¿¡Mi Decisión!?

60- Ama Pucca

que disfruten un capítulo mas!!!

A la mañana siguiente, Garu despertó de una terrible resaca, en una de las cómodas celdas de la prisión de sooga, no era una habitación vip, como a las que estaba acostumbrado, pero dormir en un colchón, era mejor que no dormir en nada.

—¡vaya!, bro ¡pensé que nunca ibas a despertar!— expreso Abyo aliviado, mientras miraba la hora en su reloj. Garu se apretó la cabeza levemente con ambas manos, el mareo repentino se hizo presente, cobrándole a si a su cuerpo, las consecuencias por seguir bajo los influjos del alcohol. Dio un par de arcadas repentinas y profundas. Vaciando lo último de residuos del alcohol que se mantenían rezagados aún en su sistema —¡sí que estás fatal! —comento con elocuencia. Garu solo se limitó a observarlo con mala cara, nada de lo que decía su amigo le daba gracia, de hecho nada de lo que había pasado le daba gracia alguna. —ya pude comunicarme con tus padres, ellos mandarán a alguien a recogerte.

—¡gracias!—expreso a secas, sin ganas y desmotivado —¿Qué fue exactamente lo que dijo mi padre?

—¡no lo sé!, hablo con mi padre— mintió. La verdad es que el padre de Garu, estaba sumamente molesto por la tontería que su estúpido hijo había cometido —lo único que sé, es que enviaría a tu abogado para sacarte de la isla... Mi padre dice que convenció a Tobe de que no presentara cargos en tu contra... O eso fue lo que entendí, la verdad no me dijo mucho al respecto.

—y, ¿y pucca? ¿Cómo está?, ¡no-no!, ¡no está muerta!, ¿verdad?— La preocupación destilo por su cansada voz. Acompañado de deslumbrantes rubíes que amenazaban con desbordarse de sus ojos.

—¡gracias al cielo, ella está fuera de peligro!— El alivio de aquellas palabras, quitaron el peso y la culpabilidad que sentía por haber asesinado a su novia. Se sentía muy miserable y que le dijeran que estaba fuera de peligro le dio un poco de consuelo...

Un grupo de personas perfectamente vestidas, con trajes negros, entró en la pequeña comisaria. Un hombre joven y una mujer de su misma edad, se pusieron al frente y se acercaron hasta donde el Capitán Brus se encontraba.

—¡buenos tardes!— saludo al capitán —soy Merio y ella es Lucy, mi asistente— extendió su mano con una tarjeta de presentación —soy el abogado de la familia...— Abyo lo interrumpió.

—¡ya se habían tardado!—se acercó más al grupo —pensé que en Shinwa se habían olvidado de su vicepresidente.

—el joven Garu, no se siente muy bien—añadió el capitán —traeremos a un médico para que lo ayude con la resaca.

—teniendo en cuenta la cantidad de alcohol que ingirió ayer, no lo dudo—una sonrisa nerviosa, se formuló en sus labios, tras notar la rara expresión con la que lo quedaron viendo el grupo de personas. Abyo se calló definitivamente.

Una leve risa se dibujó en el rostro del joven abogado, e hizo un ademán con la mano para que no siguieran hablando —¡permítanme terminar por favor!— expreso educadamente su incomodidad. Lu abrió el portafolio que tenía entre sus manos y saco una carpeta que le dio a su novio. —soy el abogado representante del grupo kwon, estamos aquí para alzar una demanda en contra del Sr. Jong Dae Garu. Por intento de homicidio en primer grado, en contra del Sr. Yong Ji Tobe, incidente donde la esposa de mi cliente, la Sra. Yong Ji Pucca termino herida de bala. Por lo cual se le imputa el segundo cargo por intento de feminicidio.

Abyo se sorprendió con tal presentación, trago grueso por los cargos imputados contra su mejor amigo y se sintió como un tonto por no dejar que los recién llegados terminaran de hablar. Si hubiera sabido que esa gente venía en represión de Tobe, jamás hubiese abierto la boca.

El capitán estaba igual de sorprendido, solo que, a diferencia de la cabeza hueca de su hijo, su sorpresa fue por un motivo diferente, no esperaba que las cosas entre ambas familias empezaran tan pronto. Pero conocía la obstinación del joven Ceo y lo único que lamentaría de ahora en más, sería encontrarse en medio de un campo de batalla minado, que seguramente se convertiría en el mismísimo infierno. A partir de ahora caminaría en una cuerda floja en la que, posiblemente, nuevas tragedias del pasado se rehagan.

Suspiro con pesadez, su futuro le sonreía en colores extremadamente negros. —abriré la carpeta de investigación de inmediato.

—por obvias razones mi cliente no puede estar presente... La seguridad y bienestar de la señora Yong es primordial—se sentó en la silla frente al escritorio del oficial.

—¡si cómo no! La señora Yong—hablo molesto Abyo, casi en un susurro. Para su mala suerte. Fue escuchado por el grupo del abogado, quienes lo miraron con mala cara.

—¿y este qué se trae? —susurro Lucy al oído de su prometido. Merio la vio fugazmente y movió su cabeza en negación, mientras levantaba sus hombros, igual de intrigado que ella.

—oficial eh— se acomodó para observar el nombre en la placa —A-Ahyo...

—es Abyo—lo interrumpió por segunda ocasión. Ahora su se sentía molesto.

—¡muy bien, oficial Abyo...! Me parece que usted está muy metido emocionalmente en este caso y que tiene algo en contra de nuestra querida jefa...— Lucy poso su mano en su hombro y lo hizo callar de momento.

—lo que el abogado aquí presente intenta decir, es que la ama Pucca, es alguien noble y muy dulce, por ello se ha vuelto la persona más importante para todos y cada uno de los trabajadores del grupo kwon. Y quien sea que se quiera meterse con ella, se las verá muy duras— una sutil amenaza salió de entre sus labios. De nuevo Abyo trago grueso, de ahora en adelante, frente a la gente de Tobe, mediría más sus palabras, cualquier sentimiento negativo y ganas de insultar a Pucca que tuviera, tendría que tragársela por completo. Un pensamiento realmente inteligente de su parte.

—lo que mi compañera quiere decir, es que si el oficial Abyo está involucrado con el acusado y no piensa apoyar en el caso, me veré en la penosa necesidad— su voz cambio a una demandante. —de pedirle a un juez, que sea retirado del caso o en su defecto, destituido de su cargo temporalmente, con una obvia orden de restricción, para que no meta sus narices en mi caso por ningún motivo—una amenaza aún más grave que la anterior.

—no-no deben preocuparse por mí, yo... Me mantendré al margen— Abyo se sintió abatido y atado de manos, esta situación escalo tanto, que rápidamente se le salió de las manos. Ahora no podía ayudar a su amigo, tal y como lo había prometido. Apretó su puño con total frustración, suspiro y se alejó de la presencia del abogado, que a pesar de tener la misma edad, había logrado intimidarlo...

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