28.- Mafia

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Actualización 7/10

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Actualización 7/10...


La noche del viernes había caído más rápido de lo que el magnate lo había podido esperar, salió de su oficina y observo su reloj de pulsera, mientras el elevador baja lentamente a su sótano privado.

—¡ya está todo listo jefe!—hablo Hanzo en cuanto las puertas del elevador se abrieron y diviso el cuerpo de Tobe.

—¡bien!, será mejor que lleguemos rápido—el magnate subió a su auto, en la parte trasera, mientras que Hanzo tomaba el control total del vehículo.

Salieron en dirección de las bodegas marítimas de Hozu, muy cerca de la costa que lleva a los almacenes A. en el trayecto tomo su celular y llamo a Pucca deseaba con todo su corazón, escuchar su dulce voz, era la medicina para su fatiga.

—¿Cómo estás, princesa? —pregunto sosteniendo su dispositivo móvil en su oído.

—bien querido—la cantarina voz de Pucca salió por el parlante.

—¿y los niños? — pregunto preocupado por sus pequeños angelitos.

—están bien, bañe a ambos con ayuda de Ching—su tono se tornó triste —les dimos de comer y ahora están perfectamente dormidos y superarropados, esta noche está demasiado fría—la temperatura había descendido unos cuántos grados más, de lo que estaba acostumbrada.

—lo sé, puedo ver por la ventana que está comenzando a nevar... tú también arrópate bien—suspiro.

—¿aún tienes mucho trabajo? —pregunto la azabache

—¡no!—Tobe volvió a suspirar —tengo una reunión importante con algunos futuros accionistas, en el Night Star. Llegaré a casa un poco tarde—argumento. Aunque sabía en el fondo que eso era una mentira, no quería preocuparla con la verdad.

—ok amor... iré a dormir temprano entonces— bostezo al otro lado de línea. Estaba cansada.

—si pequeña, ve a descansar y cuando despiertes yo estaré ahí— sonrió como un bobo, al escuchar aquel tierno bostezo

—¡hasta mañana!—dijo con tristeza

—¡hasta mañana!—replico él. Se quedó en silencio por unos minutos antes de colgar la llamada, hasta que escuchó lo que le dio la fuerza para no correr de nuevo hasta los brazos de su familia.

—¡te amo Tobe!—esas palabras confortando su corazón.

—¡yo también te amo!—fue lo último que dijo, pues la azabache colgó la llamada.

Él suspiró de nuevo, guardo su teléfono en las bolsas de su chaqueta y observo el camino que su auto recorrió hasta que llegaron a su destino. El lugar estaba completamente oscuro.

Hanzo aparco la camioneta muy cerca de la entrada de la bodega. Bajaron del auto y entraron así al derruido punto, construido en su totalidad, por vigas de acero y láminas de fierro, que, gracias a la salinidad del ambiente, se hallaban carcomidas y oxidadas.

¿¡Mi Decisión!?Where stories live. Discover now