Capítulo 13 - Hambruna

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Apenas habían pasado cuatro días después de que todo se salió de control. Solo había bastado con cuatro días para que el virus, haya infectado a toda la población de la ciudad y no solo esa, pues la mayoría de ciudades que se encontraban localizadas alrededor de la que fue el epicentro de la infección. El CAB continuó dando comunicados por la radio, entre esos anuncios, daban indicaciones de cómo sobrevivir a los ataques de los infectados, también hablaban de ciertos puntos de evacuación en algunos puntos específicos de algunas ciudades, pero no de la ciudad en la cual inició el virus, pues el ejército, que eran los encargado de realizar estas evacuaciones masivas, pensaba que al ser esta ciudad el lugar de origen del virus, ya estaba completamente perdida y no había personas en las calles a quienes salvar, por lo que los soldados decidieron no colocar estos puntos de evacuación en ese lugar.

En otra parte de la ciudad, se encontraba Sebas, quién había logrado llegar a su departamento antes de que algún infectado lo ataque. Este transformó su vivienda en un refugio, cubriendo todas las entradas. Él ahora sí seguía las indicaciones del CAB con el fin de sobrevivir y no ser comido por los infectados, ya había intentado comunicarse con algunos de sus familiares o con su amigo Marcell, pero las líneas no funcionaban. Sebas también planeaba no salir de su refugio para nada, pero después de haber estado cuatro días sin consumir alimentos, el hambre también se hacía presente en él, por lo que era consciente que si quería mantenerse con vida por más tiempo, tendría que salir en algún momento, por lo que en su cabeza pensaba en si abandonar su refugio era una buena opción.

—Si salgo, es posible que me ataque un infectado, o los más probable es que yo me convierta en uno de ellos, pero si continúo con esta racha de mantenerme sin comer es más que seguro que moriré por falta de alimentación, aún así, puede ser peligroso, pero creo que la mejor opción será salir a buscar comida.

Sebas finalmente se decidió por salir, pero no iría sin protección, así que llevó consigo un arma que hizo él mismo, tomó un bate y le incrustó clavos, se vistió con ropa ligera para moverse con mayor facilidad, y luego de prepararse, finalmente salió en busca de alimentos. Bajó por las escaleras antiincendios que tenía su departamento, rápidamente notó las calles totalmente destruidas; bajó hasta llegar al suelo, en el ambiente se percibía un olor a putrefacción muy fuerte, había charcos de sangre y uno que otro cadáver; el miedo y la angustia se hacían presentes en Sebas, así como sus ganas de vomitar, pero aún con todo esto, él se mantuvo firme, empuñó el arma que llevaba consigo, respiró hondo y comenzó con su búsqueda de alimentos y recursos.

Mientras tanto en otra zona, las hermanas también lograron salir a salvo del supermercado y, al igual que Sebas, fortificaron su hogar tal y como lo ordenaba el CAB en sus anuncios radiales, pero ellas también comenzaban a tener hambre, pues la comida la olvidaron en el supermercado y no tenían nada para comer, fue ahí cuando Cecilia le dijo a su hermana:

—No podremos sobrevivir más tiempo sin comer, tenemos que salir a buscar alimentos.

—Ese lugar, así como toda la ciudad está infestada de esos... zombis come humanos, lo mejor será quedarnos aquí adentro, es más seguro.

—Si quieres vivir por más tiempo tendrás que comer, y si quieres comida tendrás que salir a buscarla, ¿o esperas que te caiga del cielo?

—Por nuestra seguridad, nos quedaremos aquí.

—Tenemos un auto, no será difícil ir hasta el supermercado, si tú nos llevas a ambas, llegaremos, nos llevaremos toda la comida que podremos y no iremos rápido y ninguna habrá salido herida.

—Soy tu hermana mayor, obedece, lo hago para mantenernos seguras a ambas.

—¡Pero necesitamos comer!

—Si estoy diciendo que no, pues es no.

—Tenemos que salir a buscar comida, además tendríamos comida si no la hubieras olvidado cuando escapamos del supermercado.

—Ya no me lo recuerdes, que todo el rato lo tengo como un dolor de cabeza que hasta ahora no desaparece.

—Solo lo estaba comentando, así que, en forma de arreglar tu error, me acompañaras a buscar comida, y si no lo haces, iré sola, pero la comida que encuentre será solo para mí.

—Si sales, ellos te matarán, o quizás te infectes y te conviertas en una zombi tú también.

—Entonces quedará en tu conciencia, que, por no acompañar a tu hermana, murió atacada por los infectados.

—No digas esas cosas feas, Cecilia.

—Solo digo las cosas que me podrían pasar si voy yo sola por comida, así que para evitar todo eso, ¿qué es lo que harás? ¿Me acompañaras a ir al supermercado o no?

Después de pensarlo un momento, Milagros finalmente accedió al pedido de su hermana de salir a buscar comida en su auto, pero antes tendrían que armarse.
En las calles, Sebas caminaba sigilosamente. No había rastro de algún infectado, las calles estaban completamente vacías, o no del todo, finalmente Sebas se vio cara a cara con uno de ellos; estaba completamente en estado de descomposición, tenía heridas abiertas en muchas partes de cuerpo y sus ojos estaban completamente nublados, Sebas no podía creer que lo que estaba en frente suyo era un zombi de verdad, el infectado al notar la presencia del joven, se puso como loco y se abalanzó contra él gruñendo, pero el reaccionó de manera rápida y lo esquivó, el infectado cayó al suelo, este último se levantó y volvió a ir en contra de Sebas, pero el joven levantó su bate y le dio un golpe en la cabeza lo suficientemente fuerte que hizo que su cráneo quedara destrozado; cuando parecía que eso había sido todo, el cuerpo del infectado cayó sobre un auto, activando así una alarma muy ruidosa que solo alertaría una gigantesca horda de zombis.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoWhere stories live. Discover now