Tobe sale de la aldea de sooga y años después se encuentra a Pucca, sola y triste, en ese momento le tiende la mano cuando ella mas lo necesita.
Algo comienza a crecer entré ambos, pero la sombra de Garu, le atormentando emocionalmente.
Ahora ella s...
dedicado a ErikaBcch por tu comentario anterior. ya entenderás a que me refiero
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—¡Ama! ¿Qué espera? —me hablo Stephanie después de parecer una tonta con mis zapatillas colgando de mi mano.
—Es que... ¡No sé dónde es la fiesta! —la pena en mí podía notarse a miles de kilómetros, en verdad que había metido la pata en grande desde temprano. Pero mi respuesta solo causo una risa graciosa en la chica.
—¡su calabaza voladora, está esperando por usted!— me dijo manteniendo su sonrisa, no sabía a qué se refería, en verdad estaba confundida y más, si aquella burla en su voz no desaparecía.
En el momento solo atiné a poner una amarga cara de incertidumbre y confusión, lo que provocó otra ligera risa que se dibujó aún más en sus labios. Desde mi punto de vista esta chica está comenzando a caerme súbitamente mal.
Para acallar mi mal rato y despejar las dudas que flotaban ocupando mi cabeza, ella volvió a hablar, desdibujando los surcos de su alegre sonrisa.
—el helicóptero la llevará—me observo de arriba, abajó esperando a que mi cabeza procesará lo que acaba de decir, también que presentará alguna reacción a su chiste pasado, el cual no había logrado entender, sinceramente no tenía cabeza para tonterías en este momento —he informado al hotel y ya tenemos permiso para aterrizar ahí. Aunque el tipo que esperaba el helipuerto creo que estará muy molesto, ja, ja, ja— añadió, yo seguía sin entender a qué se refería.
Al fin una buena noticia, suspire. No podía suponer que esto en verdad estaba pasando, pero no podía solo fingir que esto era un sueño donde yo era cenicienta, ¿cierto?
Sin más tiempo de por medio que perder, corrí al patio aún descalza, subí a la aeronave y de inmediato despegamos.
De nuevo los nervios se apoderaban de mí, mi cuerpo temblaba y mi estómago era un gran cúmulo de nervios, un vacío, que dolía y se movía con intenciones de querer vaciar su contenido. Deseaba devolver más que nada en mi viada en esos momentos, solo para no seguir con este malestar.
—¡lo haces por Tobe, lo haces por Tobe!, él te necesita— me repetí internamente, no debía dudar, ya había llegado hasta aquí con todo y las dudas anteriores, no podía permitir qué nuevas dudas y temores salieran flote.
Mire por el parabrisas, observado como el sol caía lentamente por el horizonte, mientras las luces de Las calles se encendían lentamente, una a una, haciéndose con nuestro avance cada vez más pequeño, acompañando al majestuoso paisaje natural con el que sooga cuenta.
Diez minutos más tarde pude observar el helipuerto de la torre principal del hotel, una vez en el suelo los empleados del lugar me ayudaron a llegar hasta el recibidor, ahora me sentía como una de esas estrellas de k-pop que llegaban en helicóptero a sus conciertos.
