XVII

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--- ¡Señor Jeon!--- repitió por décima vez la asistente, mirándolo consternada. Últimamente estaba tan distraído. Encima de todo, ese día parecía haber despertado con un humor muy horrible. Estaba algo preocupada por él.

--- No es necesario gritar--- esclareció, ya cansado de estar ahí. No quería trabajar, pero lo prefería momentáneamente. Prefería llenarse la cabeza de otras cosas a pensar en un castaño bonito que siempre le recordaba su existencia.

Normalmente no dejaba que las emociones lo afectaran, pero ahora era algo más demostrativo de lo usual. La asistente ya ni sabía si era algo bueno o malo.

--- Lo siento, pero tenía que recordarle la reunión para la verificación de costos. Ya sabe, en esta temporada tenemos que ser cuidadosos y decidir si mantener o aumentar el precio en las cafeterías por ciertos frutos escasos durante esta época del año--- dijo detalladamente, esperando algo más que una mueca--- Oh, vamos. ¿Sucedió algo el día de ayer?--- decidió preguntar, escuchando varios sonidos de sorpresa. Bien, debió de haber cerrado la puerta después de entrar a la oficina del menor. Estaba tocando terreno peligroso.

El pelinegro no dijo nada, solo tomó sus cosas y se levantó de su asiento, saliendo para irse a la sala asignada para la reunión.

--- Está normal otra vez. Creo que estoy agradecida. ¡Muchas gracias, Dios!--- la señora juntó sus manos y miró hacia el techo, según ella, pensando en el cerúleo cielo de la ciudad.

 ¡Muchas gracias, Dios!--- la señora juntó sus manos y miró hacia el techo, según ella, pensando en el cerúleo cielo de la ciudad

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En cuanto terminó la reunión, decidió huir al departamento. ¿Qué haría durante ese día? Cuando fue a por TaeHyung para dejarlo en la universidad, este le dejó en claro que estaría ocupado hasta el anochecer.

Sonrió ligeramente. ¿No estaba yendo muy lejos?, ¿No debería de detenerse ahora? Lo sabía. Nada bueno pasaría si seguía de ese modo. Tenía en cuenta que no estaba logrando nada con el menor. Pero no podía evitar pensar en el hecho de que tenía que intentarlo de nuevo. ¿Cuánto más tenía que continuar?

Era consciente de ello, pero le costaba mucho decirlo. Ni siquiera sabía si era correcto. ¿Cómo podría confesar que un universitario enano y berrinchudo lo cautivó desde el primer momento en que lo vió? No quería parecer un lunático, un caprichoso, un obsesivo.

--- "Amor a primera vista"--- susurró, casi que burlándose de sí mismo.

Nunca se había enamorado. ¿Entonces cómo sabía que lo estaba? Quizás porque estaba haciendo cosas que antes no hacía. También porque se conocía tanto como para saber que estaba siendo diferente. ¿Y aquella sonrisa cuadrada que convertía su corazón en una batería de metalero cada vez que la veía?, ¿Cómo no desesperarse al darse cuenta de que aquellos grandes ojos decorados de largas pestañas le provocaban una pisca de felicidad en él? Podía verlos todo el día. Podría apreciar cada lunar de su rostro a diario. Sería capaz de disfrutar de todo en el chico.

--- ¿Cómo hago que funcione?--- le preguntó a la nada, decaído de tan solo imaginarse el final que le deparaba. No quería arruinar todo y perderlo. Tan solo quería que se quedara a su lado. Necesitaba saber si acaso podía ser mirado de la misma manera. Si había oportunidad de obtener algo recíproco.

Sugar, but not your baby (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora