Capítulo 31 - Reunión

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En un planeta en el que el apocalipsis zombi ya inició, cada segundo vivo cuenta, cada día más que permaneces vivo es un regalo, pero cada vez se hace más difícil saber cuánto tiempo pasó desde que todo esto inició, principalmente por el hecho de que piensas más en si comerás hoy a que si es jueves o viernes, pero basta con que hayan pasado dos semanas desde que nos rescataron y casi nunca me había puesto a pensar en tantas cosas —era lo que Sebas les decía a sus compañeros de equipo en una reunión, en la que solo se encontraban él, José, Milagros y Cecilia.

—¿Y en qué cosas no habías pensado antes? —preguntó José.

—Bueno, quizás no pensó tanto en algo porque estaba disfrutando del fin del mundo cortándole las cabezas a los infectados —dijo Cecilia bromeando.

—Antes podría haber sido un relajado, pero con el paso del tiempo me empecé a tomar esto un poco más en serio.

—¿Y desde cuándo exactamente? —dijo Milagros.

—Ese no es el punto ahora, yo les hablaba de todo en lo que no nos habíamos puesto a pensar por estar enfocados en otras cosas.

—En sobrevivir tal vez, ¿qué tal ese ejemplo? —dijo José.

—Sí, bueno además de eso, nunca pensamos en cómo de la nada ocurrió esto, si bien sabemos en donde inició todo, no sabemos cómo.

—El CAB ya nos dijo que estaban buscando un posible origen del virus, pero aún no encuentran nada —dijo Milagros.

—Dijeron que esa búsqueda tomaría mucho tiempo, también dijeron que no sería nada fácil —contestó José.

—Ese es uno de los puntos, cuál fue el verdadero origen, luego está otro: El contagio masivo.

—¿A qué te refieres con contagio masivo? —preguntó la menor de las hermanas.

—Ya sabemos que el virus es muy contagioso, lo que no sabemos es cómo se propagó muy rápido —agregó Milagros.

—Hasta en las películas de zombis el virus que infecta a todos toma un tiempo para llegar a todo el planeta. Esto yo no lo consideraría para nada normal —fue lo que mencionó José.

—Exacto, ya pasaron seis semanas en total desde que inicio el apocalipsis, ¿cómo creen ustedes que todo el mundo se pudo haber contagiado en tan poco tiempo?

—Según el CAB no se encuentra en el aire, pero aún estando en él, al virus le habría tomado mucho tiempo infectar a todo el mundo —dijo Cecilia.

—Tienes razón hermana, se encuentra en cada rincón del mundo, se volvió en una pandemia en menos de dos meses, además de que llegó en un momento de vulnerabilidad en el planeta.

—Eso parece haber sido una de las principales causas de que el virus se haya expandido rápidamente, ya que apenas hace poco más de cinco meses habíamos salido del otro virus y luego pasa esto —dijo Sebas a ambas hermanas.

—Definitivamente el mundo no estaba listo para una segunda pandemia en muy poco tiempo —mencionó José.

—Pero eso aún no responde nuestras preguntas del origen y del contagio, lo único que sabemos es que se desató en DeepOcean.

—Pero Sebas, una pregunta, ¿por qué de repente la importancia hacia todo esto? —cuestionó Cecilia a su compañero.

Sebas se detuvo un momento, el silencio abundó la sala unos segundos y luego se dirigió a sus compañeros:

—¿Recuerdan que teníamos tres misiones de prueba cuando ingresamos al ejército y que aún quedó una pendiente? Pues nuestra querida ciudad DeepOcean parece ser nuestro próximo destino.

Los demás se quedaron sorprendidos al escuchar las palabras de su compañero, se silenciaron por un momento, y luego José le dijo a Sebas:

—¿Estás seguro?

—No tanto, pero es una gran posibilidad, en unos minutos nos darán nuestra misión.

—¿Y si nos toca esa ciudad? —preguntó Milagros algo temerosa.

—Pues que nos queda, obviamente tendremos que ir, como si no hubiéramos estado ahí antes —contestó Cecilia a su hermana.

—Creo que aún no entiendes el verdadero peligro que representa ese lugar. ¿Qué no recuerdas que en ese lugar un loco trato de matarnos disparando al piloto del helicóptero?

—Pero él ya está muerto, recuerda que se cayó de un edificio, y nadie sobrevive a eso.

—Pero aún seguiría vivo el no sería un problema, no quisiera ser pesimista, pero en ese lugar debe de haber una infinidad de mutados ya que es el epicentro del virus —mencionó José a sus compañeras.

—Bueno en eso sí tienes razón, pero quizás no haya muchos —dijo Cecilia.

—Ahora me toca a mí ser el pesimista, debe de haber cientos, miles, millones tal vez, aunque eso ya es algo exagerado —agregó Sebas.

—Ya cállense, al final solo queda esperar cuál será el verdadero lugar al que iremos, que espero no sea ese —dijo Milagros tratando de evitar que sus compañeros continúen bajando el ánimo.

—Al menos nos dejaron descansar unas semanas después del incidente que tuvimos con ese enmascarado, pero ya sobrevivimos a ese lugar, a Columbus y a Filadelfia, por lo que no será difícil —dijo Sebas cambiando un poco los aires en la sala.

—Por fin te pusiste optimista —dijo Cecilia.

—Por lo menos ya no son negativos —agregó Milagros.

—Sí, todo saldrá bien... o al menos eso esperamos —dijo José en broma.

—¿Otra vez? ¿En serio?

—Bueno no importa, pero entonces, ¿las dudas que tenemos sobre el virus en que quedan? —preguntó Cecilia.

—Supongo que si vamos a DeepOcean quizás tengamos oportunidad de investigar un poco tal vez, o quizás en otra ocasión —contestó Sebas.

—Entonces...

—Entonces doy por terminada esta reunión.

—Ahora solo esperar que no nos toque DeepOcean —dijo José.

—Pues toque la ciudad que toque, solo hay que encargarnos de cumplir la misión a la perfección.

—Y sobre todo que ningún otro loco con máscara nos ataque desde una azotea —dijo Cecilia.

—Sí, claro, eso también es importante.

De repente Marcell ingresó a la habitación en la que se encontraban y les dijo:

—Chicos los llama el general... ¿qué estaban haciendo aquí?

—Nada importante bro, ¿esa llamada tiene algo que ver sobre la misión?

—Así es, lamentablemente se les acabaron las vacaciones.

—Supongo que solo queda decir, que fueron buenas mientras duraron.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant