XXVII (1)

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TaeHyung observó con recelo la caja del celular que descansaba sobre la mesa del comedor. Ni siquiera podía concentrarse en sus panqueques por estar viendo su regalo, el cual, no estaba dispuesto a aceptar aún.

--- Tómalo. Es tuyo--- dijo obvio el azabache, quien bebió de la malteada de fresa y siguió con su desayuno, fingiendo desinterés.

El castaño simplemente hizo lo mismo y se encogió de hombros, terminando su desayuno para posteriormente correr al baño y terminar de arreglarse.

Faltaban alrededor de quince minutos para que dieran inicio las clases, pero el más joven parecía amar estar a las prisas y pelearse con los de la facultad. Aunque, ese día no parecía con ese estado de ánimo precisamente. JungKook lo seguía viendo decaído por la estúpida nota y eso le estaba molestando en demasía.

Decidido, se levantó de su asiento y tomó la mochila de su menor, llevándose de paso las cosas que necesitaría para ese día, como su laptop y el iPad también.

--- Te espero en el auto--- hizo saber antes de bajar el ascensor y dirigirse hasta su lujoso coche deportivo. Ese día quería lucirse un poco. Además de impresionar a su osito, claramente.

Esperó pacientemente en el auto. Incluso comenzó a comer unas pastillas de menta que se encontró en el coche. A saber cuándo las había olvidado ahí.

En cuanto un chico de cabellos chocolate se hizo presente, no dudó en salir rápidamente para abrirle la puerta del copiloto y ayudarlo a subir.

--- ¿¡Este auto es tuyo!?--- estaba ligeramente perdido. Pues, ¿Cuántos autos tenía o qué?, ¿Qué demonios? Normalmente solo viajaban en limosina, una camioneta blanca o el coche negro, pero ahora estaban con un deportivo de azul brillante--- ¿Qué mierda?--- entró rápidamente y comenzó a revisarlo por dentro. Wow... Era cuero. Lo odiaba, pero se lo perdonaba por esa vez.

--- Si sacas una licencia para conducir puedo darte uno igual--- comentó mientras abrochaba los cinturones de seguridad de ambos. Quería ponerse algo alocado ese día y presumir.

Con un abultamiento de labios, el piel canela demostró descontento. No quería conducir nunca. A decir verdad, era algo que lo asustaba. Sentía que era muy torpe para ello y, además, le gustaba que lo llevaran a todos lados. Que don perfecto conduciera era mejor.

--- ¿Qué no llegamos en el auto negro extranjero anoche?--- rascó su nariz mientras pensaba en ello.

--- Sí, pero le pedí al chófer que me entregara este temprano para ir a tu facultad--- de hecho, había preparado algo como eso antes de ir a dormir con un simple mensaje donde especificaba todo--- Mis medios de transporte están en una bodega existente en el hogar de mi familia. Ahí los monitorean y limpian todo el tiempo. Luego te llevaré a verlos todos. No tengo muchos.

¿Qué no tenía "muchos"? Las personas normales con esfuerzo y tenían un auto barato, o viejo, en su defecto. TaeHyung sabía que Jeon JungKook era multimillonario, pero jamás pensó que tanto. Cada día se mostraba más y más sorprendido por cosas como esas.

--- Me gusta que tengas mucho dinero--- movió la cabeza varias veces en un asentimiento sin notar la sonrisa del azabache.

--- Todo mi dinero puede ser tuyo algún día--- murmuró, aunque el más joven realmente no logró escucharlo--- sostente de mí si tienes miedo.

Después de esa pequeña conversación sin importancia, el pelinegro arrancó y salió del estacionamiento a toda prisa, acelerando por las calles no tan concurridas para evitar el tráfico mañanero.

Sugar, but not your baby (KookTae)Where stories live. Discover now