Tobe sale de la aldea de sooga y años después se encuentra a Pucca, sola y triste, en ese momento le tiende la mano cuando ella mas lo necesita.
Algo comienza a crecer entré ambos, pero la sombra de Garu, le atormentando emocionalmente.
Ahora ella s...
recuerden seguir las indicaciones por la contingencia...cuídense mucho y no salgan a la calle, mejor lean mis demás historias para que se entretengan.
encontraránesta notas a lo largo de la historia...son pasado y no quiero borrarlo, esa época dejo una huella imborrable en la vida de todos, de maneras diferentes.
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—¡buenos días, mi señora! —entro la señora Yu a la habitación.
Pero esta se sorprendió al ver a Pucca cargando a Ryu, mientras que el pequeño loto, dormía aún plácidamente en su cama.
—¡buenos días a todas! — correspondió cordialmente el saludo, la azabache, de forma un tanto tímida, aún no se acostumbraba a que la llamasen señora, cuando era más que evidente que algunas personas de la casa, le doblaban la edad. Tener tanto estatus, aún le era un cuento de hadas.
—el carro estará listo a las ocho en punto de la mañana, no lo olvide—no podía odiar a la nana Yu ¿o sí?
Pucca asintió, mientas depositaba a Ryu en los brazos de una de las chicas de servicio.
—el joven maestro ha dejado un atuendo para usted—la señora Yu le indico a otra de las chicas que entregase el paquete.
Del cual al tenerlo entre sus manos la azabache abrió y saco un conjunto, un saco negro rayado y un short de igual color y diseño, de inmediato entro al closet con la ropa y después de media hora, ya se encontraba lista.
Dejo su cabello desatado y con ayuda de las chicas le hicieron unos hermosos bucles, que con lo larga de su cabellera tomaron una apariencia muy natural. Entintaron sus labios con un rosa claro, le pusieron un maquillaje sencillo, resaltando su natural belleza.
—¡ama, usted es tan hermosa!—las chicas no podían envidiar realmente la belleza natural de la azabache —el conjunto que el amo Tobe escogió para usted, es realmente hermoso y en usted luce espectacular— todas estaban contentas por la dulce joven, buena, hermosa y sobre todo bondadosa, que su amo había escogido como su señora.
Cada empleado de la mansión la quería y estimaba, en el poco tiempo que tenían tratando con ella, quedaron más que satisfechos con los buenos valores que fue educada. Para ellos, que la joven desconociera la etiqueta y posturas, era el menor de sus problemas.
Pucca sonrió complacida por los halagos, se observó al espejo y la persona que vio en él reflejó, por un momento le pareció irreconocible. No era ella misma en lo más mínimo, si alguien del pasado la encontraba así por la calle, jamás pensaría que esa chica era ella.
—el coche está listo, ama—una de las chicas entro a la habitación, anunciando que el chofer la esperaba.
—¡gracias a todas por sus cuidados!—aquellas palabras parecieron más una despedida de la azabache. Aunque sabía que regresaría de nuevo.
—no debe agradecer nada, es la esposa del maestro, tenemos un fuerte compromiso para con usted. Más aún la llegada de los jóvenes herederos es algo que nos ha hecho muy felices a todas—expreso la señora Yu con una sonrisa, que fue correspondida por Pucca.
