Tobe sale de la aldea de sooga y años después se encuentra a Pucca, sola y triste, en ese momento le tiende la mano cuando ella mas lo necesita.
Algo comienza a crecer entré ambos, pero la sombra de Garu, le atormentando emocionalmente.
Ahora ella s...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Dos meses pasaron desde la recuperación de Pucca, la gente a su alrededor se veía más animada y feliz, pues su señora ya sonreía y platicaba más que en un principio. Y no podían estar más que satisfechos por aquella recuperación tan exitosa, podían notar como se esforzaba por estar en todos los asuntos referentes a la familia, casa, empleados, la cocina y que a pesar de la distancia pasaba dos horas al día estudiando; una hora la dedicaba para saber de administración empresarial cosa con la que aún tenía ayuda de Yang Long, la otra hora era dedicada en su totalidad a la etiqueta de las damas de alta sociedad, aún le faltaba mucho por aprender, pero deseaba tanto apoyar a Tobe que no dejaría que nada lo perjudicara en un futuro.
Estas cosas la mantenían ocupada, sacándola de asuntos que tenía que resolver, como hacer la visita a sus tíos, que innegablemente estaba retrasando lo más que pudiera, a pesar de que Tobe había sido insistente en un par de ocasiones en ir a verlos, ella se negó rotundamente a verlos a la cara. Aún estaba avergonzada por su actuar y haberlos dejado de la noche a la mañana sin noticias de ella.
Por desgracia y a pesar de que se mostraba más animada, el estrés emocional en esas semanas empezó a convertirse en un agujero negro que sentía la absorbía a cada momento, haciéndola desesperar. Garu aún se encontraba entre sus pensamientos y eso no era nada fácil, a pesar de haber sido herida por él, su corazón aún se mostraba reacio a creer que había sido a propósito, él jamás la habría herido de ese modo, jamás la hubiera lastimado así.
Era evidente que se encontraba muy confundida, nada. Definitivamente, nada era como lo había planeado hace tiempo, nada era como ella había pensado...
Por años había entregado mi corazón sin pensar mucho en las consecuencias de lo que la desilusión amorosa podría causarme, fui muy feliz los primeros días de mi noviazgo, eso no lo podré negar jamás. Haber luchado por años por obtener el amor del chico que me gustaba, fue sin dudarlo el mejor día de mi vida ¿Quién no lo estaría? Todo el cariño que di y podía dar en ese tiempo, fue aceptado de la mejor manera.
Aún recuerdo como fue ese día, no sé por qué Garu se había ido de la isla, pero eso era algo muy frecuente en él, solía irse algunas semanas y después regresaba. En fin, acababa de volver a la isla, era una tarde muy hermosa porque los rayos del sol se colaban levemente entre las frondosas copas de los árboles de bambú. Yo correteaba con Ching y Abyo, intentando que nuestras cometas se levantarán del suelo y surcarán el cielo, esa era una de las actividades que más amábamos hacer.
Todo era perfecto a su lado, aunque mi amor por él no me permitía ver a la persona real, bajo la máscara del chico callado e introvertido. Me lancé a pesar en un futuro juntos. Tener hijos, juntar a mio y yani, y que ellos también tuvieran sus propios hijos, pensé en una familia feliz que nunca conseguiría a su lado. Una persona tan desleal como él, jamás debió ganarse mi respeto y admiración.
Ahora que lo creo, que jamás le pregunte cuál era ese motivo... Ahora que reflexiono con más detenimiento, amaba a alguien a quien en realidad no lo conocía en nada, ¿lo amaba?, ¡no!, ¡lo amo!, ¿no?...
