Capítulo 77 - Conversión

8 1 0
                                    

Nadie más dijo nada los segundos siguientes. Sebas cerró los ojos esperando el final de esto, lamentando el no haber podido cumplir su promesa de escapar con los demás, mientras su enemigo sonreía siniestramente bajo su máscara.

—Perdón, chicos —murmuró Sebas resignado.

Fue cuando el sonido de un disparo se escuchó en toda la azotea, desconcertando totalmente a Sebas, que abrió los ojos de golpe, pero no se atrevió a levantar la mirada.

—N... no puede... ser —dijo apenas el enmascarado

Al escuchar eso, y luego de volver la mirada hacia arriba, Sebas quedó pasmado al ver al enmascarado temblando de dolor por momentos, llevando una mano a su pecho que se desangraba por la herida de bala recibida por la espalda.

—Eso fue por tenerme secuestrada por cinco malditas semanas.

Sebas no pudo evitar que se le dibuje una sonrisa en el rostro al girar su mirada y ver a Cecilia acompañada por Milagros a unos metros de distancia.

—Perdón por la tardanza —dijo Cecilia bajando su arma.

—Llegaron justo a tiempo, chicas —Sebas parecía volver a estar con más tranquilidad.

El enmascarado dio media vuelta con mucha dificultad, respirando cada vez más agitado.

—Tú... —apuntó a Cecilia— te juro... que te voy a mat...

Volvió a recibir otro disparo, pero esta vez vino de Milagros.

—No vuelvas a amenazar a mi hermana —dijo seriamente, para luego mirar a Sebas y cambiar su expresión a una pequeña sonrisa más tranquila—, ni al resto de mi familia.

El enmascarado intentó acercarse, pero luego de avanzar un poco fue perdiendo la respiración, cayendo de rodillas mientras sostenía su pecho agujereado con ambas manos, para finalmente quedar inmóvil en el suelo.
Milagros fue rápidamente hasta Sebas, ayudando a que se levante, mientras Cecilia trataba de hacer que José despierte.

—¿Te duele mucho? —preguntó Milagros a Sebas viendo su herida en el brazo.

—Al inicio sí, pero ya pasó un poco.

—Aún así habrá que tratarte luego.

—Sí, gracias.

Milagros levantó a Sebas y lo ayudó a ir hasta donde Cecilia intentaba despertar a José.

—¿Cómo está? —preguntó Sebas.

—Pues aún no despierta —contestó Cecilia—. ¿Qué le pasó?

—Recibió un golpe fuerte que lo dejó inconsciente.

—Bueno, lo importante ahora es que sigue vivo, y es cuestión de tiempo hasta que despierte...

Los tres vieron que José comenzó a moverse, abriendo los ojos despacio, estando en silencio por algunos segundos antes de poner una expresión de confusión.

—¿Chicas? ¿Qué hacen aquí? —preguntó aún aturdido.

—Nada, solo estábamos de paso y decidimos salvarlos —contestó Cecilia.

—Es verdad, el enmascarado y la pelea —dijo tratando de ponerse de pie rápidamente, pero siendo detenido por los demás.

—Tranquilo, amigo —dijo Sebas—. Ya se acabó.

—Entonces —José comenzó a levantarse—, ¿ganamos?

Sebas, Milagros y Cecilia se sonrieron entre sí, dando a entender que lo peor ya había pasado.

Death in Deep: Muerte en lo ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora