32- nuestro bebe

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Disfruten este capítulo!!!!

Recuerden, que esto es parte del recuerdo de Pucca, antes de que nacieran sus hijos.


El chofer aceleró rápidamente y avanzo raudo hasta el hospital más cercano, lugar donde su médico de cabecera atendía a Pucca en su periodo de embarazo

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El chofer aceleró rápidamente y avanzo raudo hasta el hospital más cercano, lugar donde su médico de cabecera atendía a Pucca en su periodo de embarazo.

Tobe busco desesperado entre las bolsas de su pantalón, sacando su teléfono—¡Xiao, alista a tus enfermeras, algo sucede con Pucca!—hablo Tobe por teléfono.

—¿Qué sucede? Pregunto el doctor.

—no lo sé... e... ella—suspiro profundo —está sangrando demasiado y se desmalló por el dolor—la voz de Tobe sonaba preocupada. —¿no se supone que su parto sería normal?

—pues si, eso mostraban los estudios. Mira tráela rápido, en cuanto lleguen, la camilla estará esperándolos—Tobe colgó la llamada.

—¡por favor princesa, reacciona! — el chofer miro a su jefe por el retrovisor jamás lo había visto tan preocupado.

Diez minutos después, la camioneta se frenó drásticamente al final del sótano del hospital. Un grupo de enfermeras y un doctor corrieron hasta el auto. Tobe se bajó y saco a la azabache del carro depositándola en la camilla. Pucca reacciono y dio otro grito de dolor, que sacudió los nervios de Tobe, poniéndolo aún más preocupado de lo que estaba.

—¡ayúdala Xiao, por favor! — suplico, su cara se tornó triste por lo sucedido.

—rápido, súbanla a la sala de operación y saquen rápidamente un ultrasonido, quiero conocer la condición actual del bebe.

Fue lo último que escucho decir al doctor, antes de que los perdiera tras las puertas de la sala de urgencias.

Tobe llevo ambas manos a su cabeza, mientras se sentaba en la silla metálica. Serró sus ojos, hundiendo más sus manos entre su cabello, restregó de vuelta sus manos sobre su rostro y levanto su mentón, llevando sus manos a sus rodillas, después a las bolsas de su pantalón y para finalizar, se dio una palmada en la frente por su actuar tan impulsivo, tomo su celular y le marco a Tsuna.

—¡jefe! Que bueno que hablas ¿Dónde estás? — al igual que Tobe, Tsuna sonaba preocupado.

—lo lamento, pero surgió una emergencia familiar—tras decir esto, se escuchó un pesado suspiro en la línea.

—yo me encargo de calmar a los accionistas— Tsuna estaba resignado con lo sucedido, sabía que la azabache era la luz en la vida de su jefe y que ella era la prioridad. El trabajo podía irse a la mierda y el mundo estar en caos, pero conocía perfectamente a su jefe y todo era nada al lado de su querida prioridad.

—¡gracias! —realmente tenía buenos empleados, jamás lo dejaban solo cuando más los necesitaba.

—en cuanto sepas algo, dime, le avisaré a lu y a Merio, para que estén al pendiente—toda la gente cercana a ellos, estaba preocupada.

¿¡Mi Decisión!?Onde histórias criam vida. Descubra agora