Capítulo 37 - Olvidados

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Los demás no entendían a que se refería Sebas al decir Nos han dejado, pero definitivamente sabían que no significaba algo bueno. Pasaron unos segundos más en silencio, hasta que José fue el primero que se atrevió a preguntar a su compañero:

—¿Cómo que hemos sido dejados? ¿A qué te refieres?

Sebas no respondió al instante. Se quedó callado unos segundos, y con ese silencio, los demás habían comprobado que las palabras antes dichas por su compañero solo dejaban en evidencia que su futuro era ahora más que nunca incierto, pero aún así, José volvió a preguntar a Sebas:

—Sebas, responde, aún si lo que nos vas a decir es malo, merecemos saber qué ocurre.

Sebas entendió que por más mala que fuera la verdad, tal y como lo mencionaba José, ellos tenían que saber cuál era su situación, así que, sin callar más, les dijo:

—Tienes razón José, ustedes merecen conocer la verdad, aunque sea mala.

—Dinos ahora, ¿qué está pasando?

—La verdad es que el ejército no vendrá ahora ni nunca a rescatarnos.

José, Milagros y Cecilia no comprendían la razón para que su compañero diga eso, y lo asociaron con pesimismo, así que Milagros le dijo:

—No hay porque decir todo eso, no seamos pesimistas.

—No lo digo por ser pesimista, lo digo porque en serio no vendrán a rescatarnos.

—¿Ellos te dijeron eso cuando les llamaste?

—Nadie contestó, solo eso ya es raro, ¿no creen? Siempre hay soldados o agentes del CAB recibiendo cada llamada en el mundo, o al menos así nos lo hicieron saber al llegar a la zona segura, entonces si es así, ¿por qué ahora no contestó nadie?

—¿Y si se cortó la línea? —preguntó Cecilia.

—Sí, eso es lo que pasa, pero en verdad fueron ellos quienes la cortaron.

—¿Cómo que ellos? —preguntó José.

—Después de todo lo que pasó ayer no es difícil sacar esa conclusión. Murieron casi todos del Rescate Alfa, el piloto, y para ellos nosotros también estamos muertos, después de todo eso, ¿por qué seguirían viniendo a esta ciudad que lo único que hace es ocasionar pérdidas?

—¿Tal vez porque es su trabajo?

—La vida de unos cuantos en la ciudad más infectada del mundo no se iguala a la vida de otros miles de personas en otras ciudades menos infectadas.

—Entonces lo que estás tratando de decir es que...

—Ellos cortaron la línea para ya no recibir más llamadas de aquí. Ya no vendrán más equipos a rescatarnos. Esta ciudad ahora ha quedado en el olvido, y nosotros también.

—¡Pero no puede ser que sean tan cobardes como para no querer venir aquí! Ellos nos trajeron a nosotros, unos novatos, porque no pueden traer a soldados más experimentados para cumplir las misiones de rescate en esta ciudad —dijo José enojado.

—No lo hacen por ser cobardes, lo hacen para no volver a arriesgar la vida de militares, además recuerda que el helicóptero que se estrelló fue el del mejor equipo de rescate que tenían.

José entonces sabía que ni él ni nadie podría hacer algo para tratar de cambiar todo lo que había pasado, y solo les quedaba aceptar que no serían rescatados, pero en ese momento de resignación, a Cecilia le llegó a su mente una pregunta:

—Pero, ¿cómo los zombis pudieron tirar todo un helicóptero, y con el mejor equipo del ejército en él?

—Pues no sé si recuerdas, pero nosotros no estuvimos ahí cuando paso, por eso no puedo responderte.

—No era una pregunta directa hacia ti, solo quisiera tener una idea de cómo pasó todo.

—Pues la respuesta puede ser muy simple, los zombis pudieron haber hecho una especie de cadena zombi y tirar el helicóptero.

—¿Eso es posible?

—Pues sí, en una película que vi hace años, que se ambientaba en un apocalipsis zombi, los infectados lograron tirar un helicóptero haciendo esa cadena.

—Pero no creo que se haya podido replicar eso.

—Los infectados de esa película eran comunes por así decirlo, y aun así pudieron hacerlo, ahora pon en la mesa que la cadena zombi que derribó el helicóptero no habían zombis normales, sino mutados.

—Pues sí tendría algo de lógica, pero aún así no le encuentro mucho sentido.

—Sí tiene sentido, todos los mutados del lugar tiraron el helicóptero, al estrellarse, este mató a todos los mutados y al piloto y a los miembros del Rescate Alfa menos a Marcell, por eso no encontramos a ninguno cuando fuimos, ya que todos habían muerto.

—Pero si consideras que ellos al ver que era una horda muy peligrosa, ¿no crees que se habrían alejado? Y no creo que les hayan tomado de sorpresa, no tendría sentido.

—Ese es un muy buen punto, tomando en cuenta lo último que dijiste, nos quieres decir que los zombis no tiraron el helicóptero, ¿entonces quién o quiénes?

—Pues no lo sé, por eso les digo todo esto, para tratar de hallar una respuesta lógica entre todos.

—¿Y si fue un desperfecto en los motores? —preguntó Milagros.

—Esa podría ser una buena alternativa, si no tomamos en cuenta que siempre que se necesitaba un helicóptero, lo revisaban para ver si estaba en condiciones de ser usado, y si el helicóptero hubiera tenido algo mal en los motores, los que se encargaban de revisarlo no habrían dejado que ese helicóptero deje la zona segura —contestó José.

—¿Entonces qué pudo haber causado la caída del helicóptero?

—Lo más probable según yo es que sí fue una cadena de mutados, el Rescate Alfa se confió y creyó que podrían acabar con ellos, pero se dieron cuenta tarde que era imposible, para entonces ya se habría caído el helicóptero.

—Yo también quisiera pensar eso, pero teniendo en cuenta muchas cosas más, esa teoría se descarta —dijo Sebas.

—Pero, ¿qué otra cosa podría haber tirado todo un helicóptero del ejército?

—No lo sabemos, pero quizás ese qué o quién que lo hizo es aún más peligroso que cualquier zombi o mutado en esta ciudad.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoWhere stories live. Discover now