Capítulo 57 - Liberación

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Los supervivientes lograron llegar hasta el escondite del enmascarado, pero antes de poder bajar a tratar de rescatar a Cecilia, Sebas les dijo a los demás:

—Si actuamos sin un plan, no podremos rescatar a nadie.

—Tienes razón, si queremos rescatar a mi hermana habrá que pensar en cómo hacerlo, la verdad es que lo que más quiero es entrar ahí, pero gracias al consejo de Lucas, es que estoy tranquila.

—Estoy muy orgulloso Mila, y estoy seguro que Sebas igual.

—Cuenta con ello, José.

—Gracias, ahora solo queda estar preparada para todo, incluso por si Cecilia está...

—Ella está viva, Mila —Sebas la detuvo y continuó diciendo—, y la vamos a sacar y rescatar de ese maldito.

Milagros se llenó de esperanza nuevamente por las palabras de Sebas, luego con una actitud optimista dijo:

—Eso haremos.

—Déjenme decirles que ya tengo un plan, escuchen atentamente que esto es lo que haremos...

Dentro del búnker...

El enmascarado seguía investigando al sujeto que infectó mientras decía:

—Esto es más difícil sin el instrumento que necesito, supongo que ya mañana saldré a buscarlo.

Cecilia por su parte seguía sentada en su cápsula, aún estando triste por la muerte de Valentino. Todo se encontraba en un silencio total, cuando de repente se escuchó el sonido de un disparo afuera del búnker. Tanto el enmascarado como Cecilia se sorprendieron, él entonces tomó su arma y le dijo a Cecilia:

—Cállate o ya sabes lo que te pasara cuando regrese.

El enmascarado salió lentamente y en silencio, estando en guardia apuntando con su arma, pero al llegar a la superficie no vio nada, lo cual lo hizo sospechar aún más acerca de lo que ocurría, entonces trató de regresar al búnker, cuando fue golpeado por Sebas, haciendo que su arma caiga lo suficientemente lejos fuera de su alcance. Él se levantó del suelo y al ver a Sebas le dijo:

—Vaya, pero a quien tenemos aquí, al tipo que le gusta jugar a ser el héroe.

Sebas enojado le respondió:

—Al fin te encuentro, maldito idiota.

—Ya me puedo imaginar para qué estás aquí, pero lo que no entiendo es donde están tus amigos.

Sebas se silenció unos segundos, y bajando la mirada dijo:

—Ellos ya no están conmigo. Solo yo quedé vivo, y le prometí a Milagros que salvaría a su hermana.

—Una verdadera lástima, pero déjame decirte que llegas tarde, ya que tu otra amiguita tampoco está con nosotros.

Sebas entonces se enojó y le gritó al enmascarado:

—¡Eres un hijo de perra!

Sebas se lanzó contra el enmascarado, comenzando una pelea de puños entre ambos, y mientras que ellos peleaban, Milagros y José entraron sigilosamente en el búnker por la otra entrada. Una vez estuvieron dentro comenzaron a buscar por todo el lugar a Cecilia. Mientras que buscaban por el lugar, vieron un charco de sangre y un cuerpo entre escaleras de metal, lo que hizo que tanto Milagros como José se quedaron completamente asustados, y más aún pensando en lo que le podría haber pasado a Cecilia, entonces Milagros y José continuaron buscando a Cecilia, fue entonces que Milagros gritó en el búnker:

—¡Cecilia! ¡¿En dónde estás?!

Fue entonces que el grito se escuchó con eco en todo el búnker, incluso se escuchó hasta afuera de él, siendo oído por Sebas y el enmascarado. Este último al oír las palabras de Milagros le dijo a Sebas:

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoWhere stories live. Discover now