54- el dolor de dos hombres

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El crepitante sonido de la lujosa botella de vino, resonó el espacio dando una clara señal de que nadie estaba de humor

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El crepitante sonido de la lujosa botella de vino, resonó el espacio dando una clara señal de que nadie estaba de humor. La cara malhumorada del policía Abyo, demostraba que no estaba para tonterías, pero no podía negarse a estar con su mejor amigo, después de ver la faceta descarada con la que Pucca se mostró en televisión. Aún más que se dignara a aparecer frente a todo el mundo, como la esposa del conglomerado más importante de Corea, para él, Pucca no era más que una trepadora y chica fácil, pues el dinero la conmovió más, que el amor jurado y perjurado que decía tener por Garu. Sin tener en cuanta que hasta en un corto periodo de tiempo, se había embarazado, solo para atar al idiota del dinero.

—se fue... se fue con ese idiota, me dejo por él... ¿Por qué?—se repetía Garu incesantemente, mientras se sumergía más en un estado total de intoxicación etílica. Y añadiéndole a este coctel de pensamientos tontos e incensarios, puso el enojo que sintió al verla abrazado, pendiendo de los brazos de Tobe. ¡hoo sí! Todo esto lo llevo a un estado tal en el que su miseria no podría ser cuantificada ni midiéndose con la montaña más grande del mundo.

—¡lo se bro, lo sé...! Pero no solo tú estás confundido, frustrado, molesto y aliviado por esto. Sabes... mi chica y yo peleamos por ese mismo tema—dio vueltas pensando en la discusión que había tenido horas antes con Ching —sabes... Ella no está mucho mejor que tú, eran las mejores amigas, si ya su partida la había afectado. Ahora ha de estar devastada...—se frotó la cabeza con cansancio —lo peor de todo es que no puedo estar con ella en este momento tan difícil—suspiro, sabía que ella podría estar peor que su amigo Garu. Pero con solo una llamada telefónica y haber sido su primera llamada después de un tiempo, no era para que terminara mal, una discusión no quedaba en estos momentos y se sentía culpable, pues ella se había esmerado para conseguir una oportunidad de hablar con él.

Si todo aquello era un desastre total, no podía imaginarse lo que los chefs y dada estaban pensando, de seguro... se encuentran igual de triste o aún más dolidos que ellos por la noticia.

—¡amigo...! ¡Amigo!—habló Garu borracho —estaba dispuesto a dejarlo todo por ella, a confrontar a mi padre y dejar a mi madre atrás— se dejó caer pesadamente sobre la silla de su pequeño y modesto comedor. —pero a ella, no-no le im-importe— tartamudeo un poco, mientras las palabras trataban de no atorarse más de lo necesario en sus labios y enredarse entre su lengua —me miro a los ojos con dolor y tristeza, ella me vio con lástima... ¡Jamás debí ir a esa estúpida fiesta!.

—no te engañes, de cualquier modo, hubieses visto las noticias al igual que todos nosotros—añadió el policía, intentando calmar el momento.

Más botellas fueron destapadas y bebidas al hilo como si no hubiese un mañana, garu se ahogaba en licor y Abyo no quería hacer nada para molestarlo, pues solo se limitó a observarlo beber en silencio. Una tras otra garu perdía los sentidos y se dejaba consumir más por su dolor y su rabia.

—¡soy un imbécil!— se dijo así mismo, tomo las llaves del carro, caminando de forma tambaleante y una vez dentro se encerró, impidiendo que Abyo; quien ya lo perseguía desde el momento en el que se levantó de la suya.

Garu tanteo en la oscuridad para introducir la llave y encender el automóvil, una vez su cometido dio frutos, busco su celular, mientras un muy molesto y preocupado policía, hacía de todo para llamar la atención de su amigo e impedir o persuadirlo de que lo que estaba haciendo o intentaría hacer estaba mal. Pero para su mala suerte, Garu lo ignoro completamente y poniéndose su celular al oído, ordeno que lo siguieran de cerca y que dañaran al tipo al que irían a buscar.

Garu acababa de dar la orden a un grupo de matones en pocas palabras, que asesinaran a Tobe a como diera lugar, pero que le dejaran a él, darle el golpe de gracia, una vez que su contrincante estuviese suplicando por su vida. Es así es como Garu, obligo a Tobe a salir de su auto en cuanto lo encontró en la carretera...

Tobe salió del restaurante, dejando a los tíos de pucca un poco más tranquilos. Suspiro se sentía triste porque así no había planeado el día, pero se arruinó. Entro sin más a su auto y mientras lo encendía, dejo recargar su peso completamente en el haciendo, el estar en el restaurante lo hizo sentir presionado, algo que ninguna adquisición, junta importante o contrato. Le hubiese causado antes. Observo sin más el despejado cielo de sooga lleno de estrellas titilantes y bellas a la lejanía.

—¿me viste, cierto?— lanzo aquella pregunta con nostalgia al viento mientras observaba a la estrella más brillante de todas —espérame, que iré a verte.

Después de unos cuantos desvíos y haber manejado por 10 minutos, llego a su destino. Donde la gran reja de fierro lo recibió y parte de sus recuerdos más dolorosos se concentran.

—¡buenas noches, señor!— el anciano cuidador lo saludo.

—buenas noches, señor Luo— correspondió el saludo. Saliendo de su auto.

—la señorita estará feliz de saber que viene a verla después de tanto tiempo— añadió con nostalgia el hombre. Tobe asintió y camino despacio en la penumbra recorriendo el camino empedrado del panteón.

Su corazón se hallaba agitado, dolido, feliz y confundido. Mientras más se acercaba al reluciente mármol color negro, que brillaba tenuemente, reflejando la blanquecina luz de la luna y las letras talladas en ella, se mostraban reluciendo en ese espacio.

—¡hola, querida Nun!— una leve sonrisa se dibujó tras pronunciar aquel nombre. Paso su mano sobre la fría lapida —¿la viste verdad?... no quiero que estés celosa... pero estoy harto de estar solo. ¡Sabes!— suspiro de nuevo —la amo tanto, se volvió todo mi mundo y mi corazón le pertenece ahora, jamás creí que después de perderte volvería a enamorarme, pero mírame... estoy aquí con el corazón saliéndose de mi pecho por una mujer, que no solo me rompía el corazón cuando éramos jóvenes... Ja, ja, ja— no podía evitar el reírse por ello, aunque no podía negar que fue muy doloroso en su momento —sino que, literalmente, me rompía los huesos cuando podía. Esa niña era brutal... Me pregunto ¿qué paso con el tiempo?, ¿por qué se volvió tan frágil? Dejo de ser la chica ruda que recordaba y paso a ser una mariposa herida— serró los ojos mientras los recuerdos lo invadían —tal vez por esa razón el día que la vi, me fue imposible reconocerla, aparte de las copas que traía enzima... ¡¡ha!! Tienes razón, a quien engaño... Estaba totalmente ebrio.

Sus dedos se resbalaron delicadamente por la piedra, mientras hablaba, un hueco se hizo presente y su corazón dolió, sabía que aquello dolería menos con el tiempo, pero tenía que hacerlo, esa era la razón por la que estaba parado en aquel panteón en medio de la noche.

—mi querida Nun, sabes cuánto te quise y no puedes reprocharme nada, sé que no era tu intención dejarme con ese dolor en mi corazón por más de 15 años, pero bueno... las cosas sucedieron así. Vine a despedirme de ti, no pienso volver nunca a este lugar y quiero que cuando regreses a este mundo, tengas una buena vida... amada Yuki, adiós y descansa en paz.

La palabra salió de entre sus labios, siendo arrastrada por el viento de la noche, como un último mensaje para un viejo amor...

La palabra salió de entre sus labios, siendo arrastrada por el viento de la noche, como un último mensaje para un viejo amor

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¿¡Mi Decisión!?Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon