XXXIX

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JungKook procuró no hacer mucho ruido mientras entraba al departamento. Aún era temprano y no sabía si su prometido ya se había despertado o no.

Esa misma mañana había tenido que hacer un viaje rápido a la empresa debido a que era inicio de mes y, como era costumbre, tenían una reunión general que duraba alrededor de cuatro horas. Y sí. Todos odiaban ese día en el que tenían que presentarse a la oficina a las 5:30 AM, pero no había de otra. Después de todo, en la reunión se trataban diversos temas, entre ellos, las vacaciones de todos los empleados. Parecía que era lo único que querían escuchar.

Ese día el asunto terminó más rápido de lo planeado. Sus empleados se habían acordado de que era su cumpleaños, así que lo felicitaron, le dieron unos cuantos presentes y así fue como la reunión se acortó más de lo normal. En el fondo sabía que tal festejo había sido únicamente una excusa para librarse del aburrimiento de la reunión, pero lo dejó pasar.

Se quitó la chaqueta y la colocó en el perchero, arrugando ligeramente la nariz cuando un conocido aroma llegó hasta sus fosas nasales junto a un estruendoso golpe metálico.

Seguido de eso, un grito se dejó escuchar.

--- ¡Aaaah!, ¡Noo, el bowl!--- chilló TaeHyung. Parecía que estaba sufriendo en la cocina y por ellos era que no se había percatado de su llegada.

Observó al castaño de espaldas, lavando aquella cosa metálica gigante que había soltado anteriormente. Creyó que había tirado algo de comida, pero al parecer no había sido así, puesto que todo estaba limpio y en orden. Quizás solo el bowl metálico se resbaló de entre sus manos justo antes de usarlo.

--- ¿125,981 menos 6,374?--- preguntó el azabache mientras tomaba al otro por la cintura, quien casi sufrió un infarto debido a ello. ¿¡Por qué no avisaba que estaba en casa!?

--- ¡Ah!, ¡119,607!--- se recargó contra el granito y maldijo a saber cuántas veces, con una mano en su pecho, quejándose así del pequeño susto que le había provocado--- ¿Qué haces?, ¿¡Acaso quieres matarme!?--- encaró al presidente, aunque lo único que recibió fue un profundo beso en sus labios que lo obligó a guardar silencio momentáneamente.

Las manos del menor subieron al cuello ajeno y sus dedos se encargaron de dejar delicadas caricias en el área mientras sus bocas y cuerpos permanecían unidos.

TaeHyung gimió al sentir como un bulto muy duro chocaba contra su parte baja. Sin duda alguna su novio era un joven hombre muy sano.

--- Osito, mi amor. Ya estoy aquí--- habló bajo antes de atrapar nuevamente los labios ajenos en un demandante beso.

El universitario no sabía qué hacer. Estaba cocinando un desayuno especial para el cumpleañero, pero este parecía tener deseos de comer otra cosa en esos momentos. ¡No podía negarle nada ese día!, ¡Pero tampoco podía descuidar lo que estaba en el horno!

Sus manos no se quedaron quietas y pronto toquetearon los abs de su novio, deslizándose poco después sobre sus duros pectorales, aunque de ahí ya no las pudo sacar, puesto que un fuerte agarre presionó su muñeca.

TaeHyung se quejó y bajó la mirada, algo avergonzado por cómo estaba siendo examinado bajo esos oscuros ojos.

--- Tienes un golpe aquí. Esta parte está hinchada--- señaló. ¿Cómo es que se había dado cuenta? Se preguntaba el de cabellos chocolate mientras intentaba tapar su mano con el suéter para que dejara de verlo--- ¿Qué sucedió? Debería de llevarte al hospital para unas radiografías...

Con un rostro avergonzado, el más joven negó rotundamente el querer ir a revisarse. Y es que, estaba bien. Solo había tenido un pequeño accidente con su máquina de coser. No había necesidad de preocuparse. De hecho, aún si tenía alguna que otra herida en sus dedos, no importaba.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora