12.-El único y original... Yong Ji Tobe

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Ja, ja, ja miau, el segundo capítulo del día, la inspiración anda al 100 ji, ji, ji, que lo disfruten...


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Tobe:

El teléfono sonó, a las 5 de la mañana, me levanté como pude y conteste.

--bueno--hable soñoliento y sin ganas. Apenas hace una hora Ryu y Ren acababan de quedarse dormidos, por lo tanto, pucca y yo conciliamos el sueño de nuevo como pudimos. una noche ajetreada para un par de adultos que no saben nada de bebes.

-jefe hubo un cambio improvisto... la señorita lee Ying llegó a las 9:00 de la noche de ayer, la lleve con la señora Yu, cómo lo había ordenado, también se programó una cita con usted a la 10:00 am-

-Hanzo por dios... ¿a quién demonios se le ocurre avisarme esto apenas y no desde ayer en la noche?- dije molestó, en verdad que quería seguir durmiendo con cada fibra de mi ser.

-perdón jefe, pero llegamos del aeropuerto a la 1 de la mañana y me quedé dormido-sí, era de suponer, pero joder hombre.

Tobe suspiro-ok, ok, gracias por encargarte de mi invitada-estaba sentado en la orilla de la cama, sin ganas de nada, mientras masajeaba mi cabeza con mi mano libre, hasta que recordé lo de la sorpresa para mi amada.

-por cierto, necesitó que te comuniques con Tsuna y le digas que mande a alguien a preparar un cuarto de juegos para mis pequeños, dile que tiene hasta el sábado por la mañana-demando hastío al otro lado de la línea.

-claro jefe y perdón por despertarlo-Hanzo sabía a lo que se arriesgaba, pero las contestaciones de sí jefe, no fueron tan severas como él las suponía.

-no hay problema, es por Pucca y mis angelitos que hago esto, tú mejor que nadie, sabe ese hecho-en verdad los amaba.

Tobe colgó la llamada, se recostó otro rato y volteó su cuerpo, chocando su mirada con la de Pucca, que se mantenía con un semblante tranquilo, a pesar de las pequeñas ojeras que se hallaban al borde de sus ojos. Permaneció un rato así, hasta que vio de nuevo la hora en el celular y se levantó con sumo cuidado, de no despertar a nadie. Una vez se levantó con éxito salió de la habitación de Pucca y los pequeños, se dirigió a su cuarto, tomo una ducha para despertar como era debido y se puso su traje de vestir favorito, era un día especial para él. un saco color azul marino y un pantalón a juego, resaltaban la blancura de su camisa, una corbata amarilla y unos zapatos negros de diseñador, así como un pesado abrigo color gris Oxford, terminaban el galante conjunto, para una fría mañana. Las primeras nevadas en Seúl comenzaban a caer.

Recogió su cabello en media coleta, sujetada con un par de pequeñas trenzas a los lados, guardo su cartera y el celular en las bolsas del pantalón. Entro con precaución a la habitación de su amada y depósito un tierno beso en la frente de los bebés, con mucho cuidado de no despertarlos, se dirigió a, la aún dormida azabache, la beso cortamente en los labios y así regreso a su estresante trabajo. Grandes ideas de lo que haría en el día, lo hacían sonreír con una aparente malicia... 

¿¡Mi Decisión!?Where stories live. Discover now