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JungKook odió el concierto, fue un asco. Nadie querría ver a unos chicos disfrazados de murciélagos cantar y alterarse. Pero la emoción de TaeHyung pudo volver todo miles de veces mejor. Su sonrisa mientras le contaba miles de cosas sobre esa aburrida banda, era lo más hermoso que jamás había visto en el mundo.

No recordaba nada de lo que le había dicho del grupo ese, pero sí que todo lo que logró contarle de él después del evento.

Al castaño le gustaban las uvas, pero solo las verdes sin semillas. Odiaba las injusticias. Amaba el arte y en su tiempo libre intentaba ir a galerías, museos y exposiciones gratis. Le agradaba ser tratado como un príncipe. Tenía un carácter fuerte, pero meramente sincero. Odiaba su trabajo, pero sin él no podría sobrevivir. A veces era muy flojo para todo. Incluso caminar le resulta pesado. Quería irse del país con sus abuelos y comprar una casa en Canadá para vivir todos juntos.

Era muy dulce. Era muy adorable. Y cuando el azabache menos se dió cuenta, ya lo tenía muy clavado en lo profundo de su corazón. TaeHyung le gustaba. Y mucho.

Ese día, lo llevó en brazos hasta la puerta de su departamento compartido, tal y cómo se lo pidió.

Frunció el ceño al ver a un chico alto salir sin siquiera saludar. Parecía que ese era su compañero cuarto.

--- Déjame comprarte un departamento que esté cerca de la universidad.

--- ¿Qué dices, tonto?, ¿Te da lástima mi hogar?--- cuestionó Tae adormilado, recargando su cabeza en el hombro del otro--- ¿Eres mi hada madrina? Tan solo dame esa jodida beca y estaré agradecido de por vida contigo--- murmuró. Estaba vulnerable en esos momentos. Había tenido una noche increíble. La mejor de su vida. Podría presumir a sus amigos que había visto a su banda favorita en primera fila, en la barricada y que incluso se habían grabado con el celular de JungKook (porque el suyo era mi feo y tenía poca calidad en cuanto a megapíxeles)--- prometo lavar los trastes de la cafetería todos los días...

--- No es necesario.

Se metió al lugar como si fuera su casa y cargó al menor hasta donde éste le señaló.

--- Fue el mejor día de mi vida, muchas gracias--- murmuró al ser depositado en la cama, sin ganas de abrir los ojos, simplemente sintiendo cómo el tipo millonario lo cubría con las mantas de su cama. Algo infantiles, pero las únicas que tenía en esos momentos.

--- Buenas noches, Tae... Descansa.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora