26.- nuevo contrato

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maratón 5/10

La cena trascurrió con normalidad, sin ninguna novedad extraña, hasta que Ching se levantó de la mesa y dio las gracias por la comida, entonces se acercó a Pucca y la abrazo de nuevo

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La cena trascurrió con normalidad, sin ninguna novedad extraña, hasta que Ching se levantó de la mesa y dio las gracias por la comida, entonces se acercó a Pucca y la abrazo de nuevo.

—¡te quiero mucho, amiga!—expreso sin vacilaciones, Pucca entendió a qué se refería, ella también se preocupó por su ausencia.

—yo igual Ching y gracias por entender—la suave voz de la azabache amenazaba con romper en llanto. Sabía qué Ching no le exigiría una explicación en torno a lo que había pasado, después de su partida y con el abrazo supo que esperaría el tiempo necesario para que ella misma le explicara sin ninguna presión. Pero había un detalle que Pucca estaba olvidando.

—mañana hablaremos más tranquilas—Ching dibujo una leve sonrisa, la cual Pucca correspondió —eres tan afortunada por tener a tan preciosos ángeles contigo, que muero de la envidia—otra sonrisa salió de labios de la chica de trenzas – hasta mañana querida—la soltó y volteo a ver a Tobe —¡hasta maña Sr. Yong! —Tobe solo asintió sin decir nada. Mientras Ching se perdía por el umbral de la puerta para caminar a su habitación.

——¿ya quieres descansar? —Tobe pregunto a Pucca, que mantenía la mirada fija en el espacio, viendo a la nada.

La cabeza de la chica tenía muchas preguntas, pero no sabía por donde empezar. Dejaría que su corazón eligiera la correcta. —¿de quién era esa habitación? — interrogo a su amado, en verdad estaba intrigada, de por qué esa habitación estaba allí, intacta, alejada de todo.

Tobe agacho la mirada por un momento fugas, poniendo un semblante triste, el cual no pasó desapercibido para ella. Él suspiró y apretó los ojos, ese recuerdo aún le duele y habré la herida más vieja de su pasado. —¡una amiga a la que quise mucho dormía ahí!—fue todo lo que él dijo, esperanzado de que interpretara su silencio y no hiciera más preguntas después, para su suerte así fue, pues Pucca no dijo nada más. —ve con nuestros pequeños, en un momento te alcanzó— depositando un suave beso en su frente —estaré en el estudio, por si necesitas algo—la azabache asintió, la molestia que se instaló en su corazón por ver a Tobe triste, ahora la hacía sentir culpable, mientras veía al magnate salir por la puerta.

No permitiría, que un día tan maravilloso para ella, terminara de tal modo. Así que corrió de tras de él y lo abrazo por la espalda, haciéndolo detener su andar, encajo su rostro en la espalda del joven —¡no te molestes por favor, no finjas que tienes trabajo! —expreso de forma triste. Tobe sonrió y negó un par de veces con la cabeza.

—¡no estoy molesto! —Tobe rompió el abrazo de su amada para voltear a verla, una vez la tuvo de frente, posiciono ambas manos en sus mejillas —no finjo tener trabajo princesa, la compañía está presentado problemas, necesito saber qué está pasando y solucionar el inconveniente—la advertencia de Merio seguí rondando por su cabeza.

—está bien—se resignó—te dejaré trabajar...—suspiro con pesar —solo no vayas a descansar muy tarde—se perdió en aquel mar de tristeza que eran mostraban sus orbes azules, una tormenta se formaba en ellos. La tristeza no era algo que se fuera tan fácilmente.

——¡te prometo que no lo are! —esbozo una reconfortante sonrisa, que le permitió a Pucca alejarse de él.

——¡hasta mañana! —ella recorrió los escalones con suma precaución, mientras él no se permitía despegar la mirada de su amada, que se alejaba.

——¡hasta mañana princesa! —su sonrisa se volvió más amplia y metió ambas manos a las bolsas de su pantalón. Una vez ya no pudo ver la silueta de la joven, él caminó hasta el estudio y se encerró ahí...

Las puertas del estudio se abrieron de golpe, de inmediato Tobe despego su vista de los papeles, la laptop y su oído del teléfono, pues el golpe de inédito llamo su atención. Tobe abrió los ojos sorprendidos, por ver a aquella chica en pijama, con el pelo desordenado y agitada

—¡Recibí una llamada de mi padre y necesito dinero...! —tomo una gran bocanada de aire— ¡Participaré en el concurso!—hablo casi sin aliento tras correr desde el primer piso, a la cocina en busca de la Sra. Yu, para después encontrar a Tobe en el estudio.

—¡Tsuna, mañana hablamos!—apretó el botón para colgar el teléfono y observo a Ching, sabía que no estaba vacilando con lo que decía —siéntate por favor—le pidió amablemente. De algún modo sabía que algo así sucedería.

Sin perder más tiempo, Tobe saco dos carpetas de entre sus cajones, uno era el contrato que Ching ya había firmado previamente, el otro era un contrato nuevo y del concurso de moda, también saco una pequeña cartera, que fue la que tomo primero y abrió frente a Ching tomando una pluma negra.

—¡dame la cantidad!—expreso Tobe sin dilación, mientras llenaba el pequeño cheque frente a él.

—¡no!, ¡no quiero tu dinero!—el pequeño gesto de Tobe molesto a la azabache. Lo último que necesitaba su padre, era una deuda nueva.

Sin más, el magnate lanzo un suspiro, mientras ponía la pluma sobre el papel —muy bien... Entonces aquí está tu contrato—tomo el folder beige y se lo extendió a la chica, quien sin vacilaciones lo tomo para firmarlo, siendo detenida por Tobe.

—espera, te lo di para que lo leyeras, ya que tú no lo harás, déjame explicarte como estará todo si firmas ese papel...

1; ya no podrás vivir en la villa y serás llevada a la residencia donde vivirán todas las participantes.

2; no podrás ver a Pucca y, por lo tanto, quedarás des comunicada del mundo en lo que el concurso se lleve a cabo o hasta tu eliminación.

3; no puedes hablar con nadie, sobre Pucca y nuestros hijos.

—Dicho esto, quiero preguntar de nuevo, ¿estás cien por ciento segura de firmar ese papel?

Ching suspiro, aún tenía orgullo para no pedirle a Tobe directamente la exorbitante cantidad de wons que necesitaba para ayudar a su padre. Ya era suficiente humillante, recibir el dinero de él, por ayudar a su amiga con sus bebes, su única salida más viable y la que le daría la satisfacción de lograrlo por ella misma, sería entrar a ese concurso y darlo todo, por llegar a la final llevándose todo el premio. Tomo la pluma debatiéndose si en verdad valía la pena dejar sola a su amiga o no... pero en verdad su padre la necesitaba y como sea, a su querida amiga no le faltaba absolutamente nada. Estaba rodeada de lujos innecesarios, así como que le cumplían sus antojos y caprichos.

Lentamente, levantó su mano con el bolígrafo en el aire, instalando más la duda en su corazón. Apretó los ojos y la imagen del hermoso dojo donde creció, vino a su mente, también se presentó la cálida sonrisa de su padre, mientras daba clases en aquel lugar, ese espacio al que llama hogar. Abrió sus ojos de nuevo, puso su mano bien firme sobre el papel y apoyo la punta de la pluma, poniendo así su firma sobre ese papel.

Ahora no había marcha atrás, no cabría el tiempo para las dudas, necesitaba ese dinero y así lo obtendría, así su padre volvería respirar sus días con mucha tranquilidad, así nadie le quitaría su dojo y también con lo que sobrara del dinero, lo arreglarían para que regresara a su antigua gloria...

Ahora no había marcha atrás, no cabría el tiempo para las dudas, necesitaba ese dinero y así lo obtendría, así su padre volvería respirar sus días con mucha tranquilidad, así nadie le quitaría su dojo y también con lo que sobrara del dinero, lo ar...

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¿¡Mi Decisión!?Where stories live. Discover now