Capítulo 73

23 6 4
                                    

—Señoras y señores gracias por la espera—Mont habló en el micrófono desde la tarima, observando desde arriba, a todos los presentes en la importante fiesta—. Por primera vez…Me gustaría presentarles formalmente al heredero de la empresa Jones. Mi sobrino: Evan Jones.

Un estruendo de aplausos y ovaciones se desató en el auditorio. Abbey estaba entre el público, con los ojos brillantes de admiración por su prometido. No se dio cuenta de que Darleen se le acercaba sigilosamente.

—Vaya, qué feliz te ves—Darleen le susurró al oído con un tono sarcástico.

Abbey se sobresaltó y se giró para ver a Darleen, que tenía una expresión sombría. Era raro ver a Darleen tan seria o sensata, así que le prestó atención.

—Sabes que el amor de tu vida se va a marchar muy pronto, ¿verdad? Yo estaría hecha un mar de lágrimas si fuera tú…

Abbey le sonrió con compasión al oír el dolor en la voz de la ex novia de su novio.

—No creas que no estoy triste—le dijo con sinceridad.

Darleen arqueó las cejas mientras la escuchaba con incredulidad.

—¿Pero sabes qué?—Abbey recordó todas las noches en que Evan se quedaba despierto hasta tarde trabajando sin descanso—. Durante todo este tiempo que lo he estado acompañando, me he dado cuenta de que él es una persona solitaria y reservada. Se esfuerza mucho por cumplir sus metas, tanto que a veces tenía que obligarlo a dormir un poco para que no se desplomara. Por eso, pase lo que pase, él va a seguir sus sueños—Abbey se ruborizó al contar todo eso—. Así es mi novio, Evan, y por eso me enamoré locamente de él. Y es uno de los motivos más importantes por lo que quiero animarlo con una sonrisa.

—Tienes una fuerza admirable, Abbey.

Ella iba a responderle, pero la voz de su prometido en el altavoz la dejó sin palabras.

—Así que—Evan dirigió su mirada a su novia, buscando su atención—. Quiero presentarles de nuevo a la mujer de mi vida—le extendió la mano, desde el podio, con una sonrisa radiante—. Abbey.

Abbey se ruborizó y se dirigió hacia él sin vacilar. Estaba a punto de tomar esa mano que tanto quería, pero se tropezó con el escalón, enredando su pie con el vestido. Evan reaccionó rápido y la sostuvo en el aire, evitando un desastre frente a la multitud.

—Eh, Abbey…

—Perdona, el escalón…

—¡Demonios!—Evan la abrazó más fuerte—. Cuídate un poco más ¿Sí? Porque después de hoy no estaré para salvarte.

Abbey escondió la cara en el pecho de su novio, sintiendo la verdad de sus palabras. Era más difícil de lo que imaginaba.

Lo sabía, lo que sentía por él era real y profundo. Por eso solo le quedaba sonreír y despedirse.

(...)

—¿Qué demonios es todo esto?

Abbey se puso a examinar cada cajita mientras que Stephen le dedicaba una sonrisa irónica.

—Los invitados a la fiesta le han traído estos obsequios navideños, señor Evan.

El joven CEO frunció el ceño.

—Pues no pienso dormir en esta jungla—miró a su novia por encima del hombro—. Abbey, hazme un hueco en tu cama…

Pero Abbey ya no estaba a su lado, ni siquiera en la habitación. Evan hizo caso omiso de la mirada burlona de Stephen y corrió hacia la puerta.

—¡Oye! ¿A dónde crees que vas, Abbey?

Abbey no se dignó a voltearse.

—¿No hay más habitaciones libres?—replicó con sarcasmo para luego voltear a mirarlo—. Ayer te estabas preparando para irte y hoy fuimos a la fiesta—subió un dedo—. ¡Debes descansar un poco porque mañana ya te tienes que ir!

El Contrato #2Where stories live. Discover now