34- día 2; la pesadilla de la tutoría

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 que disfruten el capítulo...

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Me removí en la cama con total dificultad. No había parte de todo mi cuerpo que no me doliera, no pensé jamás que la falta de práctica en mi deporte favorito, me cobrara así la factura, después de abandonarlo por casi un año.

Y es que cuando deje de practicar las artes marciales con el señor Chang, las cosas con Garu comenzaban a verse un tanto turbias, después de que tuvimos nuestra primera vez juntos, comenzó a evitarme más de lo habitual y de cierto modo eso me molestaba. Pero como estaba acostumbrada a ese tipo de tratos de su parte, no fue algo a lo que le pusiera mucha atención, después de todo él desaparecía de la aldea por semanas enteras y nunca pedí una sola explicación. Independientemente de que él no era de muchas palabras y yo tampoco, pero ahora que lo reflexiono con más detenimiento y después de haberlo encontrado entre las piernas de Ring ring, ya no es un hecho que me sorprenda ahora.

Creo que es lo que me gano por dejar de practicar, lo peor de todo es que solo fue la práctica de una sola postura en tacones y sinceramente no estoy muy acostumbrada a usarlos. No siento que empiece a tener la agilidad de una gacela ni la gracia de una mariposa, más bien tengo la agilidad de una tortuga y la gracia de un avestruz...

Pucca suspiro y esbozo, una diminuta sonrisa entintada de completa melancolía. El amor de Garu aún se encontraba muy clavado en su corazón, lo amo por muchos años y se ilusionó mucho al haber sido correspondida al final. Pero el dolor de lo que por error o suerte del destino vio aquel día y que la hizo dejar todo atrás, era mucho más grande que lo que sentía.

La traición en su corazón, era una herida punzante y supurante que aún sangraba a cada minuto, a cada segundo y le desgarraba el alma de la peor manera. Pesar, que no le permitía estar en paz con ella misma, pues se sentía culpable por ocupar el amor puro de Tobe, para olvidar y arrancar ese amor tóxico qué no le permitía avanzar. Una parte de ella se sentía culpable por ocupar ese amor sincero que Tobe le deposito en bandeja de oro.

Pero teniendo dos hermosos bebes, frutos en vida y prueba fehaciente de lo que habita en su desquebrajado corazón, ¿cómo podría olvidar ese amor de la noche a la mañana?, ¿cómo sacaría esas espinas de su alma?

Sin embargo, si pusiera a ambos chicos en una competencia, definitivamente el magnate de la cicatriz en el entrecejo, ganaría con creces. Después de todo, Garu siempre fue muy reservado, siempre leyendo o practicando, haciéndola sentir en ocasiones una carga, un estorbo. En cambio, con Tobe, él siempre es muy abierto en cuanto a lo que quiere, tiene, piensa y desea. Cada antojo durante su complicado embarazo lo cumplió, accedió a cada capricho que ella tuvo, le prometió ayudarla en sus estudios y darle un trabajo. Lo que gana en toda esa lista de cosas buenas que Tobe ha hecho por ella, es que, simplemente, el hecho de verlo tan feliz al tener a los bebes entre sus brazos, independientemente de que sean o no su carne y sangre, la ayuda a entender la diferencia entre un amor forzado, a un amor puro, sincero...

Una lágrima destiló la tristeza de sus pensamientos, la limpio y se levantó como pudo de la cama, de nuevo Tobe no estaba a su lado. Camino en dirección a las cunas de los bebes y estos seguían profundamente dormidos, les dio un pequeño besó a ambos y rápidamente corrió al baño para cambiarse. De reojo había alcanzado a ver la hora en el reloj de pared. Era tarde, pero no tanto, pues la señora Yu no había subido a despertarla.

Salió de la habitación y una de las chicas de la servidumbre estaba esperando afuera, quien de inmediato, al verla, le dio una reverencia.

—buenos días, ama, la señora Yu la espera en el comedor— sonrió para Pucca

—¡gracias!... cuídalos bien, por favor— Las palabras de la azabache se escucharon tristes, lo cual fue interpretado de inmediato por la chica del servicio.

—el amo Tobe salió a trabajar temprano, no se preocupe— la chica le regalo una alegre sonrisa.

—¡ok!—fue todo lo que Pucca dijo, correspondiendo así a lo que la chica acababa de decir.

Camino sin ánimos hasta el comedor, un gran desayuno perfectamente acomodado la estaba esperado; coctel de frutas con miel y granola, leche, hotcakes con chocolate; crema de avellana, plátano, chantillí y fresas, decorado con chispas arcoíris.

—por favor siéntese, joven señora—le indico la señora Yu entrando a la sala —el desayuno fue pedido por el amo Tobe, especialmente para usted—la señora Yu, deposito una pequeña charola en la mesa con un vaso cristalino de agua y una pastilla —por favor beba esto, el amo pensó que talvez estaría adolorida.

Pucca se sentó, tomo el vaso entre sus manos y sin reflexionarlo tomo la pastilla para el dolor, un gesto que en verdad agradecía. Sin más comenzó a comer, aquello parecía una bomba dulce, que si bien las cosas exageradamente dulces o empalagosas, no le agradan al magnate, él sabía perfectamente que ella disfrutaba mucho de esa clase de alimentos.

—el Sr. Yang Long llegará en media hora para comenzar con su segunda tutoría, él la ayudará a entender cada movimiento administrativo de la empresa, así como del balance en finanzas, tanto de las dos ramas empresariales que tiene el amo Tobe. Así como las 5 empresas compartidas que tiene con sus socios, el balance de los gastos de mantenimiento de la mansión y el sueldo de los 100 empleados que trabajamos en ella. También le mostrará el balance y manejo de la cuenta en las islas caimán, el dinero que es enviado al maestro Ryu como parte de su retiro, así como de las necesidades del dojo de sus abuelos en Japón.

Con tantas cosas por aprender, Pucca comenzó a marearse, no sabía se era tanta azúcar o definitivamente el pánico por aprender tanto en tan pocos días. Tanta información le dio un terrible dolor de cabeza, empresas, gasto de la villa, empleados, dojo. No proceso mucho de lo que la señora decía.

Solo asintió y termino de comer, su tortura con la señora había terminado por hoy, ya no debían practicar más posturas, pues el día anterior lo había hecho todo bien al final, ahora solo necesitaban que Tobe practicara con ella, la bajada por las escaleras.

Algo verdaderamente complicado a su imaginación, tenía que bajar sostenida de su brazo, sin observar por donde quedaba cada escalón. Prácticamente, tenía que estar compenetrada con él, para adivinar el ancho del escalón, con cada movimiento corporal del magnate. Una tarea que implica más que buena intuición.

La frustración por un nuevo día y más tutorías, la mortificaba, instalando grandes dudas en su frágil mente.

¿Seré lo suficiente mente buena para esto?, ¿Daré la talla en las expectativas de Tobe?, ¿podré ayudarlo como es debido?, me habla muy bonito y todo, pero ¿no me irá a engañar igual que garu? Después de estas preguntas surcando su cabeza, resignada se sentó a esperar al Sr. yang y continuar una nueva tarea para la tutoría, que si bien apenas llevaba dos días, no podría imaginarse lo tediosos que serían el resto de días...

 yang y continuar una nueva tarea para la tutoría, que si bien apenas llevaba dos días, no podría imaginarse lo tediosos que serían el resto de días

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