21.- Secretos familiares

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Esto avanza y las intrigas comienzan... feliz lectura

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—¡descansa! —Tobe acaricio suave la obscura melena de su amada. Ella se acurrucó más en la cama y cerró sus ojos poco a poco, durmiendo plenamente con una sonrisa de satisfacción en su semblante.

En cuanto Pucca concibió el sueño, el bajo por las escaleras en dirección a la puerta de su estudio, lugar donde Ching, ya lo estaba esperando.

El estudio, era el segundo sitio más chico de la casa y en él solo imperaban los grandes estantes con libros, que se extendían desde el piso hasta el techo. En medio de la habitación un escritorio negro de madera, reposaba galante con su brillo, detrás del escritorio se levanta una chimenea de metro y medio, donde fácil una persona de estatura promedio cabria. Sus bordes estaban decorados con mármol blanco, que le daban una vista impoluta y por sobre la chimenea un gran cuadro con un hombre y una mujer se hallaba suspendido.

Ching observaba los libros de la biblioteca personal de Tobe, pero lo que llamo más su atención fue el gran cuadro, permaneció observándolo por bastante tiempo. Algunos detalles de aquella pareja luciendo tan feliz la hacían sentir triste. El sonido de la puerta resonó en el espacio provocando un eco extraño. Volteo a ver que pasaba y para su mala suerte era Tobe, que después de entrar cerró la puerta tras de sí, no quería interrupciones. Debía, con urgencia, ponerle un límite claro a Ching de lo que podía o no hacer.

—¿algún libro llamo tu atención? —atravesó el lugar con una figura imponente, termino tras el escritorio y se sentó.

—no lo sé... estoy buscando un título que diga, ¿Cómo entender a un mujeriego? Y otro que se llame, Tobe... la gran mentira de su vida, así y el más importante ¿Cómo mentirle a mi novia y a mi esposa con hijos al mismo tiempo? — Ching destilaba sarcasmo por cada poro de su piel.

Aquel comentario, molesto a Tobe de nuevo, pues Ching estaba llevando la situación al lado contrario de lo que ella desconocía.

—sabes... me encantaría callar esa boca tuya de una buena vez, pero por el amor que le tengo por Pucca, no me puedo permitir meterte en un costal y aventarte a un río— añadió amenazante, sonriendo de lado— llevaré la fiesta en paz contigo— apoyó sus brazos sobre el escritorio.

—no juegues conmigo Tobe, mi padre y yo somos los que mejor te conocemos—Ching tiro su carta.

—¡ja! Conocerme—se burló —que estuviera 5 años viviendo con el tío lee, no quiere decir que me conoces... no pretendas conocerme—la hostilidad de Tobe, podía palparse en el ambiente —si no conoces a tu propia amiga, con la que compartiste alrededor de 10 años —Ching entendió por donde iba aquel reclamo.

—Pucca es diferente, ella es linda, tierna, una persona leal, amable y cariñosa, todo lo contrario, a ti... —se burló sentándose en la silla frente a él— ella tiene aptitudes de las que tú como persona careces—recrimino, su molestia con el magnate no sería apaciguada de ninguna manera posible.

¿¡Mi Decisión!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora