XXVI

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Una multitud sumamente curiosa, se acercó hasta Kim TaeHyung y lo observaron con sorpresa.

--- Ese... Es el nuevo celular que anunció BaTz invaSion ayer...--- murmuró EunWoo mientras miraba anodadado al castaño, quién observaba con curiosidad la cajita sobre su pupitre.

--- ¡Es verdad!--- chilló de emoción, leyendo una y otra vez el post it que le había quitado al pequeño regalo. "Para mi osito", decía el dichoso papel. No había nadie más que don perfecto que podría haber hecho algo así. Además de aquel apodo tan peculiar que había decidido ponerle sin permiso.

Sus compañeros murmuraban y otros preguntaban a saber qué tantas cosas, pero pronto, JiMin llegó a hacer de las suyas.

--- ¿¡Qué esperas, tarado!?, ¡Ábrelo!--- le ordenó mientras lo zarandeaba hacia todos lados de una forma no muy amable.

Todos los presentes comenzaron a echar porras, pidiéndole que hiciera lo mismo, por lo que el piel canela no soportó la presión y terminó abriendo la cajita.

Las bonitas manos hicieron de las suyas, abriendo cuidadosamente la caja mientras todos entraban en un repentino silencio colectivo, esperando así ver el famoso smartphone dentro. Se suponía que solo había estado disponible en preventa y ya debían de haberse terminado.

Cuando TaeHyung logró ver el celular, casi grita de la emoción. Lo sacó de la caja y se lo enseñó a sus compañeros, quienes le pedían que se los prestara momentáneamente para admirarlo de cerca, aunque, por supuesto, no los dejó.

--- Más de cien megapíxeles en esa cámara de los dioses. Ve mejor que yo--- habló un chico con anteojos--- tanta ROM que ni siquiera puedo ser capaz de decirlo con exactitud. Esa RAM...

--- Español, cerebrito--- pidió una chica mientras rodaba los ojos. Le daban igual las especificaciones. Solo quería el celular carísimo ese porque un grupo de moda lo había promocionado.

BaTz invaSion era la banda favorita de TaeHyung y, sobretodo, una banda que en este último año se había hecho realmente popular, a pesar de que había debutado hace unos dos años atrás. El concepto era tan único y ridículo. Eran simplemente unos desconocidos disfrazados de murciélagos. Tenían los rostros cubiertos, así que nadie conocía sus apariencias. Además, sus canciones eran tan increíbles. Iban saltando de un género a otro y siempre haciéndolo tan bien, aunque eran más de un concepto oscuro. Más hip-hop y rock.

Según lo que había dicho el maknae del grupo, era que revelarían sus identidades cuando el miembro del medio se enamorara de alguien, lo cual era todo un reto, puesto que era el más agresivo en la banda. Parecía alguien sin sentimientos. Así lo percibían las personas. Se preguntaban si algún día eso llegaría a suceder. Con suerte y alguna famosa captaría su atención.

El menor era lindo y alegre. El del medio, era muy serio y con un aura diferente, mientras que el mayor era algo tonto y medio raro. Eran increíbles. Todos querían ver más allá de sus voces. Descubrir sus apariencias, puesto que había toda clase de teorías al respecto, sobre si eran todos unos dioses griegos o, por el contrario, poseían alguna discapacidad o defecto físico.

Mientras el piel canela revisaba su regalo en modo fanboy, la puerta detrás de ellos se cerró, avisándoles que el docente había entrado al aula para iniciar con sus clases.

Todos rápidamente se retiraron hasta sus lugares, y los que no eran pertenecientes a ese grado, simplemente se quedaron ahí por miedo a decir o hacer algo que molestara al profesor. Y es que... Esta persona era ciertamente especial.

--- Buen día, alumnos. Iniciemos con un pequeño examen sorpresa....--- habló fuerte y claro--- se veían muy concentrados, así que creo que estaban estudiando, ¿No?--- abrió su maletín y sacó un puñado de hojas que pronto dividió en diez para cada quien.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora