II.VI (2)

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--- Mh... Más abajo--- ronroneó como un felino, estremeciéndose ante el alivio que cada parte de su cuerpo comenzaba a encontrar.

JungKook en verdad quería ser serio con el asunto, sin embargo, cuando aplicó algo de fuerza en la espalda ajena, recibió un bonito halago por su buen trabajo, el cual fue acompañado de un grave gemido. Estaba comenzando a ponerse nervioso por ello.

Entre más exploraban sus manos, más ganas de amasar tenía. Unos llamativos glúteos estaban apenas cubiertos con la fina tela de la bata. Además, esta terminaba poco más abajo de estos, dejando a la vista aquellos jugosos muslos de su osito.

El peliazul sintió que de repente era tocado de más, pero no le tomó importancia en un inicio, dado que realmente disfrutaba del masaje en su cadera. Mientras no le quebrara un hueso, todo estaba bien.

--- Te quitaré la bata--- anunció el mayor, deslizando sus manos por los hombros ajenos para poder dejar a la vista más de aquella acaramelada piel. Tan tersa, tan brillante. Incluso los bonitos lunares que la decoraban seguían ahí. Tal y como lo recordaba.

--- Está bien, pero hazlo rápido. Me da frío--- aclaró. Nuevamente se acomodó y cerró los ojos, sintiendo así que la tela finalmente era alejada de su cuerpo. Estaba a gusto. Además de que no le daba pena en lo absoluto el estar desnudo por completo frente a su ex pareja. Después de todo, habían tenido sexo tantas veces que, apresar de que podía recordar cada una de ellas, seguía siendo incapaz de contarlas y ponerles un número.

El presidente frunció los labios. Algo no se sentía bien con sus acciones y pensamientos. El amor de su vida confiaba plenamente en él y seguro que no estaba en el mismo mood, mas el mismo azabache se sentía acalorado. Se estaba regañando a sí mismo mientras tomaba algo de aceites corporales para vertir un poco del contenido en sus manos y seguido masajear de nueva cuenta el delgado cuerpo ajeno.

--- Mn... Se siente bien--- admitió su menor, temblando ligeramente ante su tacto.

JungKook llevó sus manos humectadas hasta los hinchados glúteos del de cabello azulado y comenzó a masajear el área, apretando a su gusto aquel levantado trasero. No había podido contenerse, sinceramente. Tanto tiempo sin poder tocar su tersa piel, su definido cuerpo, se estaba volviendo loco por estar con él una vez más.

--- Bastardo pervertido--- suspiró el diseñador estrella. El tacto que antes había sido delicado, ahora era un poco más atrevido. Pero no le molestaba. ¡Todo lo contrario! Lo hacía sentir ligeramente febril y emocionado.

--- Lo lamento--- se disculpó contra su oreja, enviando miles de escalofríos por todo su cuerpo--- siempre he estado encantado contigo. Pero tenía miedo de confesar cuánto te deseaba.

Se maldijo unas diez veces a sí mismo en cuanto recordó que en ese entonces, su querido TaeTae tenía alrededor de 18 años y que habían hecho cosas que no debían. ¡Hizo algo ilegal sin ser consiente! Tan solo esperaba ser perdonado por su osito. Mejor dejar de martirizarse con eso. Después de todo, había sido tan solo un accidente, ya que no supo su edad verdadera hasta que habló con los señores Kim.

--- Bonito, amo tu cuerpo...--- terminó aceptándolo en voz alta, posando sus manos en aquellos gruesos muslos ajenos que tanto le gustaban--- y más esto. Es mi lugar favorito--- aseguró, subiendo hasta el trasero antes de bajar y dejar un suave apretón en cada pierna.

TaeHyung no pudo decir nada por la pena. De hecho, no hizo nada más que suspirar contra la toalla que usaba de almohada. ¿Era un buen momento para admitir que se estaba poniendo duro? No. De hecho, lo más probable es que ya se hubiera dado cuenta.

Se giró de costado y enfrentó a su exnovio, quien seguía toqueteando muy cerca de sus partes íntimas. Es más, el mismo elevó una de sus piernas solo para tener mejor acceso a sus muslos y explorar a su antojo el área, deteniéndose siempre ante de llegar a su pene. Deslizaba uno de sus pulgares por la ingle y regresaba; al parecer disfrutando de la suavidad de su piel.

El menor jadeó y tironeó de la bata del presidente. Amaba cuidarse a sí mismo, así que no era de extrañar que le gustaran los resultados al otro.

--- Eres sumamente guapo, bonito y perfecto--- JungKook se acercó hasta la boca de su chico y comenzó a besarlo en los labios, permitiéndole que lo abrazara por el cuello para mantener la cercanía. Así fue como terminó, de algún modo, semitrepado sobre TaeHyung.

Sus manos antes inquietas, ahora eran usadas para sostenerse o para simplemente quedarse sobre aquel tatuaje en el pecho del contrario.

Los besos que en un inicio fueron lentos, comenzaron a subir de nivel y provocar que la sangre de sus cuerpos circulara directamente hacia otro lugar.

Aquellos labios que se reencontraban, aquellas lenguas que se reconocían, provocaron ruidosos chasquidos en la pequeña habitación, donde incluso lograba escucharse el sonido de sus respiraciones agitadas, cansados de retener el aire durante tanto tiempo a la par que sus bocas se recordaban.

TaeHyung gimió y se apegó al hombre fornido sobre él, estremeciéndose al sentir un repentino roce en su intimidad.

--- Hyung...

El bienquisto sonrió, pero no por mucho tiempo, puesto que volvió a tomar los rosados labios ajenos, sufriendo ataques a su perforación de vez en cuando. Probablemente olvidó por un momento que su ex novio era medio sádico.

Como era de esperarse, el veinteañero estaba en modo koala y no dejaba de abrazar a Jeon, permitiéndole que este fuera quien lo hiciera todo, estimulando su entrepierna sin mucho esfuerzo, con lentas, pero precisas caricias sobre su pene ya erecto, el cual no dejaba de bombear ni un segundo. ¿Qué clase de habilidad era esa? TaeHyung era muy flojo y sentía que ni siquiera podía terminar una paja antes de cansarse.

--- Más rápido--- exigió. JungKook se alejó de sus labios, pero no obedeció.

Ese hombre tan solo decidió disfrutarlo y se dejó ir directo al par de muslos que lo enloquecían, besando y mordisqueando a su antojo.

El peliazul echó la cabeza hacia atrás y cubrió su rostro. ¿Acaso debía patearlo para quitarlo de ahí? Parecía muy entusiasmado con sus piernas mientras lo masturbaba sin parar. Definitivamente iba a correrse.

Con unos segundos más bastó para que llegara al clímax y eyaculara sobre la mano de su ex, temblando como gelatina sobre aquella cama de descanso, donde estaban haciendo todo menos descansar.

Bombeaba su falo con tanta delicadeza que el semen no dejó de salir durante un breve momento.

--- De ahora en adelante, si quieres sexo, ven a mí--- habló el fornido, usando dos de sus dedos lubricados para introducirlos con facilidad en el diminuto agujero ajeno--- aléjate de ese tipo con el que te ví.

TaeHyung no iba a negarlo. Había extrañado su tacto, la manera en la que recorría su cuerpo o la experiencia que se notaba que tenía el otro. Es decir, jamás podría sentir lo mismo con alguien diferente. ¡Nadie podía satisfacerlo así!

Se recostó mejor sobre la toalla (según su almohada). Ya sabía lo que se venía y era algo que ansiaba. Que necesitaba. Se pondría bueno.

--- Mmm... Señor Jeon, no seas tan celoso--- un pequeño movimiento fue suficiente para que aquellos largos dedos dieran un golpecito a su próstata. Gimoteó y meneó sus caderas, buscando más de esa agradable sensación dentro de su cuerpo--- BoGumie no es tan bueno como tú. A mí me gustan los hombres con mucha experiencia. Pero alguien tenía que bajarme la calentura--- bromeó, aunque la sonrisa se le borró al sentir nuevamente un roce contra su punto erógeno--- maldición... Otra vez~--- rogó.

Parecía obvio, pero JungKook estaba jodidamente celoso. Ni siquiera quería pensar en su bonito en la cama de otra persona. ¡Lo enfurecía! Además de que no lo habían complacido de manera correcta. No lo merecían.

--- Tranquilo, mi amor. Nosotros la pasaremos mejor.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora