17- las potenciales amenazas, deben ser eliminadas...

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--¡NO LO PUEDO CREER!—grito Ching, abrazando eufórica a Pucca. Mientras la azabache correspondía de igual manera.--¿qué haces aquí?—estaba curiosa de saber–¡y vaya sorpresa! ¿Ahora hablas?— esbozo una sonrisa, limpiando sus lágrimas, para volver a abrazar a su amiga.

--sí, mi voto voluntario de silencio, al fin está roto—expreso tristemente en su voz. Cambiando rápidamente a la alegría del momento, por estar reunida de nuevo con su amiga —¡hay muchas cosas que contar!, que sinceramente, creo que un día no nos alcanzaría.

 Ambas atinaron a sonreírse al mismo tiempo, se extrañaban demasiado y sus acciones lo demostraban mas que sus palabras.--eso no lo discuto querida--Ching se negaba a soltar su abrazo, no deseaba despertar y darse cuenta de que tan solo era un sueño muy hermoso.

Tobe carraspeó y llamó la atención de las chicas. Ambas limpiaron sus lágrimas de felicidad y posaron sus miradas sobre el magnate. Ching no estaba nada contenta con su inoportuna interrupción, aún quería tener la oportunidad decirle un par de cosas de las cuales sé arrepentiría de escuchar. 

--Sé muy bien que tienen muchas cosas que hablar, y en serio odio haberlas interrumpido, pero la comida espera— dicho esto, chasqueo los dedos y un grupo de mujeres de la servidumbre entraron con grandes bandejas de plata y se formaron a un lado de la mesa.--por favor, tomen asiento--les indicó Tobe.

En cuanto pucca y la chica de trenzas se sentaron, ella volvió a levantarse y corrió a abrazar a Tobe. Él aún no se sentaba, se había alejado un poco, para darle instrucciones a la señora Yu

—¡¿Gracias, muchas gracias!!— sus ojos aguanosos por las lágrimas contenidas, mostraban la sinceridad de sus palabras. Estaba tan feliz de ver a Ching que no tenía las palabras suficientes para expresárselo a Tobe.

--¡no llores hermosa!— la abrazo, pegándola a su cálido pecho —¡te dije que haría lo que fuera por ti, por verte feliz y para mantener a salvo a nuestra familia!— una solemnidad absoluta, fue declarada en sus palabras.

--¡gracias, muchas gracias!—volvió a decir, aferrándose a su pecho con más fuerza, dándole un beso en la mejilla, beso que fue devuelto por Tobe, directamente sobre sus rosados labios.

--¡no tienes idea de cuanto te amo princesa!—declaro, quería ver la reacción de Ching y lo que vio, le demostró cuan enfadada se sentía con lo que estaba pasando. 

Tenía que ganarse a Ching, pero esa parte de él, a la que le gustaba verla molesta, le ganaba mucho mas que la de llevar la fiesta en paz, solo por la tranquilidad de Pucca. era un hábito difícil de dejar atrás.

--yo también te amo—contesto alegremente depositando otro beso en los labios de su amado. Encerrándose así, en su propia burbuja de amor. Pucca sentía su corazón estallar por cada palabra que le dedicaba el magnate. La amaba demasiado y lo demostraba a cada minuto.

--¡Pucca... mm! ¿Podrían decirme que sucede aquí?— Ching se levantó de su asiento y camino hasta donde ambos se encontraban. Su cara mostró una evidente confusión. Después de la actitud tan despreciable con la que un día antes, el magnate la había tratado, ahora estaba mostrando una cara diferente muy ajena a lo que ella conocía de él. 

Ching encamino a pucca a la mesa, para que se sentara cerca de ella. Se encontraba desconcertada, por tan repentino encuentro, su querida amiga estaba sana y salva, después de tanto tiempo sin verla. También se sentía abrumada por la elegante casa donde había estado durmiendo por dos días, pero nada de eso fue tan relevante, después de lo que sus ojos fueron testigos. Si alguien se lo hubiera contado que Pucca y Tobe actuaban como una pareja de recién casados, jamás lo hubiera creído y mas que nunca quería respuestas.

¿¡Mi Decisión!?Where stories live. Discover now