxígeno los afectó a ambos. Rápidamente cayeron en la inconsciencia, sin saber qué les depararía el destino.

(...)

Abbey parpadeó lentamente, recuperando la consciencia. Lo primero que vió fue…¿Cielo? ¿por qué estaba viendo el cielo…?

—¡Abbey!—la susodicha escuchó la voz de Mont y de Magali, los tíos de su novio. Giró la cabeza para encontrarlos a su lado.

También se fijó que estaba envuelta en mantas y descansando sobre varias capas de ellas.

—¿Qué? ¿Cómo…?

Mont negó con la cabeza, para que cerrara la boca.

—Todo está bien ahora. Estamos en un barco de rescate y los criminales ya fueron atrapados por la policía.

Magalí también habló:—. Lo que hiciste fue peligroso, cariño.

Cerró los ojos, aliviada. Con que es así, fueron rescatados probablemente por buzos de la policía o algo…volvió a abrir los ojos con rapidez.

—¿Dónde está mi prometido?—sujetó a Mont por la ropa y lo atrajo hacia ella, para encararlo—. ¡Sus piernas estaban atrapadas bajo el pesado estante! ¡El camarote…!

Estaba entrando en pánico cuando escuchó su ronca y sexy voz:—. ¡Cierra la boca, ruidosa!—sintió como su ropa era jalada hacia atrás. Giró la cabeza para encontrar que Evan estaba casi en su misma situación, tenía mantas debajo de él y encima para que no entraran en hipotermia—. ¡Estoy a tu lado!—Evan bajó el antebrazo de sus ojos, para verla directamente—. En serio, eres invencible y me haces ser indestructible cuando estoy contigo—sonrió.

Abbey se lanzó a sus brazos, sin importarle si tenían público o no. Sin embargo, agradeció internamente que tanto Mont Jones como Magali hayan abandonado el camarote cuando vieron que la escena se estaba moviendo más íntima y conmovedora.

Evan abrazó con fuerza a su prometida, enterrando la cara en su delicado cuello.

—¡Pensé que ya no podría abrazarte de nuevo nunca más!

Abbey se alejó para sujetar el rostro de Evan.

—No dejaré que eso suceda de nuevo. ¡Pondría en riesgo mi vida por ti cuántas veces sean necesarias porque te amo!

Comenzó a derramar lágrimas de felicidad y de firmeza. No estaba jugando con esa declaración. Decidió vivir a su lado, cueste lo que cueste.

—Si. Tu beso me salvó, Abbey—Evan comenzó a limpiarle las lágrimas con sus dedos—. ¡Salvaste mi vida con ese beso de la vida, así que soy completamente tuyo, cariño!

Abbey cerró los ojos, sintiendo el amor de su prometido en todos los huesos de su cuerpo. Se amaban y estaban juntos, sanos y salvos, era lo único que importaba.

—Prepárate mi Diosa de la victoria—Evan la atrajo tiernamente hacia sus brazos, mientras le depositó un dulce y suave beso en su labios—. Porque no te dejaré ir por el resto de mi vida.









Genteeeee, el siguiente capítulo es el último!!! 😭😭😭Estoy hecha un mar de lágrimas como no se imaginan!!! Mis bebés, mis bebés que los hice en añoosss😭😭😭

Espero que tengan un buen sábado 🫂

Su escritora favorita ✨

RZ 🤍

El Contrato #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora