Tobe sale de la aldea de sooga y años después se encuentra a Pucca, sola y triste, en ese momento le tiende la mano cuando ella mas lo necesita.
Algo comienza a crecer entré ambos, pero la sombra de Garu, le atormentando emocionalmente.
Ahora ella s...
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—¡no puedes seguir mintiéndote Tobe...! Pucca y tú son de mundos muy diferentes—Ching lanzo un golpe muy bajo.
—no creo que debas hablar así y menos si es de mi esposa, entiende, somos una familia, ella se queda a mi lado sin discusión alguna— apretó su mano con fuerza, bajo el escritorio.
—no, no son una familia, tú acabas de convertirte en padre y no por tu esposa exactamente—aún no podía dejar de tocar ese tema, Pucca no merecía ser lastimada por nadie.
—¡considero que no es apropiado seguir con esto, solo contesta a mi pregunta y firma el maldito papel!—Tobe comenzaba a irritarse y no quería seguir quedando en malos términos con ella, pues el bienestar de su familia y amada, estaban ahora en manos de Ching y su respuesta.
—¡muy bien, lo haré!, pero a la primera falta que tengas, le diré a Pucca todo—Ching tomo los papeles y la pluma, para firmarlos.
—joven amo, me permite pasar—exclamo la señora Yu al otro lado de la puerta.
—¡adelante! —ordeno Tobe, dando un suspiro, la plática era demasiado para él. Agradecía aquel pequeño respiro. Tratar temas del pasado, lo hacían perder un poco su control.
La señora Yu abrió la puerta y entro —la cena estará lista en 15 minutos, también quiero informar que ambos herederos despertaron y están hambrientos, ¿despertamos a nuestra ama?
—no. Tráiganlos, yo me encargaré—dicho esto la nana de Tobe, salió serrando de nuevo la puerta —qué rápido se va el tiempo, no lo había notado—miro su relox –07:45 pm—expreso con cansancio dando un suspiro. Tobe se levantó y le dio la vuelta al escritorio, se sentó en una esquina del escritorio, casi cerca de Ching. Una gran sonrisa se poso en su rostro, deseaba ver la cara de sorpresa de la chica —ya que firmaste, tu labor comienza ahora mismo— le quito la carpeta con el papel recién firmado.
—pero... ¿Cómo? — Ching fue interrumpida
Las puertas del estudio se abrieron de par en par, un grupo de 4 criadas tras la señora Yu entraron. Dos traían los biberones en una bandeja y las otras dos, traían a los mellizos respectivamente. Tobe se levantó y con una sonrisa, camino en dirección de los pequeños, primero tomo al pequeño y camino en dirección de Ching, depositándolo con suavidad entre sus brazos —quiere comer, ¿puedes hacerlo? —ella asintió con la cabeza, tomando al pequeño.
—¡es tan hermoso!—hablo Ching sorprendida, él bebe de ojos azules; tan claros como las aguas del mar, la miro regalándole una leve sonrisa. Ryu acababa de ganarse a su tía.
—toma—Tobe le dio el biberón a la chica de trenzas, la cual embelesada por los encantos del pequeño solo asintió.
—mataré a quien se atreva a decir que no es tu hijo, tiene tus ojos—hablo sin pensar. Tobe entristeció, el mejor que nadie, sabía que el pequeño no era su primogénito. Pero en algún momento él y pucca explicarían lo sucedido. Tobe regreso a donde la pequeña lo espera y la tomo entre sus brazos —¡hola princesa hermosa!— la amplia sonrisa del magnate salió de manera natural, sin ser forzada.
